/ viernes 2 de octubre de 2020

¡De bien para arriba! | Vemos al mundo como somos

Cada ser humano construye una estructura mental diferente del mundo, cada persona observa de manera particular, individual y condicionada por normas culturales. La realidad entra por los ojos, ver algo es creerlo, a los ojos se les atribuye la personalidad del individuo, se dice positivamente que hay ojos bondadosos, risueños, burlones, festivos, caritativos, humildes, simpáticos, justicieros, suaves, dulces, compasivos, soñadores y tiernos, de tal suerte que los ojos, más que un instrumento que representa el sentido de la vista, son la expresión externa del individuo.

El tema de este artículo es una cita de Jiddu Krishnamurti (1895 – 1986), nacido en la India y destacado por su condición de orador y autor de escritos en los que abordó temas fundamentales de la vida humana como la conciencia crítica, la cual es propia del hombre como ser de relaciones y reconociendo que la conciencia crítica es un proceso en donde el hombre pasa de la percepción de la realidad al conocimiento de ella.

Nos consideramos seres virtuosos cuando nos referimos a nosotros mismos y consideramos al otro un ser cuestionable por donde se lo vea, el otro siempre hace cosas reprochables, a diferencia de uno mismo, entonces convenientemente, cuando uno comete una infracción, uno no está actuando como uno sino como el otro; el resultado inmediato de esta manera de ver las cosas es un tipo de sociedad conformada por personas centradas en sí mismas y que, de paso, viviendo al margen de la norma o, dicho de otra manera, se valen de la norma según su propia conveniencia.

Por eso no es raro que alguien ofrezca como explicación suficiente, cuando se pasa una luz roja, dos simples palabras: “estoy apurado”, como si su situación excediera todo sentido de socialidad; creyendo que solo él tiene prisa y que el entorno tiene que aceptar su manera de deslindarse del problema.

Afrontar las ideas del otro supone la puesta en práctica de un reflejo de excepciones: no te escucho, no estoy dispuesto a entenderte, eres un ignorante, eres un incapaz, no dices la verdad, eres violento, hay que cuidarse de ti, no leo tu periódico, no veo tu canal de televisión, no me importa tu título profesional y demás argumentos que nos dice que vemos el mundo como somos, a los ojos se les atribuye la inteligencia de medir y evaluar, las cosas se miden a ojos vistos, a simple vista, también a ojo de buen cubero, nos podemos hacer de la vista gorda, la amistad se demuestra a ojos ciegos, las cosas buenas cuestan un ojo de la cara, la venganza se practica ojo por ojo.

La vista señala la habilidad o el talento especial para captar rápidamente algo, como tener mucho ojo para algo, o el famoso ojo clínico (o intuición), echar un ojo es vigilar, ir a ojos cerrados es ser precipitado.

En general, tener buen ojo es saber, por tanto, debemos observar para evitar tomar decisiones incorrectas, debemos ser conscientes, evitar ser groseros creyendo que la forma en la que vemos las cosas es “lo correcto” y evitar querer convencer a otros de nuestros puntos de vista, sin pensar que podríamos estar siendo intolerantes, esto puede chocar y romper las relaciones, debemos evitar generalizar y hacer juicios equivocados, estar atentos, cuidando no discriminar por ideas políticas, nacionalidad, preferencia sexual y demás estereotipos que pueden dañar nuestra posición en el equipo de trabajo, en nuestro entorno social, familiar y a nosotros mismos.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.

Cada ser humano construye una estructura mental diferente del mundo, cada persona observa de manera particular, individual y condicionada por normas culturales. La realidad entra por los ojos, ver algo es creerlo, a los ojos se les atribuye la personalidad del individuo, se dice positivamente que hay ojos bondadosos, risueños, burlones, festivos, caritativos, humildes, simpáticos, justicieros, suaves, dulces, compasivos, soñadores y tiernos, de tal suerte que los ojos, más que un instrumento que representa el sentido de la vista, son la expresión externa del individuo.

El tema de este artículo es una cita de Jiddu Krishnamurti (1895 – 1986), nacido en la India y destacado por su condición de orador y autor de escritos en los que abordó temas fundamentales de la vida humana como la conciencia crítica, la cual es propia del hombre como ser de relaciones y reconociendo que la conciencia crítica es un proceso en donde el hombre pasa de la percepción de la realidad al conocimiento de ella.

Nos consideramos seres virtuosos cuando nos referimos a nosotros mismos y consideramos al otro un ser cuestionable por donde se lo vea, el otro siempre hace cosas reprochables, a diferencia de uno mismo, entonces convenientemente, cuando uno comete una infracción, uno no está actuando como uno sino como el otro; el resultado inmediato de esta manera de ver las cosas es un tipo de sociedad conformada por personas centradas en sí mismas y que, de paso, viviendo al margen de la norma o, dicho de otra manera, se valen de la norma según su propia conveniencia.

Por eso no es raro que alguien ofrezca como explicación suficiente, cuando se pasa una luz roja, dos simples palabras: “estoy apurado”, como si su situación excediera todo sentido de socialidad; creyendo que solo él tiene prisa y que el entorno tiene que aceptar su manera de deslindarse del problema.

Afrontar las ideas del otro supone la puesta en práctica de un reflejo de excepciones: no te escucho, no estoy dispuesto a entenderte, eres un ignorante, eres un incapaz, no dices la verdad, eres violento, hay que cuidarse de ti, no leo tu periódico, no veo tu canal de televisión, no me importa tu título profesional y demás argumentos que nos dice que vemos el mundo como somos, a los ojos se les atribuye la inteligencia de medir y evaluar, las cosas se miden a ojos vistos, a simple vista, también a ojo de buen cubero, nos podemos hacer de la vista gorda, la amistad se demuestra a ojos ciegos, las cosas buenas cuestan un ojo de la cara, la venganza se practica ojo por ojo.

La vista señala la habilidad o el talento especial para captar rápidamente algo, como tener mucho ojo para algo, o el famoso ojo clínico (o intuición), echar un ojo es vigilar, ir a ojos cerrados es ser precipitado.

En general, tener buen ojo es saber, por tanto, debemos observar para evitar tomar decisiones incorrectas, debemos ser conscientes, evitar ser groseros creyendo que la forma en la que vemos las cosas es “lo correcto” y evitar querer convencer a otros de nuestros puntos de vista, sin pensar que podríamos estar siendo intolerantes, esto puede chocar y romper las relaciones, debemos evitar generalizar y hacer juicios equivocados, estar atentos, cuidando no discriminar por ideas políticas, nacionalidad, preferencia sexual y demás estereotipos que pueden dañar nuestra posición en el equipo de trabajo, en nuestro entorno social, familiar y a nosotros mismos.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.