/ martes 21 de septiembre de 2021

Economía para todos | Quien mucho abarca…

¿Recuerda la crisis financiera global del 2008 cuando una firma financiera entró en bancarrota debido a su alto grado de deuda en hipotecas basura en el mercado inmobiliario estadounidense? Bueno, podría pasar algo similar, pero en otras latitudes.

El pasado 15 de septiembre se cumplieron 13 años desde que la entidad financiera Lehman Brothers se declaró en bancarrota, y con ello, el origen de un efecto dominó que tuvo repercusiones globales al ser una de las peores crisis económicas de la historia.

Con el objetivo de alentar el ánimo después de los atentados del 11-S en 2001, George W. Bush impulsó la baja de intereses, provocando la concesión de préstamos y créditos prácticamente sin ningún tipo de requisito o filtro, llegándolos a conceder a personas sin trabajo, ingresos o liquidez, y precisamente, originar las hipotecas subprime —o “basura”— que desencadenarían la “Gran Recesión” en 2008.

Cabe destacar que no solamente las malas inversiones en el sector inmobiliario de Lehman Brothers fueron las responsables, si no que, también, hubo un puñado de entidades financieras, crediticias y ejecutivos sin escrúpulos, los que alentaron a que se formara una crisis financiera perfecta.

Ahora bien, ¿qué tienen en común una entidad financiera estadounidense y un desarrollador inmobiliario chino? En el mundo globalizado actual, es muy común encontrar que corporativos trasnacionales tengan participaciones en inversiones y deuda dentro de otros países, que, si llegara a existir un problema interno en la empresa, pudiera provocar fuertes implicaciones en el país de origen y en donde se tienen dichas participaciones, y en el caso de Evergrande, no es la excepción.

Evergrande es un desarrollador inmobiliario chino con ventas de alrededor de 100 mil millones de dólares y utilidades de poco más de 5 mil millones de dólares; a su vez, cuenta con participación en más de mil 300 proyectos en más de 280 ciudades según su sitio web. No obstante, ha sobrepasado los límites de su participación, teniendo inversiones en compañías de vehículos eléctricos, producción de medios e internet, un parque temático, una empresa de agua mineral y hasta en un club de fútbol en China.

Esto ha hecho que se convirtiera en el desarrollador inmobiliario más endeudado del mundo, teniendo una carga de deuda de más de 100 mil millones de dólares y contando con más de 300 mil millones de dólares en pasivos contables. Por lo que a medida que incrementaba la deuda, también lo hicieron los intereses sobre la misma; volviendo insuficientes sus ingresos para poder condonar las deudas.

Fue así que Evergrande, en 2020, emitió un comunicado al gobierno chino en donde mostraba su incapacidad de cumplir sus obligaciones con la advertencia de un posible incumplimiento de pago y con riesgo de causar una crisis sistémica dentro del sector financiero. Esto ha llevado a que la compañía esté ofreciendo propiedades en descuento para poder realizar sus pagos y evitar un mayor efecto dominó dentro de los mercados.

A su vez, el gobierno chino tendría dos opciones para poder enfrentar este problema que está en plena ebullición: i) podría “rescatar” a la compañía y solapar los problemas estructurales que generó el problema, o ii) no intervenir y permitir un colapso financiero que se propague y permee en las recuperaciones de China y del mundo que originó el covid-19.

Por lo que será de suma importancia darle seguimiento a esta situación, dado que el día de ayer, amanecimos con los mercados bursátiles locales y extranjeros teñidos de rojo. Y, sobre todo, para saber las repercusiones que traerá esta situación a nuestro país, que si de por sí, la recuperación mostrada tiene poco impulso, no necesitamos situaciones externas que vengan a dañar lo poco o mucho que hemos acrecentado después de la crisis económica derivada de la pandemia. De tal forma, es aquí donde queda perfectamente el refrán “Quien mucho abarca, poco aprieta”. Cuídese mucho.

Regeneración 19

¿Recuerda la crisis financiera global del 2008 cuando una firma financiera entró en bancarrota debido a su alto grado de deuda en hipotecas basura en el mercado inmobiliario estadounidense? Bueno, podría pasar algo similar, pero en otras latitudes.

El pasado 15 de septiembre se cumplieron 13 años desde que la entidad financiera Lehman Brothers se declaró en bancarrota, y con ello, el origen de un efecto dominó que tuvo repercusiones globales al ser una de las peores crisis económicas de la historia.

Con el objetivo de alentar el ánimo después de los atentados del 11-S en 2001, George W. Bush impulsó la baja de intereses, provocando la concesión de préstamos y créditos prácticamente sin ningún tipo de requisito o filtro, llegándolos a conceder a personas sin trabajo, ingresos o liquidez, y precisamente, originar las hipotecas subprime —o “basura”— que desencadenarían la “Gran Recesión” en 2008.

Cabe destacar que no solamente las malas inversiones en el sector inmobiliario de Lehman Brothers fueron las responsables, si no que, también, hubo un puñado de entidades financieras, crediticias y ejecutivos sin escrúpulos, los que alentaron a que se formara una crisis financiera perfecta.

Ahora bien, ¿qué tienen en común una entidad financiera estadounidense y un desarrollador inmobiliario chino? En el mundo globalizado actual, es muy común encontrar que corporativos trasnacionales tengan participaciones en inversiones y deuda dentro de otros países, que, si llegara a existir un problema interno en la empresa, pudiera provocar fuertes implicaciones en el país de origen y en donde se tienen dichas participaciones, y en el caso de Evergrande, no es la excepción.

Evergrande es un desarrollador inmobiliario chino con ventas de alrededor de 100 mil millones de dólares y utilidades de poco más de 5 mil millones de dólares; a su vez, cuenta con participación en más de mil 300 proyectos en más de 280 ciudades según su sitio web. No obstante, ha sobrepasado los límites de su participación, teniendo inversiones en compañías de vehículos eléctricos, producción de medios e internet, un parque temático, una empresa de agua mineral y hasta en un club de fútbol en China.

Esto ha hecho que se convirtiera en el desarrollador inmobiliario más endeudado del mundo, teniendo una carga de deuda de más de 100 mil millones de dólares y contando con más de 300 mil millones de dólares en pasivos contables. Por lo que a medida que incrementaba la deuda, también lo hicieron los intereses sobre la misma; volviendo insuficientes sus ingresos para poder condonar las deudas.

Fue así que Evergrande, en 2020, emitió un comunicado al gobierno chino en donde mostraba su incapacidad de cumplir sus obligaciones con la advertencia de un posible incumplimiento de pago y con riesgo de causar una crisis sistémica dentro del sector financiero. Esto ha llevado a que la compañía esté ofreciendo propiedades en descuento para poder realizar sus pagos y evitar un mayor efecto dominó dentro de los mercados.

A su vez, el gobierno chino tendría dos opciones para poder enfrentar este problema que está en plena ebullición: i) podría “rescatar” a la compañía y solapar los problemas estructurales que generó el problema, o ii) no intervenir y permitir un colapso financiero que se propague y permee en las recuperaciones de China y del mundo que originó el covid-19.

Por lo que será de suma importancia darle seguimiento a esta situación, dado que el día de ayer, amanecimos con los mercados bursátiles locales y extranjeros teñidos de rojo. Y, sobre todo, para saber las repercusiones que traerá esta situación a nuestro país, que si de por sí, la recuperación mostrada tiene poco impulso, no necesitamos situaciones externas que vengan a dañar lo poco o mucho que hemos acrecentado después de la crisis económica derivada de la pandemia. De tal forma, es aquí donde queda perfectamente el refrán “Quien mucho abarca, poco aprieta”. Cuídese mucho.

Regeneración 19