/ martes 12 de abril de 2022

Economía para todos | Más inflación

El jueves pasado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó las cifras referentes al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) para marzo pasado, en donde, sin ninguna novedad, permanecieron altas e incluso se incrementaron.

Desde mediados del año pasado hemos estado vislumbrando tasas altas de inflación derivado de la reapertura de la economía global que, a su vez, generó múltiples cuellos de botella en las cadenas de producción que volcaron en un alza desmedida de los precios de ciertos productos.

En tanto, desde ese lapso de tiempo hasta la actualidad, se han mantenido los altos precios de los productos, hasta que a inicios de este año y más preciso a finales de febrero, un conflicto bélico en Europa del Este añadió combustible a la hoguera de la inflación. Provocando mayores cuellos de botella, interrupciones en las cadenas de valor, afectaciones en las exportaciones e importaciones en países con producción altamente especializada de productos clave para la población mundial como lo ha sido el trigo y los fertilizantes, así como sanciones a países productores y exportadores de petróleo que han encarecido el precio de los combustibles a nivel internacional.

Es por ello que hemos presenciado y principalmente, hemos visto mermado nuestro poder adquisitivo al tener que desembolsar más cantidad de dinero para adquirir ciertos productos, en especial los agropecuarios y los combustibles que, a pesar de presentar un estímulo por parte del Gobierno Federal, es innegable que sigue permaneciendo en niveles altos y que presente una afectación grave en los bolsillos de la población.

Es así que el Inegi, el pasado jueves presentó las cifras relacionadas a la inflación, donde para el mes de marzo, la variación mensual mostró un incremento del 0.99 por ciento, siendo la cifra más elevada desde noviembre de 2021, cuando fue de 1.14 por ciento mensual. Registro que fue el más elevado desde que ocurriera el “gasolinazo” de la administración federal pasada en enero de 2017, cuando la variación mensual se colocó en 1.70 por ciento.

Por su parte, el índice subyacente, que calcula la variación de precios de productos “estables” como las mercancías y servicios, tuvo una variación mensual del 0.72 por ciento respecto al mes previo. Mientras que el índice no subyacente, donde radican los productos más volátiles como son los agropecuarios, los combustibles y las tarifas autorizadas por el gobierno, tuvo un incremento del 1.79 por ciento respecto al mes de febrero, teniendo mayor incidencia por los energéticos y después, los productos agropecuarios.

En tanto, las variaciones interanuales, es decir, las variaciones respecto al mismo periodo del año anterior, se encuentran en niveles no vistos desde enero de 2001 cuando fueron de 8.11 por ciento anual, mientras que en marzo pasado se colocaron en 7.45 por ciento anual.

Por su parte, en el índice subyacente, que reflejó un incremento interanual de 6.78 por ciento, no había tocado esos niveles desde junio de 2001, cuando fue de 6.70 por ciento.

A su vez, el indicador no subyacente registró un incremento del 9.45 por ciento anual y cuya cifra está alineada a la tendencia que se ha mostrado desde mediados del año pasado, donde los energéticos lideraron las alzas hasta que fueron relevadas por los agropecuarios a finales del año pasado y principios de este año.

De tal manera que ante la inflación incesante que no parece vislumbrarse una corrección de tendencia hacia la baja en el corto plazo, se esperaría que Banco de México opte por seguir incrementando su tasa de referencia para tratar de mitigar las afectaciones externas que han mermado el consumo interno en nuestro país, por lo tanto, también se esperaría que la tasa de interés llegase a rondar el 8 por ciento a final de año para llevar un incremento paralelo al mostrado por la Banca Central estadounidense, afectando también la recuperación económica nacional. Cuídese mucho.

Regeneración 19

El jueves pasado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó las cifras referentes al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) para marzo pasado, en donde, sin ninguna novedad, permanecieron altas e incluso se incrementaron.

Desde mediados del año pasado hemos estado vislumbrando tasas altas de inflación derivado de la reapertura de la economía global que, a su vez, generó múltiples cuellos de botella en las cadenas de producción que volcaron en un alza desmedida de los precios de ciertos productos.

En tanto, desde ese lapso de tiempo hasta la actualidad, se han mantenido los altos precios de los productos, hasta que a inicios de este año y más preciso a finales de febrero, un conflicto bélico en Europa del Este añadió combustible a la hoguera de la inflación. Provocando mayores cuellos de botella, interrupciones en las cadenas de valor, afectaciones en las exportaciones e importaciones en países con producción altamente especializada de productos clave para la población mundial como lo ha sido el trigo y los fertilizantes, así como sanciones a países productores y exportadores de petróleo que han encarecido el precio de los combustibles a nivel internacional.

Es por ello que hemos presenciado y principalmente, hemos visto mermado nuestro poder adquisitivo al tener que desembolsar más cantidad de dinero para adquirir ciertos productos, en especial los agropecuarios y los combustibles que, a pesar de presentar un estímulo por parte del Gobierno Federal, es innegable que sigue permaneciendo en niveles altos y que presente una afectación grave en los bolsillos de la población.

Es así que el Inegi, el pasado jueves presentó las cifras relacionadas a la inflación, donde para el mes de marzo, la variación mensual mostró un incremento del 0.99 por ciento, siendo la cifra más elevada desde noviembre de 2021, cuando fue de 1.14 por ciento mensual. Registro que fue el más elevado desde que ocurriera el “gasolinazo” de la administración federal pasada en enero de 2017, cuando la variación mensual se colocó en 1.70 por ciento.

Por su parte, el índice subyacente, que calcula la variación de precios de productos “estables” como las mercancías y servicios, tuvo una variación mensual del 0.72 por ciento respecto al mes previo. Mientras que el índice no subyacente, donde radican los productos más volátiles como son los agropecuarios, los combustibles y las tarifas autorizadas por el gobierno, tuvo un incremento del 1.79 por ciento respecto al mes de febrero, teniendo mayor incidencia por los energéticos y después, los productos agropecuarios.

En tanto, las variaciones interanuales, es decir, las variaciones respecto al mismo periodo del año anterior, se encuentran en niveles no vistos desde enero de 2001 cuando fueron de 8.11 por ciento anual, mientras que en marzo pasado se colocaron en 7.45 por ciento anual.

Por su parte, en el índice subyacente, que reflejó un incremento interanual de 6.78 por ciento, no había tocado esos niveles desde junio de 2001, cuando fue de 6.70 por ciento.

A su vez, el indicador no subyacente registró un incremento del 9.45 por ciento anual y cuya cifra está alineada a la tendencia que se ha mostrado desde mediados del año pasado, donde los energéticos lideraron las alzas hasta que fueron relevadas por los agropecuarios a finales del año pasado y principios de este año.

De tal manera que ante la inflación incesante que no parece vislumbrarse una corrección de tendencia hacia la baja en el corto plazo, se esperaría que Banco de México opte por seguir incrementando su tasa de referencia para tratar de mitigar las afectaciones externas que han mermado el consumo interno en nuestro país, por lo tanto, también se esperaría que la tasa de interés llegase a rondar el 8 por ciento a final de año para llevar un incremento paralelo al mostrado por la Banca Central estadounidense, afectando también la recuperación económica nacional. Cuídese mucho.

Regeneración 19