/ martes 2 de noviembre de 2021

Economía y bienestar | De las fiestas y la identidad

Una de las principales características que nos distinguen del resto de los seres vivos en el planeta, sin lugar a duda, es nuestra capacidad de construir ideas a través de abstracciones que hacemos de la realidad, por lo que es necesario considerar que lo hacemos a través del uso de un pensamiento abstracto representado por símbolos.

Estos a su vez configuran y construyen representaciones que utilizamos para llevar a cabo interacciones entre nosotros dependiendo el contexto y el momento histórico, así con ello se fortalece la identidad mediante prácticas cuya interpretación da sentido a la existencia y cosmovisión de los grupos sociales.

En 1992 Blumer, H. y Mugny, G., publican un artículo denominado la posición metodológica del interaccionismo simbólico, donde especifican tres aspectos importantes a considerar que son en primera instancia que los hombres actuamos frente a cosas sobre la base de los significados que estas cosas tienen para nosotros, es decir cada uno de los objetos cualquier que sean, representan algo y ello genera esquemas de pensamiento a través de los cuales generamos interacciones con los demás, de ahí el segundo elemento que implica esta interacción social entre las personas, que le dan sentido de pertenencia a los diferentes pueblos y culturas, de aquí parte un tercer factor, y es que dichos significados que establecemos con las cosas o elementos que nos rodean que nos dan sentido y pertenencia como grupo poblacional, se pueden modificar en el proceso interpretativo derivado del cambio de sentido y visión del mundo que nosotros vamos teniendo, así como de la forma que interactuamos con los demás, a partir del vínculo que establecemos con las cosas y elementos.

Lo anterior va generando y moldeando expresiones culturales de diferente tipo, desde el lenguaje mismo hasta prácticas más sofisticadas, es decir, la cultura implica una serie de acciones y expresiones que acuñan nuestro pensamiento y nuestro carácter, que se fortalece y se moldea mediante la interacción con los demás, por ello los símbolos que nos representan y que dan identidad. A partir de ello, cada uno de los días del calendario, siempre tenemos una festividad que nos representa o bien le da vida a las distintas visiones del mundo de los grupos o culturas en las diferentes partes y regiones de nuestro país, si consideramos que México es un país multicultural cuyas representaciones le dan sentido a los diferentes grupos. Hoy de los más de sesenta grupos étnicos que habitan en nuestro país con sus propias lenguas y prácticas particulares, aportan una riqueza importante a la cultura e identidad de lo que ahora somos. Las festividades, los rituales, la comida, así como las variadas expresiones, son solo estas prácticas vivas que los distintos grupos originarios han aportado y aportan a la vida actual, pueblos muchos en resistencia para no caer en los procesos de industrialización que homogenizan todas las expresiones, grupos que defienden sus raíces y por ello las conservan y las preservan, de ahí la importancia de las festividades; y una de las más importantes por su riqueza de expresiones e interacciones con los demás, son las festividades del día de muertos, cada región del país se viste de esta tradición viva que le da sentido a los rituales; los vivos y muertos comparten tiempo y espacio para convivir, para sentir que estamos es este mundo solo de paso y por tanto hay que conmemorar a los que ya partieron. Las diferentes interpretaciones generan una raíz fuertemente arraigada en la cultura mexicana, en la zona huasteca, donde el sur de Tamaulipas es considerado como la puerta de la huasteca y se festeja el Xantolo en toda la región, cuya festividad se hace en honor al día de muertos; música, comida, danza, rituales que le dan colores y expresiones estéticas únicas que hacen de las diversas regiones de la zona una festividad colectiva que fortalecen nuestra identidad, y moldean nuestra visión del mundo, de ahí la importancia del Xantolo, por ello festejemos con gusto sin olvidar la sana distancia.

Regeneración 19

Una de las principales características que nos distinguen del resto de los seres vivos en el planeta, sin lugar a duda, es nuestra capacidad de construir ideas a través de abstracciones que hacemos de la realidad, por lo que es necesario considerar que lo hacemos a través del uso de un pensamiento abstracto representado por símbolos.

Estos a su vez configuran y construyen representaciones que utilizamos para llevar a cabo interacciones entre nosotros dependiendo el contexto y el momento histórico, así con ello se fortalece la identidad mediante prácticas cuya interpretación da sentido a la existencia y cosmovisión de los grupos sociales.

En 1992 Blumer, H. y Mugny, G., publican un artículo denominado la posición metodológica del interaccionismo simbólico, donde especifican tres aspectos importantes a considerar que son en primera instancia que los hombres actuamos frente a cosas sobre la base de los significados que estas cosas tienen para nosotros, es decir cada uno de los objetos cualquier que sean, representan algo y ello genera esquemas de pensamiento a través de los cuales generamos interacciones con los demás, de ahí el segundo elemento que implica esta interacción social entre las personas, que le dan sentido de pertenencia a los diferentes pueblos y culturas, de aquí parte un tercer factor, y es que dichos significados que establecemos con las cosas o elementos que nos rodean que nos dan sentido y pertenencia como grupo poblacional, se pueden modificar en el proceso interpretativo derivado del cambio de sentido y visión del mundo que nosotros vamos teniendo, así como de la forma que interactuamos con los demás, a partir del vínculo que establecemos con las cosas y elementos.

Lo anterior va generando y moldeando expresiones culturales de diferente tipo, desde el lenguaje mismo hasta prácticas más sofisticadas, es decir, la cultura implica una serie de acciones y expresiones que acuñan nuestro pensamiento y nuestro carácter, que se fortalece y se moldea mediante la interacción con los demás, por ello los símbolos que nos representan y que dan identidad. A partir de ello, cada uno de los días del calendario, siempre tenemos una festividad que nos representa o bien le da vida a las distintas visiones del mundo de los grupos o culturas en las diferentes partes y regiones de nuestro país, si consideramos que México es un país multicultural cuyas representaciones le dan sentido a los diferentes grupos. Hoy de los más de sesenta grupos étnicos que habitan en nuestro país con sus propias lenguas y prácticas particulares, aportan una riqueza importante a la cultura e identidad de lo que ahora somos. Las festividades, los rituales, la comida, así como las variadas expresiones, son solo estas prácticas vivas que los distintos grupos originarios han aportado y aportan a la vida actual, pueblos muchos en resistencia para no caer en los procesos de industrialización que homogenizan todas las expresiones, grupos que defienden sus raíces y por ello las conservan y las preservan, de ahí la importancia de las festividades; y una de las más importantes por su riqueza de expresiones e interacciones con los demás, son las festividades del día de muertos, cada región del país se viste de esta tradición viva que le da sentido a los rituales; los vivos y muertos comparten tiempo y espacio para convivir, para sentir que estamos es este mundo solo de paso y por tanto hay que conmemorar a los que ya partieron. Las diferentes interpretaciones generan una raíz fuertemente arraigada en la cultura mexicana, en la zona huasteca, donde el sur de Tamaulipas es considerado como la puerta de la huasteca y se festeja el Xantolo en toda la región, cuya festividad se hace en honor al día de muertos; música, comida, danza, rituales que le dan colores y expresiones estéticas únicas que hacen de las diversas regiones de la zona una festividad colectiva que fortalecen nuestra identidad, y moldean nuestra visión del mundo, de ahí la importancia del Xantolo, por ello festejemos con gusto sin olvidar la sana distancia.

Regeneración 19