/ lunes 22 de febrero de 2021

Desde el faro | Destello: Por un beso coqueto, nació un estado de la república mexicana

Todos hemos experimentado ese dulce beso que nos hace sentir mariposas en el estómago y sucumbir al amor. Pero también hay quienes, por un beso, acceden a una petición política. Este es el caso del General Antonio López de Santa Anna.

El beso que Santa Anna recibió de una mujer, dio origen el estado de Aguascalientes, esta leyenda sobre cómo Antonio López de Santa Anna decidió independizar a Aguascalientes de Zacatecas, después de corresponder al beso de doña Luisa Fernández de García Rojas.

La leyenda sobre un beso que provocó el reconocimiento de Aguascalientes como estado independiente. Así como lo leen mis estimados lectores. Y todo se dio cuando el presidente Santa Anna, viajó rumbo a Zacatecas junto con tres mil hombres, con el afán de sofocar una rebelión en contra de su gobierno por parte del gobernador zacatecano Francisco García Salinas.

El 1º de mayo de 1835, el General Santa Anna pernoctaría en Aguascalientes en la casa de una familia de abolengo. Se trataba de la residencia de doña Luisa Fernández Villa de García Rojas y su esposo don Pedro García Rojas, un distinguido e influyente habitante de esa ciudad.

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Por esas fechas, Aguascalientes era un territorio agregado a la ciudad de Zacatecas y sus habitantes deseaban, desde hace mucho tiempo atrás, que su ciudad se independizara del yugo zacatecano.

La crónica cuenta que el pueblo esperaba con ansias la llegada del presidente. Y para brindarle una cálida bienvenida, llenaron con flores y papel de china la calle Morelos, donde estaba ubicada la residencia de los García Rojas.

Durante la cena, los anfitriones escucharon atentos las historias que el presidente les contaba. Hasta que, entre tema y tema, doña Luisa comenzó a relatarle acerca de la falta de empleos, de escuelas y de cómo la administración zacatecana se quedaba con gran parte de la recaudación del ayuntamiento de Aguascalientes.

Cuando ya casi terminaba su relato, un empleado llegó al comedor a buscar a don Pedro para que atendiera un asunto urgente, Don Pedro se disculpó y salió. Doña Luisa, reanudando su plática, le dijo con voz melosa y sugerente: “Aguascalientes busca ser independiente, basta que usted lo quiera general, que en este pueblo todos lo anhelamos, llegaríamos hasta el sacrificio para obtenerlo”.

– “¿De veras hasta el sacrificio?”, le contestó maliciosamente López de Santa Anna, tomándole la mano a doña Luisa. – “¡Hasta el sacrificio, general!”, le recalcó doña Luisa. López de Santa Anna, deslumbrado por la belleza y la coquetería de doña Luisa al hablar, acercó sus labios a los de la señora y se dio el prolongado e impetuoso beso que solo fue interrumpido por los pasos de don Pedro quien se acercaba al comedor. Al entrar el esposo a la escena, doña Luisa se acercó a él y le dijo emocionada: “¡Por fin Aguascalientes es independiente! ¿Verdad, general?”. El presidente asintió con la cabeza, aún, con el dulce néctar de la complicidad que lo hizo contestar: “Verdad, es”.

El 23 de mayo de 1835, se expidió un decreto confirmando la independencia de Aguascalientes. Don Pedro García Rojas fue nombrado su primer gobernador, premio otorgado por la histórica petición de su esposa.

Esta leyenda toma tanta fuerza que, en el escudo de Aguascalientes, se puede ver, debajo de una cadena, unos labios rojos. El símbolo de la representación del beso que protagonizaron Santa Anna y doña Luisa.

Una investigación realizada por el escritor Elías L. Torres nos deleita de La leyenda “Libertad por un beso” .

¿Y usted que ha hecho por un beso?

Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco

Cronista Municipal de Ciudad Madero.

CAROLINA INFANTE-BYN

CAROLINA INFANTE (2)

Todos hemos experimentado ese dulce beso que nos hace sentir mariposas en el estómago y sucumbir al amor. Pero también hay quienes, por un beso, acceden a una petición política. Este es el caso del General Antonio López de Santa Anna.

El beso que Santa Anna recibió de una mujer, dio origen el estado de Aguascalientes, esta leyenda sobre cómo Antonio López de Santa Anna decidió independizar a Aguascalientes de Zacatecas, después de corresponder al beso de doña Luisa Fernández de García Rojas.

La leyenda sobre un beso que provocó el reconocimiento de Aguascalientes como estado independiente. Así como lo leen mis estimados lectores. Y todo se dio cuando el presidente Santa Anna, viajó rumbo a Zacatecas junto con tres mil hombres, con el afán de sofocar una rebelión en contra de su gobierno por parte del gobernador zacatecano Francisco García Salinas.

El 1º de mayo de 1835, el General Santa Anna pernoctaría en Aguascalientes en la casa de una familia de abolengo. Se trataba de la residencia de doña Luisa Fernández Villa de García Rojas y su esposo don Pedro García Rojas, un distinguido e influyente habitante de esa ciudad.

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Por esas fechas, Aguascalientes era un territorio agregado a la ciudad de Zacatecas y sus habitantes deseaban, desde hace mucho tiempo atrás, que su ciudad se independizara del yugo zacatecano.

La crónica cuenta que el pueblo esperaba con ansias la llegada del presidente. Y para brindarle una cálida bienvenida, llenaron con flores y papel de china la calle Morelos, donde estaba ubicada la residencia de los García Rojas.

Durante la cena, los anfitriones escucharon atentos las historias que el presidente les contaba. Hasta que, entre tema y tema, doña Luisa comenzó a relatarle acerca de la falta de empleos, de escuelas y de cómo la administración zacatecana se quedaba con gran parte de la recaudación del ayuntamiento de Aguascalientes.

Cuando ya casi terminaba su relato, un empleado llegó al comedor a buscar a don Pedro para que atendiera un asunto urgente, Don Pedro se disculpó y salió. Doña Luisa, reanudando su plática, le dijo con voz melosa y sugerente: “Aguascalientes busca ser independiente, basta que usted lo quiera general, que en este pueblo todos lo anhelamos, llegaríamos hasta el sacrificio para obtenerlo”.

– “¿De veras hasta el sacrificio?”, le contestó maliciosamente López de Santa Anna, tomándole la mano a doña Luisa. – “¡Hasta el sacrificio, general!”, le recalcó doña Luisa. López de Santa Anna, deslumbrado por la belleza y la coquetería de doña Luisa al hablar, acercó sus labios a los de la señora y se dio el prolongado e impetuoso beso que solo fue interrumpido por los pasos de don Pedro quien se acercaba al comedor. Al entrar el esposo a la escena, doña Luisa se acercó a él y le dijo emocionada: “¡Por fin Aguascalientes es independiente! ¿Verdad, general?”. El presidente asintió con la cabeza, aún, con el dulce néctar de la complicidad que lo hizo contestar: “Verdad, es”.

El 23 de mayo de 1835, se expidió un decreto confirmando la independencia de Aguascalientes. Don Pedro García Rojas fue nombrado su primer gobernador, premio otorgado por la histórica petición de su esposa.

Esta leyenda toma tanta fuerza que, en el escudo de Aguascalientes, se puede ver, debajo de una cadena, unos labios rojos. El símbolo de la representación del beso que protagonizaron Santa Anna y doña Luisa.

Una investigación realizada por el escritor Elías L. Torres nos deleita de La leyenda “Libertad por un beso” .

¿Y usted que ha hecho por un beso?

Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco

Cronista Municipal de Ciudad Madero.

CAROLINA INFANTE-BYN

CAROLINA INFANTE (2)