/ martes 5 de enero de 2021

Economía para todos | Perspectivas 2021

Con el inicio de un nuevo año, como cada vez, se espera que comience y se concluya de la mejor manera; sin embargo, con los antecedentes recientes, persiste aún la incertidumbre.

Después de una de las mayores contracciones históricas en la economía mexicana donde perdimos empleos, empresas y, sobre todo, vidas humanas; la creación y aplicación de una vacuna que mitigue la enfermedad que nos mantuvo en confinamiento la mayor parte del año pasado, es uno de los principales motores para la reactivación económica y social que se espera con ansias para este año. Sin embargo, no solamente dependerá de la aplicación de una dosis en el brazo —que será lenta y gradual—, sino del comportamiento de la sociedad, la reacción del sector privado después de haber sido muy golpeado el año pasado; pero, sobre todo, del impulso que le otorgue el sector público a la economía mexicana con un ejercicio presupuestal íntegro.

Mientras las exportaciones nacionales han vuelto a los niveles registrados antes de la pandemia en el tercer trimestre del 2020 según datos del Inegi, los índices de inversión y consumo interno han sufrido caídas drásticas debido a la incertidumbre que impera por la falta de criterios claros en el país. Por lo que a medida que las economías desarrolladas retomen el paso de la recuperación económica mientras la disponibilidad y aplicación de la vacuna se lo permitan, los países exportadores como México podrían aprovecharse de la situación para llevar a cabo un efecto arrastre que nos ayude a un crecimiento gradual para este año.

Por otra parte, los mercados de valores mexicanos poco a poco han vuelto a tener un poco de estabilidad después de la alta volatilidad que prevaleció en la mayoría del año pasado.

En tanto, el tipo de cambio cerró el año 2020 —según información del Banco de México— en 19.9087 pesos por dólar, mientras que un año atrás, había cerrado en 18.8642; esto significando una depreciación de nuestra moneda respecto al dólar estadounidense del 5.53%. Sin embargo, si comparamos a partir de cuando fue decretada la pandemia por parte de la Organización Mundial de Salud en marzo; donde llegó a cotizar en máximos históricos el 24 de marzo siendo de 25.1185 pesos por dólar, el tipo de cambio se apreció en alrededor del 20 por ciento a finales de año; no obstante esta apreciación de la moneda nacional no ha sido producto de las políticas económicas aplicadas en nuestro país, sino más bien de la depreciación del dólar estadounidense respecto a todas las monedas del mundo. Mientras el índice dólar —mide la apreciación o depreciación del dólar estadounidense frente a las demás divisas— se colocaba en 102.247 unidades el 24 de marzo, al cierre de año se posicionó en 89.894 unidades, significando una caída en (-)12.08%. Siendo la razón principal de que nuestra moneda también se apreciara respecto a la divisa estadounidense.

En tanto, según Banco de México, para este año se espera un crecimiento entre 1.3 y 5.6% anual, esto principalmente debido al efecto rebote de los meses posteriores a la caída del (-)18.7% anual en el 2T2020. Mientras que instituciones mundiales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional, esperan un crecimiento del 3.6 y 3.5 por ciento anual respectivamente para 2021 en nuestro país.

Por lo que el efecto que podría tener la economía nacional después de lo acontecido el año pasado, puede ser en forma de “palomita”, llegando a volver a niveles prepandemia hasta los años 2023-2024, mientras que, si vuelven los confinamientos y el aligeramiento de las restricciones sanitarias, podríamos observar una recuperación en forma de “W”, haciendo que la economía mexicana se retrase aún más en alcanzar los niveles deseados.

Por lo que a medida que sigan avanzando los casos contagiados y la aplicación de dosis a lo largo del territorio nacional, es como iremos viendo y reconfigurando las proyecciones económicas para este año, porque si algo aprendimos en el año que concluyó, es que una situación atípica puede cambiar nuestra perspectiva en un abrir y cerrar de ojos.

Regeneración 19

Con el inicio de un nuevo año, como cada vez, se espera que comience y se concluya de la mejor manera; sin embargo, con los antecedentes recientes, persiste aún la incertidumbre.

Después de una de las mayores contracciones históricas en la economía mexicana donde perdimos empleos, empresas y, sobre todo, vidas humanas; la creación y aplicación de una vacuna que mitigue la enfermedad que nos mantuvo en confinamiento la mayor parte del año pasado, es uno de los principales motores para la reactivación económica y social que se espera con ansias para este año. Sin embargo, no solamente dependerá de la aplicación de una dosis en el brazo —que será lenta y gradual—, sino del comportamiento de la sociedad, la reacción del sector privado después de haber sido muy golpeado el año pasado; pero, sobre todo, del impulso que le otorgue el sector público a la economía mexicana con un ejercicio presupuestal íntegro.

Mientras las exportaciones nacionales han vuelto a los niveles registrados antes de la pandemia en el tercer trimestre del 2020 según datos del Inegi, los índices de inversión y consumo interno han sufrido caídas drásticas debido a la incertidumbre que impera por la falta de criterios claros en el país. Por lo que a medida que las economías desarrolladas retomen el paso de la recuperación económica mientras la disponibilidad y aplicación de la vacuna se lo permitan, los países exportadores como México podrían aprovecharse de la situación para llevar a cabo un efecto arrastre que nos ayude a un crecimiento gradual para este año.

Por otra parte, los mercados de valores mexicanos poco a poco han vuelto a tener un poco de estabilidad después de la alta volatilidad que prevaleció en la mayoría del año pasado.

En tanto, el tipo de cambio cerró el año 2020 —según información del Banco de México— en 19.9087 pesos por dólar, mientras que un año atrás, había cerrado en 18.8642; esto significando una depreciación de nuestra moneda respecto al dólar estadounidense del 5.53%. Sin embargo, si comparamos a partir de cuando fue decretada la pandemia por parte de la Organización Mundial de Salud en marzo; donde llegó a cotizar en máximos históricos el 24 de marzo siendo de 25.1185 pesos por dólar, el tipo de cambio se apreció en alrededor del 20 por ciento a finales de año; no obstante esta apreciación de la moneda nacional no ha sido producto de las políticas económicas aplicadas en nuestro país, sino más bien de la depreciación del dólar estadounidense respecto a todas las monedas del mundo. Mientras el índice dólar —mide la apreciación o depreciación del dólar estadounidense frente a las demás divisas— se colocaba en 102.247 unidades el 24 de marzo, al cierre de año se posicionó en 89.894 unidades, significando una caída en (-)12.08%. Siendo la razón principal de que nuestra moneda también se apreciara respecto a la divisa estadounidense.

En tanto, según Banco de México, para este año se espera un crecimiento entre 1.3 y 5.6% anual, esto principalmente debido al efecto rebote de los meses posteriores a la caída del (-)18.7% anual en el 2T2020. Mientras que instituciones mundiales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional, esperan un crecimiento del 3.6 y 3.5 por ciento anual respectivamente para 2021 en nuestro país.

Por lo que el efecto que podría tener la economía nacional después de lo acontecido el año pasado, puede ser en forma de “palomita”, llegando a volver a niveles prepandemia hasta los años 2023-2024, mientras que, si vuelven los confinamientos y el aligeramiento de las restricciones sanitarias, podríamos observar una recuperación en forma de “W”, haciendo que la economía mexicana se retrase aún más en alcanzar los niveles deseados.

Por lo que a medida que sigan avanzando los casos contagiados y la aplicación de dosis a lo largo del territorio nacional, es como iremos viendo y reconfigurando las proyecciones económicas para este año, porque si algo aprendimos en el año que concluyó, es que una situación atípica puede cambiar nuestra perspectiva en un abrir y cerrar de ojos.

Regeneración 19