/ lunes 26 de julio de 2021

Desde el faro | Mauro Alanís González, un maderense que participó en 3 olimpiadas

La expectativa de la realización de los juegos olímpicos Japón 2020, todavía hace un mes, existía la incógnita si se llevarían a cabo o no como consecuencia de la pandemia de Covid 19 que se registró desde diciembre de 2019. Aun con las limitaciones, participarán 163 deportistas mexicanos en su XXXII edición. Solo que se realizarían en 2021.

Con una inauguración sumamente sencilla pero grandilocuente, y no era para menos, Japón es un país sorprendente que hizo gala de la tecnología para realizar la inauguración espectacularmente diferente y emotiva a lo que nos pudiéramos haber imaginado.

Grandes deportistas, hombres y mujeres mexicanos han escrito sus nombres en letras de oro en muchas disciplinas. Entre ellos el bien recordado Mauro Alanís (+).

Mauro Alanís González, fue una de las más grandes leyendas del deporte tamaulipeco, con un legado impresionante, participo en tres Olimpiadas y quince campeonatos nacionales en la disciplina de levantamiento olímpico de pesas.

Pero su gran amor también fue la charrería, el deporte mexicano por excelencia del cual fue un apasionado hasta el final de sus días, participando siempre montado en su caballo cada desfile del 16 de septiembre. Su última aparición lo hizo en silla de ruedas, pero feliz y sonriente con sus características gafas negra que lo hacían todo un personaje en ciudad Madero.

Nacido el 15 de enero de 1934 en su querida Ciudad Madero, Alanís González, trascendió a otro plano espiritual a los 82 años, el 9 de diciembre de 2016. Inició muy joven a desarrollarse en el deporte, coleccionó valiosísimos galardones, entre ellos quince campeonatos nacionales, además de importantes logros internacionales, con ello logra ganar el pase absoluto por primera vez a una olimpiada. Así es, asegura la asistencia a los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, de ahí continua a Tokio 1964 y México 1968.

Previo a su primera incursión en la Olimpiada, Mauro Alanís González conquistó una medalla de bronce para México en los Juegos Panamericanos efectuados en 1959 en Chicago, Illinois. De ahí en adelante comenzaría su gran trayectoria; en 1960 en Roma, se colocó en lugar 16.

También, participo en los Centroamericanos del 62 en Kingston y Panamericanos de São Paulo, Brasil en el 63, para llegar a Tokio y los Juegos Olímpicos celebrados en tierras niponas; en 1966 conquista plata en los Centroamericanos de Puerto Rico, y un año más tarde logra obtener el quinto lugar y en 1967 compitió en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, alcanzó un quinto lugar y en ese mismo año, por primera vez México competía en un Mundial, con sede en Berlín, y ahí Manuel Mateos de la Rosa ocupó noveno sitio y el maderense Mauro Alanís González la onceava posición.

El adiós de los escenarios olímpicos para el triunfador maderense fueron los Juegos Olímpicos celebrados en México 1968, ahí obtuvo un 14.° lugar compitiendo en la categoría de 67 kilos.

En la práctica de este deporte, conquistó por espacio de 15 años campeonatos nacionales, 13 en la categoría de 60 kilos y 2 en peso ligero, asimismo, a lo largo de 10 años fue el mejor levantador de pesas del país y en Tamaulipas ha dejado el legado de ser 10 años (de 1955 a 1965) campeones nacionales por equipos, además de ser un reconocido instructor de esta disciplina y forjando numerosos campeones.

En 1986 fue entronizado en el Salón de la Fama de la Codeme Ciudad de México y posteriormente en el Salón al Mérito Deportivo de Tamaulipas, en Ciudad Victoria, y en 1992 la “Jaiba de Oro” por su vida deportiva y proyección a nivel nacional e internacional; posteriormente, fue entronizado al Salón de la Fama en Ciudad Madero.

La charrería fue, a la par que el levantamiento de pesas, una de las pasiones de Mauro Alanís González, quien se destacó en el jineteo de novillo, de yeguas, así como en la suerte “el paso de la muerte”, representando a Tamaulipas en congresos charros y fue fundador de la Asociación de Charros de Ciudad Madero.

Las nuevas generaciones de atletas luchan para llegar a la máxima fiesta deportiva, pero deben conocer quienes han dejado su nombre en el pódium y sobre todo han dado un nombre glorioso a ciudad Madero

Nos leemos la próxima semana DESDE EL FARO

Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco.

La expectativa de la realización de los juegos olímpicos Japón 2020, todavía hace un mes, existía la incógnita si se llevarían a cabo o no como consecuencia de la pandemia de Covid 19 que se registró desde diciembre de 2019. Aun con las limitaciones, participarán 163 deportistas mexicanos en su XXXII edición. Solo que se realizarían en 2021.

Con una inauguración sumamente sencilla pero grandilocuente, y no era para menos, Japón es un país sorprendente que hizo gala de la tecnología para realizar la inauguración espectacularmente diferente y emotiva a lo que nos pudiéramos haber imaginado.

Grandes deportistas, hombres y mujeres mexicanos han escrito sus nombres en letras de oro en muchas disciplinas. Entre ellos el bien recordado Mauro Alanís (+).

Mauro Alanís González, fue una de las más grandes leyendas del deporte tamaulipeco, con un legado impresionante, participo en tres Olimpiadas y quince campeonatos nacionales en la disciplina de levantamiento olímpico de pesas.

Pero su gran amor también fue la charrería, el deporte mexicano por excelencia del cual fue un apasionado hasta el final de sus días, participando siempre montado en su caballo cada desfile del 16 de septiembre. Su última aparición lo hizo en silla de ruedas, pero feliz y sonriente con sus características gafas negra que lo hacían todo un personaje en ciudad Madero.

Nacido el 15 de enero de 1934 en su querida Ciudad Madero, Alanís González, trascendió a otro plano espiritual a los 82 años, el 9 de diciembre de 2016. Inició muy joven a desarrollarse en el deporte, coleccionó valiosísimos galardones, entre ellos quince campeonatos nacionales, además de importantes logros internacionales, con ello logra ganar el pase absoluto por primera vez a una olimpiada. Así es, asegura la asistencia a los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, de ahí continua a Tokio 1964 y México 1968.

Previo a su primera incursión en la Olimpiada, Mauro Alanís González conquistó una medalla de bronce para México en los Juegos Panamericanos efectuados en 1959 en Chicago, Illinois. De ahí en adelante comenzaría su gran trayectoria; en 1960 en Roma, se colocó en lugar 16.

También, participo en los Centroamericanos del 62 en Kingston y Panamericanos de São Paulo, Brasil en el 63, para llegar a Tokio y los Juegos Olímpicos celebrados en tierras niponas; en 1966 conquista plata en los Centroamericanos de Puerto Rico, y un año más tarde logra obtener el quinto lugar y en 1967 compitió en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, alcanzó un quinto lugar y en ese mismo año, por primera vez México competía en un Mundial, con sede en Berlín, y ahí Manuel Mateos de la Rosa ocupó noveno sitio y el maderense Mauro Alanís González la onceava posición.

El adiós de los escenarios olímpicos para el triunfador maderense fueron los Juegos Olímpicos celebrados en México 1968, ahí obtuvo un 14.° lugar compitiendo en la categoría de 67 kilos.

En la práctica de este deporte, conquistó por espacio de 15 años campeonatos nacionales, 13 en la categoría de 60 kilos y 2 en peso ligero, asimismo, a lo largo de 10 años fue el mejor levantador de pesas del país y en Tamaulipas ha dejado el legado de ser 10 años (de 1955 a 1965) campeones nacionales por equipos, además de ser un reconocido instructor de esta disciplina y forjando numerosos campeones.

En 1986 fue entronizado en el Salón de la Fama de la Codeme Ciudad de México y posteriormente en el Salón al Mérito Deportivo de Tamaulipas, en Ciudad Victoria, y en 1992 la “Jaiba de Oro” por su vida deportiva y proyección a nivel nacional e internacional; posteriormente, fue entronizado al Salón de la Fama en Ciudad Madero.

La charrería fue, a la par que el levantamiento de pesas, una de las pasiones de Mauro Alanís González, quien se destacó en el jineteo de novillo, de yeguas, así como en la suerte “el paso de la muerte”, representando a Tamaulipas en congresos charros y fue fundador de la Asociación de Charros de Ciudad Madero.

Las nuevas generaciones de atletas luchan para llegar a la máxima fiesta deportiva, pero deben conocer quienes han dejado su nombre en el pódium y sobre todo han dado un nombre glorioso a ciudad Madero

Nos leemos la próxima semana DESDE EL FARO

Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco.