/ martes 29 de marzo de 2022

Economía para todos | Reacción espejo

El jueves pasado la Junta de Gobierno del Banco de México decidió por votación unánime el incremento en la tasa de interés en 50 puntos base.

Con el objetivo primordial de procurar la estabilidad del poder adquisitivo como lo marca la Ley del Banco de México en su Artículo 2do., y después del incremento en 25 puntos base por parte de la Reserva Federal de EE.UU. hace poco más de semana y media, la Junta de Gobierno del Banco de México optó de manera unánime el incrementar la tasa de interés en 50 puntos base para yacerla en 6.5 por ciento.

De esta forma, las políticas monetarias, que son todas aquellas políticas ejercidas por los Bancos Centrales que están relacionadas con la cantidad de dinero en circulación en una economía, están entrelazadas debido a múltiples factores.

Cuando la Fed —Banco Central de EE.UU.— incrementa la tasa de interés, normalmente los capitales migran de países emergentes para obtener un mayor retorno con el incremento del precio del dinero, por lo que Banco de México también incrementa su tasa de interés, ello con el objetivo de prevenir una salida de flujo de capitales que, a su vez, evite una depreciación del tipo de cambio y, por ende, mitigue un impacto en la inflación nacional por un traspaso de bienes importados.

Asimismo, mientras en EE.UU. el incremento de la tasa de interés actualmente ha sido con el principal objetivo de enfriar la demanda y por lo tanto, los precios; en México, por otra parte, el crecimiento ha sido débil con una inflación principalmente exógena a la coyuntura interna, por lo que Banco de México no deberá ser prematuro al reflejar el mismo ritmo de alzas, principalmente debido a que México comenzó con este ciclo desde el año pasado, mientras que en EE.UU., apenas comenzaron durante este mes. Por lo que una reacción prematura e intempestiva del Banco de México al apretar mucho la política monetaria podría perjudicar el ya de por sí débil desempeño de la economía mexicana.

Mientras en EE.UU. la crisis por la pandemia ya ha sido superada al tener una recuperación en forma de “V” y sobrepasar los niveles que tenían antes de pandemia; en México, seguimos acarreando secuelas derivadas de la pandemia y no hemos podido repuntar; asimismo, seguimos estancados con incrementos minúsculos en nuestro Producto Interno Bruto, tanto así, que la última cifra perteneciente al cuarto trimestre de 2021, nuestro nivel fue similar al registrado en el tercer trimestre de 2016.

Por otra parte, con el conflicto bélico suscitado en Europa, persiste la incertidumbre y la probabilidad de que sigan incrementando los precios de los principales agropecuarios y energéticos, así como la posibilidad de agudizarse los cuellos de botella que ya se habían generado por la pandemia. Por lo que un apretón drástico de las políticas monetarias por parte de los Bancos Centrales con el objetivo de mitigar las presiones inflacionarias generadas de manera exógena, podría llevar a una desaceleración global de la economía.

En tanto, Banco de México seguirá con un ciclo de alzas en la tasa de interés durante este y probablemente el próximo año con el objetivo de cumplir su principal mandato, a la par de mantener una reacción espejo con lo que actúe la Fed; sin embargo, deberán de ser cautelosos para que no enfríen en demasía la economía. Esto debido a que las políticas monetarias funcionan principalmente ante la demanda agregada interna, por lo que es poco eficaz que se incremente o disminuya la tasa de interés, si los factores principales son externos.

En tanto, también aconteció una falta de comunicación que provocó que el Presidente de la República haya informado con antelación la decisión de política monetaria, provocando el desgarre de vestiduras por parte de ciertos analistas al pensar que la autonomía de la Banca Central está vulnerada. No obstante, esta decisión de incrementar en 50 puntos base estaba totalmente anticipada por la mayoría de analistas, por lo que no creo que haya sido una sorpresa como se pensó. Independientemente de ello, ese mismo día, el titular del Ejecutivo ofreció disculpas en la 85a. Convención Bancaria y refrendó su respeto ante la autonomía de este organismo descentralizado, por lo que esta falta de comunicación espero que quede más como una anécdota.

Lo importante en esta situación es que la inflación está siendo demasiado alta y que las expectativas de inflación general por parte del Banco de México se degradaron a la alza, pronosticando que la inflación vuelva a converger en su objetivo deseable a inicios del año 2024, cuando sus pronósticos en reuniones pasadas habían sido a mediados de 2023. Por lo que Banco de México sigue fiel a su esencia de poner ante todas las cosas, procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la ciudadanía. Cuídese mucho.

  • Regeneración 19

Mientras en EE.UU. la crisis por la pandemia ya ha sido superada al tener una recuperación en forma de “V” y sobrepasar los niveles que tenían antes de pandemia; en México, seguimos acarreando secuelas derivadas de la pandemia y no hemos podido repuntar; asimismo, seguimos estancados con incrementos minúsculos en nuestro Producto Interno Bruto.

El jueves pasado la Junta de Gobierno del Banco de México decidió por votación unánime el incremento en la tasa de interés en 50 puntos base.

Con el objetivo primordial de procurar la estabilidad del poder adquisitivo como lo marca la Ley del Banco de México en su Artículo 2do., y después del incremento en 25 puntos base por parte de la Reserva Federal de EE.UU. hace poco más de semana y media, la Junta de Gobierno del Banco de México optó de manera unánime el incrementar la tasa de interés en 50 puntos base para yacerla en 6.5 por ciento.

De esta forma, las políticas monetarias, que son todas aquellas políticas ejercidas por los Bancos Centrales que están relacionadas con la cantidad de dinero en circulación en una economía, están entrelazadas debido a múltiples factores.

Cuando la Fed —Banco Central de EE.UU.— incrementa la tasa de interés, normalmente los capitales migran de países emergentes para obtener un mayor retorno con el incremento del precio del dinero, por lo que Banco de México también incrementa su tasa de interés, ello con el objetivo de prevenir una salida de flujo de capitales que, a su vez, evite una depreciación del tipo de cambio y, por ende, mitigue un impacto en la inflación nacional por un traspaso de bienes importados.

Asimismo, mientras en EE.UU. el incremento de la tasa de interés actualmente ha sido con el principal objetivo de enfriar la demanda y por lo tanto, los precios; en México, por otra parte, el crecimiento ha sido débil con una inflación principalmente exógena a la coyuntura interna, por lo que Banco de México no deberá ser prematuro al reflejar el mismo ritmo de alzas, principalmente debido a que México comenzó con este ciclo desde el año pasado, mientras que en EE.UU., apenas comenzaron durante este mes. Por lo que una reacción prematura e intempestiva del Banco de México al apretar mucho la política monetaria podría perjudicar el ya de por sí débil desempeño de la economía mexicana.

Mientras en EE.UU. la crisis por la pandemia ya ha sido superada al tener una recuperación en forma de “V” y sobrepasar los niveles que tenían antes de pandemia; en México, seguimos acarreando secuelas derivadas de la pandemia y no hemos podido repuntar; asimismo, seguimos estancados con incrementos minúsculos en nuestro Producto Interno Bruto, tanto así, que la última cifra perteneciente al cuarto trimestre de 2021, nuestro nivel fue similar al registrado en el tercer trimestre de 2016.

Por otra parte, con el conflicto bélico suscitado en Europa, persiste la incertidumbre y la probabilidad de que sigan incrementando los precios de los principales agropecuarios y energéticos, así como la posibilidad de agudizarse los cuellos de botella que ya se habían generado por la pandemia. Por lo que un apretón drástico de las políticas monetarias por parte de los Bancos Centrales con el objetivo de mitigar las presiones inflacionarias generadas de manera exógena, podría llevar a una desaceleración global de la economía.

En tanto, Banco de México seguirá con un ciclo de alzas en la tasa de interés durante este y probablemente el próximo año con el objetivo de cumplir su principal mandato, a la par de mantener una reacción espejo con lo que actúe la Fed; sin embargo, deberán de ser cautelosos para que no enfríen en demasía la economía. Esto debido a que las políticas monetarias funcionan principalmente ante la demanda agregada interna, por lo que es poco eficaz que se incremente o disminuya la tasa de interés, si los factores principales son externos.

En tanto, también aconteció una falta de comunicación que provocó que el Presidente de la República haya informado con antelación la decisión de política monetaria, provocando el desgarre de vestiduras por parte de ciertos analistas al pensar que la autonomía de la Banca Central está vulnerada. No obstante, esta decisión de incrementar en 50 puntos base estaba totalmente anticipada por la mayoría de analistas, por lo que no creo que haya sido una sorpresa como se pensó. Independientemente de ello, ese mismo día, el titular del Ejecutivo ofreció disculpas en la 85a. Convención Bancaria y refrendó su respeto ante la autonomía de este organismo descentralizado, por lo que esta falta de comunicación espero que quede más como una anécdota.

Lo importante en esta situación es que la inflación está siendo demasiado alta y que las expectativas de inflación general por parte del Banco de México se degradaron a la alza, pronosticando que la inflación vuelva a converger en su objetivo deseable a inicios del año 2024, cuando sus pronósticos en reuniones pasadas habían sido a mediados de 2023. Por lo que Banco de México sigue fiel a su esencia de poner ante todas las cosas, procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la ciudadanía. Cuídese mucho.

  • Regeneración 19

Mientras en EE.UU. la crisis por la pandemia ya ha sido superada al tener una recuperación en forma de “V” y sobrepasar los niveles que tenían antes de pandemia; en México, seguimos acarreando secuelas derivadas de la pandemia y no hemos podido repuntar; asimismo, seguimos estancados con incrementos minúsculos en nuestro Producto Interno Bruto.