/ martes 7 de julio de 2020

Economía para todos | Comienza el T-MEC

El 1 de julio pasado entró en vigor el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, mejor conocido como T-MEC, convenio que sustituye al TLCAN y que se espera que ayude a impulsar la economía mexicana en un momento en el que más lo necesita.

Según el economista clásico David Ricardo, en su libro “Principios de Economía Política” (1817), menciona que, si un país era bueno produciendo un producto, y otro país haciendo otro producto, cada nación debería especializarse en cada producto y comerciar, así cada país tendría bienes y servicios de mayor calidad y a menor costo.

De ahí la importancia del intercambio de productos, tanto internacional como localmente, que hace a los países más competitivos; así como permitir la especialización y, por lo tanto, genera ventajas comparativas para el país o región que se especializa. Es así como el comercio exterior estimula la demanda de importaciones y exportaciones entre dos o más países, aumentando la producción de bienes y servicios, fomentando la creación de empleos y oportunidades de inversión, que posteriormente, devenga en un mayor consumo y producto interno bruto del país.

En ese contexto, a partir de los años ochenta, México comenzó a realizar acuerdos comerciales con el propósito de tener una apertura económica que fomentara mayores oportunidades y mayor competitividad para el país, siendo el acuerdo más importante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyos socios comerciales han sido México, Estados Unidos y Canadá desde enero de 1994.

Dicho tratado fue una pieza primordial para el sector agroalimentario entre Estados Unidos y México, siendo México el segundo mercado para las exportaciones agroalimentarias de E.U. debido a la eliminación de ciertas restricciones cuantitativas y cualitativas entre ambos países. A su vez, desde que entró en vigor el TLCAN, las exportaciones mexicanas de productos agroalimentarios a Canadá crecieron alrededor de 24 veces.

26 años después, entre negociaciones y aprobaciones por parte de los países inmiscuidos, entró en vigor el T-MEC, que, a diferencia del tratado anterior, ahora incluye compromisos en materia ambiental y laboral, así como sectores que en años atrás no existían, como el comercio digital. Asimismo, es prueba fundamental de lo fortalecido y profundo de la integración económica de los países miembros; el cual ha superado los embates políticos durante las campañas electorales, promesas de abandonarlo o intención de concluirlo por parte de Donald Trump que según él, había sido “el peor tratado de la historia”.

De esta manera, es imposible saber qué habría pasado si México no hubiera sido partícipe de la apertura de su economía con el exterior en uno de los tratados más importantes del mundo, pero tampoco es sostenible que el tratado ha favorecido enormemente a nuestro país; por lo que el nuevo T-MEC tiene la viabilidad de impulsar a la recuperación económica nacional dado el escenario adverso por la crisis del Covid-19.

No obstante, nuestra economía ya mostraba indicios de un comportamiento a la baja mucho antes del surgimiento de la pandemia, esto a consecuencia del abandono de un ambiente idóneo para la inversión nacional y extranjera; por lo que estará en manos del gobierno actual adoptar políticas económicas adecuadas para aumentar el atractivo a la inversión. Cuídese mucho.

Regeneración 19

riveravela92@gmail.com

El 1 de julio pasado entró en vigor el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, mejor conocido como T-MEC, convenio que sustituye al TLCAN y que se espera que ayude a impulsar la economía mexicana en un momento en el que más lo necesita.

Según el economista clásico David Ricardo, en su libro “Principios de Economía Política” (1817), menciona que, si un país era bueno produciendo un producto, y otro país haciendo otro producto, cada nación debería especializarse en cada producto y comerciar, así cada país tendría bienes y servicios de mayor calidad y a menor costo.

De ahí la importancia del intercambio de productos, tanto internacional como localmente, que hace a los países más competitivos; así como permitir la especialización y, por lo tanto, genera ventajas comparativas para el país o región que se especializa. Es así como el comercio exterior estimula la demanda de importaciones y exportaciones entre dos o más países, aumentando la producción de bienes y servicios, fomentando la creación de empleos y oportunidades de inversión, que posteriormente, devenga en un mayor consumo y producto interno bruto del país.

En ese contexto, a partir de los años ochenta, México comenzó a realizar acuerdos comerciales con el propósito de tener una apertura económica que fomentara mayores oportunidades y mayor competitividad para el país, siendo el acuerdo más importante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyos socios comerciales han sido México, Estados Unidos y Canadá desde enero de 1994.

Dicho tratado fue una pieza primordial para el sector agroalimentario entre Estados Unidos y México, siendo México el segundo mercado para las exportaciones agroalimentarias de E.U. debido a la eliminación de ciertas restricciones cuantitativas y cualitativas entre ambos países. A su vez, desde que entró en vigor el TLCAN, las exportaciones mexicanas de productos agroalimentarios a Canadá crecieron alrededor de 24 veces.

26 años después, entre negociaciones y aprobaciones por parte de los países inmiscuidos, entró en vigor el T-MEC, que, a diferencia del tratado anterior, ahora incluye compromisos en materia ambiental y laboral, así como sectores que en años atrás no existían, como el comercio digital. Asimismo, es prueba fundamental de lo fortalecido y profundo de la integración económica de los países miembros; el cual ha superado los embates políticos durante las campañas electorales, promesas de abandonarlo o intención de concluirlo por parte de Donald Trump que según él, había sido “el peor tratado de la historia”.

De esta manera, es imposible saber qué habría pasado si México no hubiera sido partícipe de la apertura de su economía con el exterior en uno de los tratados más importantes del mundo, pero tampoco es sostenible que el tratado ha favorecido enormemente a nuestro país; por lo que el nuevo T-MEC tiene la viabilidad de impulsar a la recuperación económica nacional dado el escenario adverso por la crisis del Covid-19.

No obstante, nuestra economía ya mostraba indicios de un comportamiento a la baja mucho antes del surgimiento de la pandemia, esto a consecuencia del abandono de un ambiente idóneo para la inversión nacional y extranjera; por lo que estará en manos del gobierno actual adoptar políticas económicas adecuadas para aumentar el atractivo a la inversión. Cuídese mucho.

Regeneración 19

riveravela92@gmail.com