/ lunes 17 de junio de 2019

De las dificultades nacen los milagros. Cansados de la fácil competencia de su confederación, Catar viene a la Copa América buscando crecer

Larga jornada futbolera que abrió con el extraño enfrentamiento entre Paraguay, viejo participante de la Copa América y, Catar, de la lejana Confederación de Asia, invitado que aceptó de mil amores, buscando el crecimiento a través de experimentar jugando contra equipos de mayor envergadura y tradición.

Muy pronto todo se oscureció para los catarís, cuando la nueva regla de la mano dentro del área, que voluntaria o no, será castigada con tiro penal, mismo que cobró Cardozo para poner el marcador 1-0 cuando apenas se habían jugado 4 minutos. Imaginan ustedes la presión, venir desde tan lejos para que les ocurra esto, pero ya hemos dicho que el confort nos atrofia, mientras que de las dificultades nacen los milagros.

Pero no solo por cambiar la comodidad por la dificultad vamos a mejorar nuestra competitividad, no, y con mucha razón lo dice Alberto Cortez en su poema, “Hay un niño en cada hombre”, cuando le aconseja a su niño que no se junte con aquellos que solo hablan el lenguaje de los cuervos, agregando, ni tampoco con los otros que están hasta el otro extremo, a la espera de un milagro sin hacer nada por ello, y que bajan la cabeza al azote de los vientos. No, claro que no, y la cultura de los catarís, acostumbrados a luchar contra el desierto y todas sus calamidades, cifran su filosofía de juego en la lucha incansable.

Paraguay alineó con: Roberto Fernández; Bruno Valdez (América), Fabián Balbuena, Junior Alonso, Santiago Alzamendia, Celso Ortiz (Monterrey), Rodrigo Rojas, Hernán Pérez, Miguel Almirón, Cecilio Domínguez, Oscar Cardozo... Mientras que Catar lo hizo con: Saad Al Sheeh, Pedro Miguel, Basham Isham, Tarek Salman, Abdelkarim Hassan, Hasan Al Aaydos, Assim Madiba, Baualem Khoukhi, Akram Affif, Abdelaziz Hatem, Almoez Ali.

El tiempo pasaba y Catar incluso superaba a Paraguay en posesión de balón, así, luchando sin descanso, volvieron a verse en ese trance de los imponderables, cuando el buen juego de los guaraníes los castigó al minuto 56 con el segundo gol en contra, ahora a cargo de González, y ellos, sin lamentarse, a seguir picando piedra hasta que su esfuerzo fue premiado cuando al minuto 68, Almoez acortó distancias poniendo el marcador 1-2, y lo mismo, dale dale dale, para que al minuto 77 Khoukhi consiguiera la muy justa igualada, pues ni Catar ni Paraguay jugaron para perder. Catar tuvo el premio a su esfuerzo y al valor de tomar la decisión de medirse con los superiores. ¿Que necesitará México para volver a ser invitado?

Más tarde, el máximo ganador de Copa América con 15, Uruguay, enfrentó a Ecuador, que plagado de buenos jugadores, tanto en mayores como en menores, les faltó ser más cautos, no cantar victoria antes de entregarlo todo en el campo, así, han visto con tristeza cómo los Sub-20 cayeron en su Mundial, y hoy sus mayores fueron aplastados por unos uruguayos que se las saben todas. Hoy los ecuatorianos han confundido el juego recio con el juego sucio, así el clásico codazo producto de lo que los marrulleros, justificándose, suelen llamar, movimiento natural del brazo al saltar. Y, va uno, y van dos, y van tres, hasta que el árbitro dijo "¡basta!", cuando José Quintero repitió por enésima vez el mal disfrazado codazo, para recibir la roja, dejando a su equipo con diez jugadores.

Lodeiro había anotado un buen gol, siguiéndole Cavani con un golazo en tijera. Y Suárez, que fue el más insistente al ataque, hizo el tercero, para que Arturo Mina, en el colmo de la mala suerte, solo y de frente a su portería, realizara un remate equivocado, cometiendo autogol sentenciando el juego. Mucho tendrá que hablar el “Bolillo” Gómez con sus jugadores, quienes antes de ganar nada, se les subió a la cabeza el buen momento por el que el futbol ecuatoriano está pasando, pero aqui tenemos un ejemplo del mal que hacen las victorias cuando no se está pisando firmemente en el juego, hasta Ángel Mena, campeón goleador del futbol mexicano, fue incapaz de mostrar su valía, lo mismo que Ener Valencia, actual campeón con Tigres de Monterrey, fue incapaz de hacerse sentir.

Hasta el momento, el juego Colombia-Argentina es el único que ha respondido a las expectativas. La actuación del local Brasil la tomamos como normal y, al menos yo, lo sigo viendo como el favorito para quedarse con la Copa. Catar, con buen futbol, pero sin experiencia, nos seguirá divirtiendo, pero nada más. Colombia y Uruguay se han ganado el derecho de la duda, y bien podrían significarse como una fuerza opositora a las pretensiones de Brasil y Uruguay, que son los favoritos.

Hasta pronto amigo.

Larga jornada futbolera que abrió con el extraño enfrentamiento entre Paraguay, viejo participante de la Copa América y, Catar, de la lejana Confederación de Asia, invitado que aceptó de mil amores, buscando el crecimiento a través de experimentar jugando contra equipos de mayor envergadura y tradición.

Muy pronto todo se oscureció para los catarís, cuando la nueva regla de la mano dentro del área, que voluntaria o no, será castigada con tiro penal, mismo que cobró Cardozo para poner el marcador 1-0 cuando apenas se habían jugado 4 minutos. Imaginan ustedes la presión, venir desde tan lejos para que les ocurra esto, pero ya hemos dicho que el confort nos atrofia, mientras que de las dificultades nacen los milagros.

Pero no solo por cambiar la comodidad por la dificultad vamos a mejorar nuestra competitividad, no, y con mucha razón lo dice Alberto Cortez en su poema, “Hay un niño en cada hombre”, cuando le aconseja a su niño que no se junte con aquellos que solo hablan el lenguaje de los cuervos, agregando, ni tampoco con los otros que están hasta el otro extremo, a la espera de un milagro sin hacer nada por ello, y que bajan la cabeza al azote de los vientos. No, claro que no, y la cultura de los catarís, acostumbrados a luchar contra el desierto y todas sus calamidades, cifran su filosofía de juego en la lucha incansable.

Paraguay alineó con: Roberto Fernández; Bruno Valdez (América), Fabián Balbuena, Junior Alonso, Santiago Alzamendia, Celso Ortiz (Monterrey), Rodrigo Rojas, Hernán Pérez, Miguel Almirón, Cecilio Domínguez, Oscar Cardozo... Mientras que Catar lo hizo con: Saad Al Sheeh, Pedro Miguel, Basham Isham, Tarek Salman, Abdelkarim Hassan, Hasan Al Aaydos, Assim Madiba, Baualem Khoukhi, Akram Affif, Abdelaziz Hatem, Almoez Ali.

El tiempo pasaba y Catar incluso superaba a Paraguay en posesión de balón, así, luchando sin descanso, volvieron a verse en ese trance de los imponderables, cuando el buen juego de los guaraníes los castigó al minuto 56 con el segundo gol en contra, ahora a cargo de González, y ellos, sin lamentarse, a seguir picando piedra hasta que su esfuerzo fue premiado cuando al minuto 68, Almoez acortó distancias poniendo el marcador 1-2, y lo mismo, dale dale dale, para que al minuto 77 Khoukhi consiguiera la muy justa igualada, pues ni Catar ni Paraguay jugaron para perder. Catar tuvo el premio a su esfuerzo y al valor de tomar la decisión de medirse con los superiores. ¿Que necesitará México para volver a ser invitado?

Más tarde, el máximo ganador de Copa América con 15, Uruguay, enfrentó a Ecuador, que plagado de buenos jugadores, tanto en mayores como en menores, les faltó ser más cautos, no cantar victoria antes de entregarlo todo en el campo, así, han visto con tristeza cómo los Sub-20 cayeron en su Mundial, y hoy sus mayores fueron aplastados por unos uruguayos que se las saben todas. Hoy los ecuatorianos han confundido el juego recio con el juego sucio, así el clásico codazo producto de lo que los marrulleros, justificándose, suelen llamar, movimiento natural del brazo al saltar. Y, va uno, y van dos, y van tres, hasta que el árbitro dijo "¡basta!", cuando José Quintero repitió por enésima vez el mal disfrazado codazo, para recibir la roja, dejando a su equipo con diez jugadores.

Lodeiro había anotado un buen gol, siguiéndole Cavani con un golazo en tijera. Y Suárez, que fue el más insistente al ataque, hizo el tercero, para que Arturo Mina, en el colmo de la mala suerte, solo y de frente a su portería, realizara un remate equivocado, cometiendo autogol sentenciando el juego. Mucho tendrá que hablar el “Bolillo” Gómez con sus jugadores, quienes antes de ganar nada, se les subió a la cabeza el buen momento por el que el futbol ecuatoriano está pasando, pero aqui tenemos un ejemplo del mal que hacen las victorias cuando no se está pisando firmemente en el juego, hasta Ángel Mena, campeón goleador del futbol mexicano, fue incapaz de mostrar su valía, lo mismo que Ener Valencia, actual campeón con Tigres de Monterrey, fue incapaz de hacerse sentir.

Hasta el momento, el juego Colombia-Argentina es el único que ha respondido a las expectativas. La actuación del local Brasil la tomamos como normal y, al menos yo, lo sigo viendo como el favorito para quedarse con la Copa. Catar, con buen futbol, pero sin experiencia, nos seguirá divirtiendo, pero nada más. Colombia y Uruguay se han ganado el derecho de la duda, y bien podrían significarse como una fuerza opositora a las pretensiones de Brasil y Uruguay, que son los favoritos.

Hasta pronto amigo.