/ lunes 3 de septiembre de 2018

Defender libertades

La internet facilita el intercambio de datos y opiniones sobre cualquier tema entre millones de computadoras, una libertad inédita hasta hace unos años, cuya necesidad solo grupos restringidos sentían.

Hoy estar conectado requiere descolgar el teléfono, teclear un número en la intimidad del hogar o sitio público, y ya. Esto basta para comunicarnos con algún habitante de otro continente y enterarnos de lo que allí sucede.

Cada día millones de cibernautas rompen con el aislamiento, circunstancia que les permite conocer museos y universidades; efectuar compras en tiendas departamentales y supermercados; realizar transacciones monetarias, enviar facturas, hacer pagos y propuestas, y llevar a cabo el intercambio de tecnologías, entre otras actividades.

Hay quienes urgen a reglamentar las informaciones que por la red global computarizada se difunden, sobre todo cuando se trata de comentar acerca de algunos temas, pues dudan que esto sea realmente el nicho de libertades de que se habla.

Existen informaciones acerca de miles de cuentas y publicaciones que han sido bloqueadas en países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, India, China, Siria, Corea del Norte e Irán, bajo el argumento de que el ciberespacio se presta para enviar mensajes y también ofrecer servicios que pudieran ser considerados ofensivos. Se menciona el daño moral que se causa en famas públicas producto de lo que se considera calumnias, desinformación y ofensas. Resaltan gobiernos del llamado tercer mundo que apoyan la censura para impedir toda crítica sobre su política.

En las iniciativas tendientes a la aprobación de mecanismos de censura para ser aplicados por el Estado y evitar los abusos, fraudes y rumores que supuestamente brotan, destaca una interrogante ¿ Los encargados de llevar a cabo la tarea de censurar en internet, cosa que incluye el bloqueo de sitios y contenidos, resistirán el impulso o tentación de aplicar la ley mordaza? Más aún, ¿Qué censor oficial u oficioso podría meterse en este auténtico berenjenal investigatorio y con qué bases? Por ejemplo, ¿bajo qué rasero se juzga que es ofensivo o no?

La internet libre es un tema cuya discusión puede llevar meses y años y finalmente no llegarse a nada, porque existen opiniones encontradas. Pero aquellos que presionan para hacer el Estado censor, aun con las mejores intenciones (recordemos que la célebre frase del camino empedrado al…), a nadie hacen un favor, ni a ellos mismos, pues “nada como reprimir en algo para luego seguirse reprimiendo en todo lo demás, como lo demuestra la historia de todas las tiranías”.


La internet facilita el intercambio de datos y opiniones sobre cualquier tema entre millones de computadoras, una libertad inédita hasta hace unos años, cuya necesidad solo grupos restringidos sentían.

Hoy estar conectado requiere descolgar el teléfono, teclear un número en la intimidad del hogar o sitio público, y ya. Esto basta para comunicarnos con algún habitante de otro continente y enterarnos de lo que allí sucede.

Cada día millones de cibernautas rompen con el aislamiento, circunstancia que les permite conocer museos y universidades; efectuar compras en tiendas departamentales y supermercados; realizar transacciones monetarias, enviar facturas, hacer pagos y propuestas, y llevar a cabo el intercambio de tecnologías, entre otras actividades.

Hay quienes urgen a reglamentar las informaciones que por la red global computarizada se difunden, sobre todo cuando se trata de comentar acerca de algunos temas, pues dudan que esto sea realmente el nicho de libertades de que se habla.

Existen informaciones acerca de miles de cuentas y publicaciones que han sido bloqueadas en países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, India, China, Siria, Corea del Norte e Irán, bajo el argumento de que el ciberespacio se presta para enviar mensajes y también ofrecer servicios que pudieran ser considerados ofensivos. Se menciona el daño moral que se causa en famas públicas producto de lo que se considera calumnias, desinformación y ofensas. Resaltan gobiernos del llamado tercer mundo que apoyan la censura para impedir toda crítica sobre su política.

En las iniciativas tendientes a la aprobación de mecanismos de censura para ser aplicados por el Estado y evitar los abusos, fraudes y rumores que supuestamente brotan, destaca una interrogante ¿ Los encargados de llevar a cabo la tarea de censurar en internet, cosa que incluye el bloqueo de sitios y contenidos, resistirán el impulso o tentación de aplicar la ley mordaza? Más aún, ¿Qué censor oficial u oficioso podría meterse en este auténtico berenjenal investigatorio y con qué bases? Por ejemplo, ¿bajo qué rasero se juzga que es ofensivo o no?

La internet libre es un tema cuya discusión puede llevar meses y años y finalmente no llegarse a nada, porque existen opiniones encontradas. Pero aquellos que presionan para hacer el Estado censor, aun con las mejores intenciones (recordemos que la célebre frase del camino empedrado al…), a nadie hacen un favor, ni a ellos mismos, pues “nada como reprimir en algo para luego seguirse reprimiendo en todo lo demás, como lo demuestra la historia de todas las tiranías”.