/ martes 15 de diciembre de 2020

Economía y bienestar | El bono demográfico y la economía mexicana

La población en México en 1910 ascendía a 15, 160 369 habitantes, de acuerdo a la encuesta Intercensal realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía Inegi.

En el año 2015, la población llegó a 119, 938, 473 de los cuales el 48.6% son hombres y el 51.4 son mujeres, es decir la población ha tenido un incremento significativamente alto durante el siglo pasado.

Lo anterior generó una serie de fenómenos asociados al ritmo de crecimiento poblacional del país, por ejemplo, durante los años 70´s del siglo pasado las políticas públicas orientadas al control poblacional empezaron a ser más notorias, un ejemplo de ello fue la creación en 1974 del Consejo Nacional de Población (Conapo), con el objetivo de diseñar, operar y evaluar las iniciativas públicas orientadas a regular el crecimiento de la población, a casi medio siglo de su fundación, la población no ha dejado de ser objeto de estudio en cuanto a cómo se comporta la población y los temas que gravitan en torno a su crecimiento.

Por otro lado, uno de los fenómenos poblacionales que ha estado presente en nuestro país en los últimos años es el denominado “bono demográfico” derivado de la composición de los grupos de edad, donde el predominio de la gente joven es evidente y genera una gran cantidad de oportunidades, en cuanto a que su incorporación al mercado de trabajo puede potenciar el desarrollo de la economía. Para que lo anterior suceda, debe haber una sincronización entre las condiciones de inversión y el crecimiento del mercado.

Además del bono demográfico, del cual ya se tienen varios años de presencia, el envejecimiento de la población, el incremento de la esperanza de vida y la migración entre otros, han sido solo algunos de los objetos de estudio que actualmente han estado presentes tanto en la arena académica como política.

En este sentido, la migración ha sido un acontecimiento presente ante las condiciones económicas que han imperado en el país, ya que la gente joven en condiciones de demandar un empleo al no encontrarlo en sus lugares de origen, han tenido que migrar hacia los centros donde haya demanda de empleo, así durante los años noventa, se registraron varios factores que motivaron aún más la migración de mexicanos principalmente hacia los Estados Unidos, un ejemplo de ellos fue la recomposición de las instituciones de fomento a la actividad agrícola, mismas que ante las reformas del estado se fueron desarticulando, es decir, la política pública se orientó al adelgazamiento de las instituciones gubernamentales y el campo no fue la excepción, asimismo, la reforma al artículo 27 Constitucional en el año 1992 la cual permitió la venta del suelo ejidal y comunal, provocó que muchos campesinos ejidatarios vendieran sus tierras con la finalidad de financiar sus proceso de migración hacia el mercado norteamericano, es decir, una buena parte de los supuestos beneficios del bono demográfico, fueron capitalizado por el uso de la mano de obra mexicana pero en la economía norteamericana.

Ya que aquí en nuestro país estaba en auge el proceso de reforma del estado que implicaba la privatización y el adelgazamiento de la estructura del estado con la supuesta intención de generar las condiciones de fomento a la inversión privada, misma que nunca llego, o bien ésta fue insuficiente al menos para aprovechar las condiciones de oferta de mano de obra abundante derivada del referido bono.

Actualmente la población de origen mexicano en los Estados Unidos casi llega a los 36 millones de personas, quienes se encuentran trabajando en diversos sectores productivos de la economía, y quienes envían constantemente un flujo importante de recursos a sus familias radicadas en México, hoy en día.

Las remesas se han convertido en una fuente importante de dólares a la economía mexicana, se puede decir que ésta es la segunda principal fuente de ingresos proveniente del exterior, por ello, una buena parte del bono demográfico se fue hacia el país del norte y aun así se reciben los beneficios de nuestra población que por necesidad de un empleo tuvieron que migrar para encontrarlo, imaginan lo que sería hoy de la economía mexicana si hubiera habido una conexión entre mercado, inversión y el bono demográfico, la realidad para México fuera diferente.

Regeneración 19

La población en México en 1910 ascendía a 15, 160 369 habitantes, de acuerdo a la encuesta Intercensal realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía Inegi.

En el año 2015, la población llegó a 119, 938, 473 de los cuales el 48.6% son hombres y el 51.4 son mujeres, es decir la población ha tenido un incremento significativamente alto durante el siglo pasado.

Lo anterior generó una serie de fenómenos asociados al ritmo de crecimiento poblacional del país, por ejemplo, durante los años 70´s del siglo pasado las políticas públicas orientadas al control poblacional empezaron a ser más notorias, un ejemplo de ello fue la creación en 1974 del Consejo Nacional de Población (Conapo), con el objetivo de diseñar, operar y evaluar las iniciativas públicas orientadas a regular el crecimiento de la población, a casi medio siglo de su fundación, la población no ha dejado de ser objeto de estudio en cuanto a cómo se comporta la población y los temas que gravitan en torno a su crecimiento.

Por otro lado, uno de los fenómenos poblacionales que ha estado presente en nuestro país en los últimos años es el denominado “bono demográfico” derivado de la composición de los grupos de edad, donde el predominio de la gente joven es evidente y genera una gran cantidad de oportunidades, en cuanto a que su incorporación al mercado de trabajo puede potenciar el desarrollo de la economía. Para que lo anterior suceda, debe haber una sincronización entre las condiciones de inversión y el crecimiento del mercado.

Además del bono demográfico, del cual ya se tienen varios años de presencia, el envejecimiento de la población, el incremento de la esperanza de vida y la migración entre otros, han sido solo algunos de los objetos de estudio que actualmente han estado presentes tanto en la arena académica como política.

En este sentido, la migración ha sido un acontecimiento presente ante las condiciones económicas que han imperado en el país, ya que la gente joven en condiciones de demandar un empleo al no encontrarlo en sus lugares de origen, han tenido que migrar hacia los centros donde haya demanda de empleo, así durante los años noventa, se registraron varios factores que motivaron aún más la migración de mexicanos principalmente hacia los Estados Unidos, un ejemplo de ellos fue la recomposición de las instituciones de fomento a la actividad agrícola, mismas que ante las reformas del estado se fueron desarticulando, es decir, la política pública se orientó al adelgazamiento de las instituciones gubernamentales y el campo no fue la excepción, asimismo, la reforma al artículo 27 Constitucional en el año 1992 la cual permitió la venta del suelo ejidal y comunal, provocó que muchos campesinos ejidatarios vendieran sus tierras con la finalidad de financiar sus proceso de migración hacia el mercado norteamericano, es decir, una buena parte de los supuestos beneficios del bono demográfico, fueron capitalizado por el uso de la mano de obra mexicana pero en la economía norteamericana.

Ya que aquí en nuestro país estaba en auge el proceso de reforma del estado que implicaba la privatización y el adelgazamiento de la estructura del estado con la supuesta intención de generar las condiciones de fomento a la inversión privada, misma que nunca llego, o bien ésta fue insuficiente al menos para aprovechar las condiciones de oferta de mano de obra abundante derivada del referido bono.

Actualmente la población de origen mexicano en los Estados Unidos casi llega a los 36 millones de personas, quienes se encuentran trabajando en diversos sectores productivos de la economía, y quienes envían constantemente un flujo importante de recursos a sus familias radicadas en México, hoy en día.

Las remesas se han convertido en una fuente importante de dólares a la economía mexicana, se puede decir que ésta es la segunda principal fuente de ingresos proveniente del exterior, por ello, una buena parte del bono demográfico se fue hacia el país del norte y aun así se reciben los beneficios de nuestra población que por necesidad de un empleo tuvieron que migrar para encontrarlo, imaginan lo que sería hoy de la economía mexicana si hubiera habido una conexión entre mercado, inversión y el bono demográfico, la realidad para México fuera diferente.

Regeneración 19