/ martes 14 de septiembre de 2021

Economía y bienestar | El gobierno y los sectores estratégicos

Uno de los ejes centrales en el análisis tanto de los economistas clásicos como neoclásicos, es la de explicar la conducta que asumimos los seres humanos en el proceso de búsqueda de cómo satisfacer nuestras necesidades, en el que la libertad de elección y movilidad es fundamental.

Por ejemplo, en caso de A. Smith afirmaba que la conducta humana es movida por seis motivaciones que son: el egoísmo, el deseo de ser libre, la conmiseración, el sentido de propiedad, el hábito al trabajo y el hábito al intercambio. En lo anterior, resaltan varias cuestiones que son fundamentales, en primera instancia el concepto de libertad en la que todos los seres humanos nos movemos por nuestros propios intereses; dicho individualismo traerá en lo colectivo una mano invisible que en lo colectivo moverá a la sociedad en un sentido positivo; lo anterior no resulta tan objetivo, ya que puede suceder todo lo contrario. Por otra parte, la neutralidad del gobierno implica que este no debe ni tiene por qué intervenir en el ámbito económico, ya que existe un modelo que por su misma dinámica envía información tanto a los compradores como a los consumidores para que de manera racional cada quien tome sus decisiones en función a sus intereses y ello generará que el mercado esté en equilibrio, es decir, se autorregule, de tal suerte que el mecanismo autónomo de mercado es suficiente para generar los equilibrios sin la necesidad de la intervención de algún agente o actor en particular, como bien pudiera ser el gobierno, ya que ello traería distorsiones que terminarían perjudicando más a la economía y a la sociedad en general.

Bajo esta tradición por ejemplo, el modelo del economista y matemático francés León Walras, parte de las ideas de otro economista J. B. Say, quien desarrolló un principio mejor conocido como la Ley de Say al afirmar que toda oferta crea su propia demanda, lo que sirvió de base para el equilibrio general de Walras, al tener en cuenta que la interacción de los individuos quienes se mueven por intereses diversos, a nivel macroeconómico o bien a nivel general, se da una tendencia que marca un principio para que tanto los que compran como los que venden encuentren el equilibrio a nivel social. Sin embargo, al paso de los años se puede afirmar que las anteriores aportaciones teóricas ya no son sólidas para explicar lo que pasa actualmente en la economía, son más bien teorías que sirven para la reflexión en algunas cátedras sobre pensamiento económico, donde se pregunte sobre si el gobierno debe o no participar a nivel social.

Una de las tendencias que hoy se observa a nivel internacional, es que cada vez se reconoce más la importancia que tienen los gobiernos en ser estos uno de los promotores del desarrollo económico y social del país, por tanto, la pregunta sería el cómo debiera ser la manera más adecuada de participación del gobierno; sin lugar a duda, como un ente estratégico que a través de la política monetaria y fiscal pueda contribuir al fomento de los sectores productivos, ya que por otra parte, en algunos países se han detectado sectores económicos estratégicos para el desarrollo nacional, como son el sector energético, comunicaciones, así como algunos otros; lo anterior, revive de nueva cuenta la polémica sobre los cambios en la información que se manda a los inversionistas sobre lo que pudiera pasar, sin embargo, no se analiza lo que actualmente pasa, por ejemplo, en el mercado de España, donde el precio de la electricidad ha subido de manera significativa casi 200 por ciento de un año a otro, o bien lo que pasó en el invierno pasado en Texas, en el sur de los Estados Unidos, con el precio del gas, donde los incrementos en los precios fueron excesivos, dejando incluso sin suministro al norte de México como a consumidores locales ante el incremento de la demanda por el intenso frío que azotó la región.

Por lo anterior, es necesario considerar la importancia que tiene la participación del gobierno en aquellas áreas que son estratégicas para el desarrollo nacional, que no solo crea estabilidad económica, sino que garantiza soberanía y puede en un momento dado evitar crisis tanto económicas como sociales, lo importante de todo es que la participación del gobierno se haga con apego a la honestidad, probidad y transparencia, que es donde pueden estar los verdaderos peligros y tentaciones de su participación.

Regeneración 19

Uno de los ejes centrales en el análisis tanto de los economistas clásicos como neoclásicos, es la de explicar la conducta que asumimos los seres humanos en el proceso de búsqueda de cómo satisfacer nuestras necesidades, en el que la libertad de elección y movilidad es fundamental.

Por ejemplo, en caso de A. Smith afirmaba que la conducta humana es movida por seis motivaciones que son: el egoísmo, el deseo de ser libre, la conmiseración, el sentido de propiedad, el hábito al trabajo y el hábito al intercambio. En lo anterior, resaltan varias cuestiones que son fundamentales, en primera instancia el concepto de libertad en la que todos los seres humanos nos movemos por nuestros propios intereses; dicho individualismo traerá en lo colectivo una mano invisible que en lo colectivo moverá a la sociedad en un sentido positivo; lo anterior no resulta tan objetivo, ya que puede suceder todo lo contrario. Por otra parte, la neutralidad del gobierno implica que este no debe ni tiene por qué intervenir en el ámbito económico, ya que existe un modelo que por su misma dinámica envía información tanto a los compradores como a los consumidores para que de manera racional cada quien tome sus decisiones en función a sus intereses y ello generará que el mercado esté en equilibrio, es decir, se autorregule, de tal suerte que el mecanismo autónomo de mercado es suficiente para generar los equilibrios sin la necesidad de la intervención de algún agente o actor en particular, como bien pudiera ser el gobierno, ya que ello traería distorsiones que terminarían perjudicando más a la economía y a la sociedad en general.

Bajo esta tradición por ejemplo, el modelo del economista y matemático francés León Walras, parte de las ideas de otro economista J. B. Say, quien desarrolló un principio mejor conocido como la Ley de Say al afirmar que toda oferta crea su propia demanda, lo que sirvió de base para el equilibrio general de Walras, al tener en cuenta que la interacción de los individuos quienes se mueven por intereses diversos, a nivel macroeconómico o bien a nivel general, se da una tendencia que marca un principio para que tanto los que compran como los que venden encuentren el equilibrio a nivel social. Sin embargo, al paso de los años se puede afirmar que las anteriores aportaciones teóricas ya no son sólidas para explicar lo que pasa actualmente en la economía, son más bien teorías que sirven para la reflexión en algunas cátedras sobre pensamiento económico, donde se pregunte sobre si el gobierno debe o no participar a nivel social.

Una de las tendencias que hoy se observa a nivel internacional, es que cada vez se reconoce más la importancia que tienen los gobiernos en ser estos uno de los promotores del desarrollo económico y social del país, por tanto, la pregunta sería el cómo debiera ser la manera más adecuada de participación del gobierno; sin lugar a duda, como un ente estratégico que a través de la política monetaria y fiscal pueda contribuir al fomento de los sectores productivos, ya que por otra parte, en algunos países se han detectado sectores económicos estratégicos para el desarrollo nacional, como son el sector energético, comunicaciones, así como algunos otros; lo anterior, revive de nueva cuenta la polémica sobre los cambios en la información que se manda a los inversionistas sobre lo que pudiera pasar, sin embargo, no se analiza lo que actualmente pasa, por ejemplo, en el mercado de España, donde el precio de la electricidad ha subido de manera significativa casi 200 por ciento de un año a otro, o bien lo que pasó en el invierno pasado en Texas, en el sur de los Estados Unidos, con el precio del gas, donde los incrementos en los precios fueron excesivos, dejando incluso sin suministro al norte de México como a consumidores locales ante el incremento de la demanda por el intenso frío que azotó la región.

Por lo anterior, es necesario considerar la importancia que tiene la participación del gobierno en aquellas áreas que son estratégicas para el desarrollo nacional, que no solo crea estabilidad económica, sino que garantiza soberanía y puede en un momento dado evitar crisis tanto económicas como sociales, lo importante de todo es que la participación del gobierno se haga con apego a la honestidad, probidad y transparencia, que es donde pueden estar los verdaderos peligros y tentaciones de su participación.

Regeneración 19