/ martes 22 de septiembre de 2020

Economía para todos | Una vacuna, mayor desigualdad

Con el surgimiento del coronavirus en el país asiático a finales del año pasado y su rápida propagación al resto de los países, inmediatamente surgieron distintas empresas farmacéuticas que concentraron sus esfuerzos hacia un solo objetivo en común: una vacuna.

La pandemia causada por la propagación inmediata del Covid-19 ha puesto en jaque a la sociedad en cada rincón del planeta; trayéndonos un confinamiento generalizado que ha causado la paralización de las actividades económicas, pérdidas de empleo masivas, caída de ingresos en los hogares, aumento en el empleo informal, cierre de empresas o en su mejor alternativa, la adaptación de sus labores desde el hogar; siendo este último, la principal trinchera entre ser o no ser una estadística más.

A pesar de ello, sabemos que no toda la población puede darse el “lujo” de quedarse en casa, dado que necesita salir a trabajar para cubrir las necesidades básicas. Asimismo, las economías de un país, región, estado o municipio tampoco pueden quedarse a la espera de que la pandemia pase, es por lo que, a pesar de no haber un remedio certero ante la pandemia, es que poco a poco la sociedad ha vuelto a sus actividades laborales y/o recreativas con estrictas medidas sanitarias.

Sin embargo, uno de los sectores que se ha visto favorecido a lo largo de este año, ha sido el farmacéutico; derivado por la lucha incesante por desarrollar una vacuna que brinde certeza para salir completamente sin miedo a un nuevo contagio masivo.

Mientras la mayoría de la población se ha visto afectada por la disminución de sus ingresos e inclusive la pérdida de éstos y, otros tantos se han tenido que incorporar al mercado informal con la incertidumbre de no contar con seguridad social que lo respalde existe cierta población, que puede darse a la tarea de aprovechar la oportunidad que las empresas farmacéuticas les han brindado: invertir en sus acciones.

Y es que invertir en las empresas farmacéuticas desde que se declaró pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud y que han informado que desarrollaron un tratamiento, ha sido notoriamente redituable. Empresas como Novavax, Novacit, Moderna y Inovio, han visto un incremento de entre un 103.11 por ciento y un 931.02 por ciento en el valor de sus acciones en los mercados bursátiles. Mientras que Astra Zeneca, empresa que colabora con la Universidad de Oxford y que existe un acuerdo con la Fundación Carlos Slim para la producción de entre 150 y 250 millones de vacunas para toda Latinoamérica, ha visto reflejado un incremento del 26.63 por ciento en sus acciones.

No obstante, a pesar de lo atractivo que podría resultar el invertir en estas empresas y la ilusión de contar con una vacuna, estas farmacéuticas han tenido que lidiar con ensayos fallidos debido al surgimiento de pruebas negativas o efectos secundarios que han resultado en la detención de las pruebas clínicas, y por ende, volatilidad en el valor de sus acciones. Y es que también, debido a la urgencia, se han tenido que acelerar los procesos para la obtención de una cura.

Mientras tanto, las personas que pueden aprovechar la oportunidad de incrementar su patrimonio mediante inversiones en el sector farmacéutico, habrá muchas tantas que no podrán hacerlo, y tendrán que seguir combatiendo la pandemia desde la mirada por encima del hombro de los primeros. Cuídese mucho.

Regeneración 19

riveravela92@gmail.com

Las economías de un país, región, estado o municipio tampoco pueden quedarse a la espera de que la pandemia pase, es por lo que, a pesar de no haber un remedio certero ante la pandemia, es que poco a poco la sociedad ha vuelto a sus actividades laborales y/o recreativas con estrictas medidas sanitarias.

Con el surgimiento del coronavirus en el país asiático a finales del año pasado y su rápida propagación al resto de los países, inmediatamente surgieron distintas empresas farmacéuticas que concentraron sus esfuerzos hacia un solo objetivo en común: una vacuna.

La pandemia causada por la propagación inmediata del Covid-19 ha puesto en jaque a la sociedad en cada rincón del planeta; trayéndonos un confinamiento generalizado que ha causado la paralización de las actividades económicas, pérdidas de empleo masivas, caída de ingresos en los hogares, aumento en el empleo informal, cierre de empresas o en su mejor alternativa, la adaptación de sus labores desde el hogar; siendo este último, la principal trinchera entre ser o no ser una estadística más.

A pesar de ello, sabemos que no toda la población puede darse el “lujo” de quedarse en casa, dado que necesita salir a trabajar para cubrir las necesidades básicas. Asimismo, las economías de un país, región, estado o municipio tampoco pueden quedarse a la espera de que la pandemia pase, es por lo que, a pesar de no haber un remedio certero ante la pandemia, es que poco a poco la sociedad ha vuelto a sus actividades laborales y/o recreativas con estrictas medidas sanitarias.

Sin embargo, uno de los sectores que se ha visto favorecido a lo largo de este año, ha sido el farmacéutico; derivado por la lucha incesante por desarrollar una vacuna que brinde certeza para salir completamente sin miedo a un nuevo contagio masivo.

Mientras la mayoría de la población se ha visto afectada por la disminución de sus ingresos e inclusive la pérdida de éstos y, otros tantos se han tenido que incorporar al mercado informal con la incertidumbre de no contar con seguridad social que lo respalde existe cierta población, que puede darse a la tarea de aprovechar la oportunidad que las empresas farmacéuticas les han brindado: invertir en sus acciones.

Y es que invertir en las empresas farmacéuticas desde que se declaró pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud y que han informado que desarrollaron un tratamiento, ha sido notoriamente redituable. Empresas como Novavax, Novacit, Moderna y Inovio, han visto un incremento de entre un 103.11 por ciento y un 931.02 por ciento en el valor de sus acciones en los mercados bursátiles. Mientras que Astra Zeneca, empresa que colabora con la Universidad de Oxford y que existe un acuerdo con la Fundación Carlos Slim para la producción de entre 150 y 250 millones de vacunas para toda Latinoamérica, ha visto reflejado un incremento del 26.63 por ciento en sus acciones.

No obstante, a pesar de lo atractivo que podría resultar el invertir en estas empresas y la ilusión de contar con una vacuna, estas farmacéuticas han tenido que lidiar con ensayos fallidos debido al surgimiento de pruebas negativas o efectos secundarios que han resultado en la detención de las pruebas clínicas, y por ende, volatilidad en el valor de sus acciones. Y es que también, debido a la urgencia, se han tenido que acelerar los procesos para la obtención de una cura.

Mientras tanto, las personas que pueden aprovechar la oportunidad de incrementar su patrimonio mediante inversiones en el sector farmacéutico, habrá muchas tantas que no podrán hacerlo, y tendrán que seguir combatiendo la pandemia desde la mirada por encima del hombro de los primeros. Cuídese mucho.

Regeneración 19

riveravela92@gmail.com

Las economías de un país, región, estado o municipio tampoco pueden quedarse a la espera de que la pandemia pase, es por lo que, a pesar de no haber un remedio certero ante la pandemia, es que poco a poco la sociedad ha vuelto a sus actividades laborales y/o recreativas con estrictas medidas sanitarias.