/ martes 16 de febrero de 2021

Economía y bienestar | Ante la pérdida del empleo... nuevas fórmulas de fomento

Una de las principales preocupaciones de la actualidad es el fomento para la generación del empleo, ya que a través de éste las familias obtienen los ingresos necesarios para satisfacer sus necesidades, además de ser uno de los principales medios mediante el cual se puede registrar movilidad social, situación que se presenta a la inversa, si no hay empleo, quien o quienes lo experimentan se ponen en la antesala de la pobreza por la falta de ingresos.

Es por ello que pensadores importantes como J. M. Keynes, puso en el centro de su análisis al pleno empleo como una condición de equilibrio, donde todos los actores de la economía pudieran tener acceso a un empleo digno y con ello poder entrar a los procesos de distribución de la producción y la riqueza del país. Al respecto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presenta los resultados del levantamiento de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, para el trimestre octubre-diciembre de 2020, considerando las condiciones que prevalecen en la economía de nuestro país asociadas fundamentalmente a la pandemia y los problemas de salud pública, los principales resultados del cuarto trimestre respecto al mismo periodo del año pasado son importantes entre los que destacan los siguientes: se registra una disminución de (-)1.7 millones de personas en la Población Económicamente Activa (PEA), al pasar de 57.6 millones a 55.9 millones; La población ocupada fue de 53.3 millones de personas, reportando una disminución de (-)2.4 millones; Los ocupados en actividades terciarias descendieron (-)1.7 millones, siendo el impacto mayor en el sector de restaurantes y servicios de alojamiento con una reducción de (-)769 mil y los servicios diversos con (-)489 mil ocupados menos; La ocupación en micronegocios disminuyó en 914 mil: 474 mil menos específicamente en aquellos con establecimiento.

Como era de esperarse la pérdida de empleo ha sido más que evidente, y las cifras son significativamente altas, lo que sin duda traerá repercusiones nocivas para la economía mexicana, en primera instancia habrá que esperar las estimaciones sobre los efectos en los índices de pobreza y los cambios en sus condiciones de vida para quienes ya vivían bajo tales condiciones. El mismo reporte señala que en el sector terciario de la economía lamentablemente perdieron su empleo 1.7 millones de personas, entre las actividades más afectadas, se encuentran el sector restaurantero, el servicio de alojamiento, entre otras actividades principalmente asociadas con el esparcimiento.

Lo anterior, dibuja un escenario sumamente complejo para la economía mexicana, en primera instancia por el incremento de la economía informal que se ve en puerta, la cual además de ser evidente, tal vez sea un mecanismo de sobrevivencia para aquellas familias que han perdido su fuente de ingreso; en segunda instancia, es de suma importancia que existan planes y programas de reactivación económica, no solo diseñados por el gobierno federal, sino por los gobiernos de las entidades federativas, quienes pudieran tener mejor conocimiento de las condiciones en las que se encuentran los sectores productivos al interior de sus territorios, lo anterior alentaría además de un nuevo federalismo, aceleraría el proceso de descentralización de funciones donde los gobiernos locales asuman los compromisos que siempre debieron haber tenido, por último, ante el inminente incremento de la pobreza, es necesario redimensionar el problema, ya que esta puede ser la causa de procesos de descomposición social más complejos, por ello, ante la pérdida de empleo que se ha registrado en la economía es de suma importancia la participación de todos los actores en la búsqueda de soluciones viables, entre ellos sumamos al gobierno, empresarios, organizaciones sindicales y trabajadores en general, a fin de buscar fórmulas conducentes de reactivación económica.

Regeneración 19

Una de las principales preocupaciones de la actualidad es el fomento para la generación del empleo, ya que a través de éste las familias obtienen los ingresos necesarios para satisfacer sus necesidades, además de ser uno de los principales medios mediante el cual se puede registrar movilidad social, situación que se presenta a la inversa, si no hay empleo, quien o quienes lo experimentan se ponen en la antesala de la pobreza por la falta de ingresos.

Es por ello que pensadores importantes como J. M. Keynes, puso en el centro de su análisis al pleno empleo como una condición de equilibrio, donde todos los actores de la economía pudieran tener acceso a un empleo digno y con ello poder entrar a los procesos de distribución de la producción y la riqueza del país. Al respecto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presenta los resultados del levantamiento de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, para el trimestre octubre-diciembre de 2020, considerando las condiciones que prevalecen en la economía de nuestro país asociadas fundamentalmente a la pandemia y los problemas de salud pública, los principales resultados del cuarto trimestre respecto al mismo periodo del año pasado son importantes entre los que destacan los siguientes: se registra una disminución de (-)1.7 millones de personas en la Población Económicamente Activa (PEA), al pasar de 57.6 millones a 55.9 millones; La población ocupada fue de 53.3 millones de personas, reportando una disminución de (-)2.4 millones; Los ocupados en actividades terciarias descendieron (-)1.7 millones, siendo el impacto mayor en el sector de restaurantes y servicios de alojamiento con una reducción de (-)769 mil y los servicios diversos con (-)489 mil ocupados menos; La ocupación en micronegocios disminuyó en 914 mil: 474 mil menos específicamente en aquellos con establecimiento.

Como era de esperarse la pérdida de empleo ha sido más que evidente, y las cifras son significativamente altas, lo que sin duda traerá repercusiones nocivas para la economía mexicana, en primera instancia habrá que esperar las estimaciones sobre los efectos en los índices de pobreza y los cambios en sus condiciones de vida para quienes ya vivían bajo tales condiciones. El mismo reporte señala que en el sector terciario de la economía lamentablemente perdieron su empleo 1.7 millones de personas, entre las actividades más afectadas, se encuentran el sector restaurantero, el servicio de alojamiento, entre otras actividades principalmente asociadas con el esparcimiento.

Lo anterior, dibuja un escenario sumamente complejo para la economía mexicana, en primera instancia por el incremento de la economía informal que se ve en puerta, la cual además de ser evidente, tal vez sea un mecanismo de sobrevivencia para aquellas familias que han perdido su fuente de ingreso; en segunda instancia, es de suma importancia que existan planes y programas de reactivación económica, no solo diseñados por el gobierno federal, sino por los gobiernos de las entidades federativas, quienes pudieran tener mejor conocimiento de las condiciones en las que se encuentran los sectores productivos al interior de sus territorios, lo anterior alentaría además de un nuevo federalismo, aceleraría el proceso de descentralización de funciones donde los gobiernos locales asuman los compromisos que siempre debieron haber tenido, por último, ante el inminente incremento de la pobreza, es necesario redimensionar el problema, ya que esta puede ser la causa de procesos de descomposición social más complejos, por ello, ante la pérdida de empleo que se ha registrado en la economía es de suma importancia la participación de todos los actores en la búsqueda de soluciones viables, entre ellos sumamos al gobierno, empresarios, organizaciones sindicales y trabajadores en general, a fin de buscar fórmulas conducentes de reactivación económica.

Regeneración 19