/ lunes 17 de febrero de 2020

Desde el Faro | Doña Cecilia Villarreal, la mujer que dio nombre a Ciudad Madero

Pocos conocen la historia de Doña Cecilia Villarreal, hoy gracias a las redes sociales hay más gente que hace referencia a su vida como tema de novedad. Su vida fue algo apasionante por todo lo que vivió y representó.

Doña Cecilia empezó a tomar importancia cuando se instaló en la margen del río Pánuco.

Pero vamos desde el principio Doña Cecilia nació en Soto la Marina, en 1784. Llegó a la zona sur de Tamaulipas siendo una joven con su esposo Francisco de la Garza quien formaba parte de la milicia por lo que lo apodaban “El Dragón”. Solo tuvieron un hijo de nombre Felipe.

Doña Cecilia empezó a tomar importancia cuando se instaló en la margen del río Pánuco que después se conoció como “El Paso Doña Cecilia”. Se le llama así porque en esa área erige un mesón para dar servicio de hospedaje y comida a todos aquellos que tenían la necesidad de cruzar el río, con destino a Veracruz y viceversa.

El negocio prosperó gracias a que Doña Cecilia ofrecía servicio de comida preparada por ella misma y las personas que le ayudaban. El hospedaje se cobraba de acuerdo al presupuesto de los viajeros, de tal manera que también tenía servicio VIP, siendo con ello la primera prestadora de servicios hoteleros y restauranteros de la zona.

La tragedia se hace presente cuando su esposo fue asesinado de manera misteriosa, existiendo varias versiones, pero ninguna documentada sobre el crimen.

Sobreviviendo a la tragedia junto con su hijo Felipe se dedicó de lleno a su negocio, sin embargo al ser una señora joven, muy guapa y con un poder adquisitivo bastante bueno, es objeto del asedio de algunos hombres.

Para esa época ser una mujer sola no era bien visto y se prestaba a malas interpretaciones, por eso decide contraer nupcias con Don Manuel Casados, distinguido caballero de moral venerada y situación económica solvente de Pueblo Viejo, Veracruz. Con ello adquirió el respeto de un esposo pero este falleció muy pronto y nuevamente vuelve a casarse ahora con don Antonio Pérez.

La fatalidad la hace enviudar nuevamente por tercera ocasión, pero eso no la hace desistir de tener el respaldo y respeto de un esposo, así que se casa por cuarta ocasión con Don Pedro Domínguez.

En la visita a Tampico de la Marquesa Calderón de la Barca, esposa del plenipotenciado español Don Ángel Calderón de la Barca, durante su trayecto por el río Pánuco visualizó un encantador paraje que le llama la atención entre tanta selva. Inmediatamente manda preguntar quién pudiera vivir en ese lugar.

Es en su carta No. 52 con fecha 18 de enero de 1842 en el libro “La vida en México” que describe a doña Cecilia de la siguiente manera: “Yo la imaginaba joven, amorosa y con el corazón destrozado, una melancólica monja laica, que se había retirado a esa soledad huyendo de las vanidades y falsedad del mundo en donde vivía, como una heroína con el producto de su rebaño de limpias manos que ordeñaba vacas para hacer mantequilla, mientras que ella sentada extasiándose en la contemplación de las estrellas arriba y las víboras abajo”, una manera muy singular de describir a Doña Cecilia pero distante a la realidad.

Doña Cecilia falleció, según consta en acta No. 26 del libro 5 de entierros, en el año 1844. En este se consigna Nombre de la difunta: Doña Cecilia Villarreal, fallece de fiebre a la edad de 60 años, el 11 de febrero de 1844, casada con Pedro Domínguez, sepultada muy probablemente en el cementerio que se encontraba en la esquina de Obregón y la avenida Miguel Hidalgo, donde hoy está la escuela preparatoria Matías Servando Canales. Gracias al Dr. Gabino Ramos Hernández fue recuperada el acta de defunción.

Sin duda su aporte más valioso es haber participado en la gloriosa batalla del 11 de septiembre de 1829, cuando apoyó al ejército mexicano para evitar el intento de reconquista al lado de los Generales Antonio López de Santa Anna y Mier y Terán, testimonio plasmado en los partes militares.

Su nombre perdura a partir del 1 de mayo de 1924 cuando cinco colonias: La Barra, Árbol Grande, Paso de Doña Cecilia, Refinería y Miramar se independizan de Tampico y conforma un nuevo municipio como “Villa Cecilia” Tamaulipas y que años después se elevara al rango de ciudad con el nombre de CIUDAD MADERO a partir del 11 de septiembre de 1930.

Pocos conocen la historia de Doña Cecilia Villarreal, hoy gracias a las redes sociales hay más gente que hace referencia a su vida como tema de novedad. Su vida fue algo apasionante por todo lo que vivió y representó.

Doña Cecilia empezó a tomar importancia cuando se instaló en la margen del río Pánuco.

Pero vamos desde el principio Doña Cecilia nació en Soto la Marina, en 1784. Llegó a la zona sur de Tamaulipas siendo una joven con su esposo Francisco de la Garza quien formaba parte de la milicia por lo que lo apodaban “El Dragón”. Solo tuvieron un hijo de nombre Felipe.

Doña Cecilia empezó a tomar importancia cuando se instaló en la margen del río Pánuco que después se conoció como “El Paso Doña Cecilia”. Se le llama así porque en esa área erige un mesón para dar servicio de hospedaje y comida a todos aquellos que tenían la necesidad de cruzar el río, con destino a Veracruz y viceversa.

El negocio prosperó gracias a que Doña Cecilia ofrecía servicio de comida preparada por ella misma y las personas que le ayudaban. El hospedaje se cobraba de acuerdo al presupuesto de los viajeros, de tal manera que también tenía servicio VIP, siendo con ello la primera prestadora de servicios hoteleros y restauranteros de la zona.

La tragedia se hace presente cuando su esposo fue asesinado de manera misteriosa, existiendo varias versiones, pero ninguna documentada sobre el crimen.

Sobreviviendo a la tragedia junto con su hijo Felipe se dedicó de lleno a su negocio, sin embargo al ser una señora joven, muy guapa y con un poder adquisitivo bastante bueno, es objeto del asedio de algunos hombres.

Para esa época ser una mujer sola no era bien visto y se prestaba a malas interpretaciones, por eso decide contraer nupcias con Don Manuel Casados, distinguido caballero de moral venerada y situación económica solvente de Pueblo Viejo, Veracruz. Con ello adquirió el respeto de un esposo pero este falleció muy pronto y nuevamente vuelve a casarse ahora con don Antonio Pérez.

La fatalidad la hace enviudar nuevamente por tercera ocasión, pero eso no la hace desistir de tener el respaldo y respeto de un esposo, así que se casa por cuarta ocasión con Don Pedro Domínguez.

En la visita a Tampico de la Marquesa Calderón de la Barca, esposa del plenipotenciado español Don Ángel Calderón de la Barca, durante su trayecto por el río Pánuco visualizó un encantador paraje que le llama la atención entre tanta selva. Inmediatamente manda preguntar quién pudiera vivir en ese lugar.

Es en su carta No. 52 con fecha 18 de enero de 1842 en el libro “La vida en México” que describe a doña Cecilia de la siguiente manera: “Yo la imaginaba joven, amorosa y con el corazón destrozado, una melancólica monja laica, que se había retirado a esa soledad huyendo de las vanidades y falsedad del mundo en donde vivía, como una heroína con el producto de su rebaño de limpias manos que ordeñaba vacas para hacer mantequilla, mientras que ella sentada extasiándose en la contemplación de las estrellas arriba y las víboras abajo”, una manera muy singular de describir a Doña Cecilia pero distante a la realidad.

Doña Cecilia falleció, según consta en acta No. 26 del libro 5 de entierros, en el año 1844. En este se consigna Nombre de la difunta: Doña Cecilia Villarreal, fallece de fiebre a la edad de 60 años, el 11 de febrero de 1844, casada con Pedro Domínguez, sepultada muy probablemente en el cementerio que se encontraba en la esquina de Obregón y la avenida Miguel Hidalgo, donde hoy está la escuela preparatoria Matías Servando Canales. Gracias al Dr. Gabino Ramos Hernández fue recuperada el acta de defunción.

Sin duda su aporte más valioso es haber participado en la gloriosa batalla del 11 de septiembre de 1829, cuando apoyó al ejército mexicano para evitar el intento de reconquista al lado de los Generales Antonio López de Santa Anna y Mier y Terán, testimonio plasmado en los partes militares.

Su nombre perdura a partir del 1 de mayo de 1924 cuando cinco colonias: La Barra, Árbol Grande, Paso de Doña Cecilia, Refinería y Miramar se independizan de Tampico y conforma un nuevo municipio como “Villa Cecilia” Tamaulipas y que años después se elevara al rango de ciudad con el nombre de CIUDAD MADERO a partir del 11 de septiembre de 1930.