/ martes 18 de enero de 2022

Economía y bienestar | Lo que se espera en el 2022 

De las principales preocupaciones que se tiene en materia económica una vez que arrancamos el año, es sobre la denominada cuesta de enero, como ya se había mencionado con anterioridad, se espera que este periodo de ajuste de precios en la mayoría de los productos de consumo básico, pronto lleguen a su estabilización si se considera que el consumo al menudeo puede jugar un papel fundamental en el sentido de reducir el consumo de los mismos, como tal vez pueda ocurrir en la lógica del mercado, donde si baja el consumo, los precios tenderá a estabilizarse en el corto plazo.

En este sentido, en los criterios generales de política económica, se establecieron algunos que resultan por demás interesantes, entre ellos es que se prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de entre 3.6 y 4.6 por ciento, en el que se muestra un razonable crecimiento para la economía pese a la pandemia que aún sigue generando serios estragos tanto a nivel económico como social, de ahí, que el incremento en los precios sea más por cuestiones especulativas que por otros aspectos. Por otra parte, se plantean incrementos en las tasas de interés de referencia, subiendo éstas al orden del 5.3 por ciento en los CETES a 28 días, dicho incremento obedece a los principales movimientos en los saldos monetarios que se espera realicen los agentes económicos, motivo por el cual, el aumento que se espera registre la tasa de interés es con la finalidad de motivar a los ahorradores a que mantengan sus saldos en los sistemas de captación y con ello bajar las presiones especulativas en los mercados de dinero y capitales. Es de llamar la atención, un dato que puede resultar sumamente complicado en el plano macroeconómico es el saldo en materia de la balanza comercial, y es que se prevé un resultado negativo por arriba de los seis mil millones de dólares, dicho resultado puede generar fuertes presiones en materia de tipo de cambio, máxime si se ha establecido como meta un promedio de 20.4 pesos por dólar.

En sí, en el balance de riesgo para este año respecto a los criterios de política económica, resaltan algunos factores que pudieran incidir en el bajo crecimiento de la economía, y uno de ellos es el potencial repunte de la pandemia y las nuevas variantes del virus y las posibilidades de nuevas restricciones para la apertura de los negocios; por otro lado, el fantasma de la inflación a nivel internacional así como las restricciones de las condiciones financieras a nivel internacional y por último los riesgos de profundización de crisis que generan los flujos de capital y de comercio en el plano internacional.

En el plano nacional, el Banco de México, señala como principales riesgos de crecimiento económico algunos factores a considerar entre los que destacan, la incertidumbre en la política interna; debilidad en el mercado interno; incertidumbre sobre la situación económica interna; política de gasto público y la corrupción.

Por lo anterior, se puede afirmar que de las preocupaciones que se tienen de arranque de año, muchas de ellas tienen que ver con las perspectivas contextuales en el mercado internacional y la repercusión en el nacional; así se puede considerar que mientras el escenario tanto del control de la pandemia como de la situación económica externa, estará generando fuertes presiones en las perspectivas de muchos actores económicos que pueden repercutir en que la cuesta de enero, se prolongue mucho más, por lo que se recomienda a las familias un consumo con mayor cautela así como mantener saldos en ahorro para posibles situaciones difíciles que se puedan presentar. Esperemos que no aparezca la incertidumbre de la recesión y que pronto recuperemos el camino de la normalidad.

  • Regeneración 19

De las principales preocupaciones que se tiene en materia económica una vez que arrancamos el año, es sobre la denominada cuesta de enero, como ya se había mencionado con anterioridad, se espera que este periodo de ajuste de precios en la mayoría de los productos de consumo básico, pronto lleguen a su estabilización si se considera que el consumo al menudeo puede jugar un papel fundamental en el sentido de reducir el consumo de los mismos, como tal vez pueda ocurrir en la lógica del mercado, donde si baja el consumo, los precios tenderá a estabilizarse en el corto plazo.

En este sentido, en los criterios generales de política económica, se establecieron algunos que resultan por demás interesantes, entre ellos es que se prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de entre 3.6 y 4.6 por ciento, en el que se muestra un razonable crecimiento para la economía pese a la pandemia que aún sigue generando serios estragos tanto a nivel económico como social, de ahí, que el incremento en los precios sea más por cuestiones especulativas que por otros aspectos. Por otra parte, se plantean incrementos en las tasas de interés de referencia, subiendo éstas al orden del 5.3 por ciento en los CETES a 28 días, dicho incremento obedece a los principales movimientos en los saldos monetarios que se espera realicen los agentes económicos, motivo por el cual, el aumento que se espera registre la tasa de interés es con la finalidad de motivar a los ahorradores a que mantengan sus saldos en los sistemas de captación y con ello bajar las presiones especulativas en los mercados de dinero y capitales. Es de llamar la atención, un dato que puede resultar sumamente complicado en el plano macroeconómico es el saldo en materia de la balanza comercial, y es que se prevé un resultado negativo por arriba de los seis mil millones de dólares, dicho resultado puede generar fuertes presiones en materia de tipo de cambio, máxime si se ha establecido como meta un promedio de 20.4 pesos por dólar.

En sí, en el balance de riesgo para este año respecto a los criterios de política económica, resaltan algunos factores que pudieran incidir en el bajo crecimiento de la economía, y uno de ellos es el potencial repunte de la pandemia y las nuevas variantes del virus y las posibilidades de nuevas restricciones para la apertura de los negocios; por otro lado, el fantasma de la inflación a nivel internacional así como las restricciones de las condiciones financieras a nivel internacional y por último los riesgos de profundización de crisis que generan los flujos de capital y de comercio en el plano internacional.

En el plano nacional, el Banco de México, señala como principales riesgos de crecimiento económico algunos factores a considerar entre los que destacan, la incertidumbre en la política interna; debilidad en el mercado interno; incertidumbre sobre la situación económica interna; política de gasto público y la corrupción.

Por lo anterior, se puede afirmar que de las preocupaciones que se tienen de arranque de año, muchas de ellas tienen que ver con las perspectivas contextuales en el mercado internacional y la repercusión en el nacional; así se puede considerar que mientras el escenario tanto del control de la pandemia como de la situación económica externa, estará generando fuertes presiones en las perspectivas de muchos actores económicos que pueden repercutir en que la cuesta de enero, se prolongue mucho más, por lo que se recomienda a las familias un consumo con mayor cautela así como mantener saldos en ahorro para posibles situaciones difíciles que se puedan presentar. Esperemos que no aparezca la incertidumbre de la recesión y que pronto recuperemos el camino de la normalidad.

  • Regeneración 19