/ lunes 24 de enero de 2022

Desde el faro | Pobre, solo y sin fama murió don Lupe

Muchos de los artistas, compositores, boxeadores, deportista, pintores, activistas o inventores tienen la desgracia de morir en extrema pobreza y abandonados. Algunos se dedican a despilfarrar las grandes cantidades de dinero que ganan, pero sin administrar y guardar, finalmente llegan al fracaso en indigencia y desánimo. Otros mueren en pobreza sin saber siquiera que mucho tiempo después sus obras serían comercializadas en grandes cantidades de dinero y las catalogan como obras.

Personajes que aportaron mucho a la cultura, el deporte o la historia han pasado por esta triste historia, lo curioso es que ahora con las plataformas digitales es muy fácil accesar a las obras e historias de estos personajes que no conocieron la trascendencia de sus obras.

Murió a las 9 de la mañana el 20 de enero de 1913 en la más completa soledad, el acta de defunción dice que lo mató la enteritis aguda, pero sus allegados creían que lo mató la tristeza; su amado y único hijo había muerto y su esposa lo había abandonado cansada de la pobreza.

Los vecinos de la vecindad de Tepito donde vivió hasta su muerte, lo velaron en su cuarto y se cooperaron para comprar un cajón para poder enterrar a Don Lupe.

El 21 de enero, en una humilde carreta jalada por dos mulitas, llevaron su ataúd al Panteón de Dolores donde fue enterrado en la clase 6 del panteón, de manera gratuita, después de 7 años sacaron sus pobres huesos de la tumba y los arrojaron a la fosa común, ahí se convirtió en una calavera más del montón el magnífico grabador, ilustrador y caricaturista mexicano: José Guadalupe Posada.

Creador de la famosa “Calaca Garbancera” que posteriormente el pintor mexicano Diego Rivera popularizara a la muy famosa “Catrina”

Somos tan novedosos y de repente nos creemos muy mexicanos y cultos al portar una diadema de flores que recuerda la imagen de la sobrevaluada Frida Kahlo que en realidad nada tiene que ver con José Guadalupe Posada.

Historias como estas son tristes por el lucro que se practica con los logros de los que mueren sin disfrutar un solo peso de sus obras.

Bien lo dijo la escritora Ana María Rabaté en su frase… “En Vida hermano, en Vida”, ¿si no después, ya para qué?

Historias de mi México que seguiremos leyendo el próximo lunes, DESDE EL FARO.

Muchos de los artistas, compositores, boxeadores, deportista, pintores, activistas o inventores tienen la desgracia de morir en extrema pobreza y abandonados. Algunos se dedican a despilfarrar las grandes cantidades de dinero que ganan, pero sin administrar y guardar, finalmente llegan al fracaso en indigencia y desánimo. Otros mueren en pobreza sin saber siquiera que mucho tiempo después sus obras serían comercializadas en grandes cantidades de dinero y las catalogan como obras.

Personajes que aportaron mucho a la cultura, el deporte o la historia han pasado por esta triste historia, lo curioso es que ahora con las plataformas digitales es muy fácil accesar a las obras e historias de estos personajes que no conocieron la trascendencia de sus obras.

Murió a las 9 de la mañana el 20 de enero de 1913 en la más completa soledad, el acta de defunción dice que lo mató la enteritis aguda, pero sus allegados creían que lo mató la tristeza; su amado y único hijo había muerto y su esposa lo había abandonado cansada de la pobreza.

Los vecinos de la vecindad de Tepito donde vivió hasta su muerte, lo velaron en su cuarto y se cooperaron para comprar un cajón para poder enterrar a Don Lupe.

El 21 de enero, en una humilde carreta jalada por dos mulitas, llevaron su ataúd al Panteón de Dolores donde fue enterrado en la clase 6 del panteón, de manera gratuita, después de 7 años sacaron sus pobres huesos de la tumba y los arrojaron a la fosa común, ahí se convirtió en una calavera más del montón el magnífico grabador, ilustrador y caricaturista mexicano: José Guadalupe Posada.

Creador de la famosa “Calaca Garbancera” que posteriormente el pintor mexicano Diego Rivera popularizara a la muy famosa “Catrina”

Somos tan novedosos y de repente nos creemos muy mexicanos y cultos al portar una diadema de flores que recuerda la imagen de la sobrevaluada Frida Kahlo que en realidad nada tiene que ver con José Guadalupe Posada.

Historias como estas son tristes por el lucro que se practica con los logros de los que mueren sin disfrutar un solo peso de sus obras.

Bien lo dijo la escritora Ana María Rabaté en su frase… “En Vida hermano, en Vida”, ¿si no después, ya para qué?

Historias de mi México que seguiremos leyendo el próximo lunes, DESDE EL FARO.