Han pasado muchos y diversos gobernantes en México, muchos de los mexicanos dieron su confianza a los partidos que gobernaron, otros, a los sistemas o tipo de gobierno, y otra gran parte al perfil de las personas que nos representarían como Mexicanos.
No podemos negar que nuestro país ha ido avanzando a pasos agigantados en la democracia, todos pedimos veracidad, transparencia y elocuencia. El camino más directo para restaurar la democracia es atacar el descontento del electorado en todas partes. La democracia favorece el crecimiento económico sostenido porque le da credibilidad a las exigencias del pueblo, pero no es un antídoto infalible contra el voto irracional y de una mayoría del electorado que vota por partidos populistas o elige políticos ineficientes, todos compartimos la responsabilidad de un mal gobierno. Con la ventaja de que podremos deshacernos de ellos, sin violencia en las próximas elecciones.
La desilusión ciudadana ha erosionado la democracia: la tasa de abstención ha aumentado año con año y un número creciente de votantes ha optado por grupos y partidos populistas y radicales. La abstención deslegitima cualquier proceso democrático porque la democracia está enraizada en la participación ciudadana.
Las razones del descontento ciudadano son muchas. En México la lista de esas deudas es muy larga: a la cerrazón del sistema partidista, habría que sumar la irresponsabilidad y la escasa rendición de cuentas de los políticos, la corrupción y la impunidad.
Históricamente hoy llega un presidente con un alto índice de votación, las razones son muchas, hartazgo, desilusión, y muchas muchas razones de gran peso, hoy Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad de encender el switch correcto, de no tropezar con los mismos errores de otros gobernantes, de escuchar a los círculos sociales que jamás han sido tomados en cuenta para construir nuestro México, hoy Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad de sumar todas las corrientes sociales, para detonar un país fuerte ante el mundo, hoy Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad de dar continuidad a una verdadera democracia, en la cual los mexicanos tengan confianza de nuestros gobiernos.
¡México Somos Todos! Los que votaron en contra, los indecisos, los que no votaron, los diferentes, los diversos, los iguales, los desfavorecidos, los privilegiados, todos todos, sumados somos casi 90 millones y también los 30 millones que votaron por el Cambio.
Apoyemos al gobierno federal, auditemos y seamos críticos de la administración Pública Federal, Construyamos Ciudadanía del siglo XXI, seamos leales al Estado Mexicano, pero sobre todo ¡seamos Felices!
¡Qué Dios bendiga a nuestro querido país!
¡Qué Dios Bendiga a México! viva México!
Es la percepción de un Jaibo de Corazón.
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