/ martes 3 de agosto de 2021

Economía y bienestar | Los sistemas de protección civil

Los primeros indicios de los sistemas de protección civil surgen a partir de la segunda guerra mundial cuando el 12 de agosto de 1949 se firma el protocolo para la protección de las víctimas de los conflictos internacionales.

En el caso de México, los desastres naturales dieron pie a la aparición del concepto de Protección Civil a partir del año de 1982. Es el 6 de mayo de 1986 cuando se emiten en el Diario Oficial de la Federación las bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil. En dicho documento en el artículo 15 establece como objetivo general del Sistema Nacional, el de proteger a la persona y a la sociedad y su entorno ante la eventualidad de riesgos y peligros que representen los agentes perturbadores y la vulnerabilidad en el corto mediano y largo plazo, provocada por fenómenos naturales o antropogénicos, a través de la gestión integral del riesgo y el fomento de la capacidad de adaptación, auxilio y restablecimiento en la población.

Por consiguiente, es de suma importancia que los sistemas tanto Federal, Estatal y Municipal cuenten con los protocolos y los reglamentos necesarios para cumplir con el objetivo antes descrito, lamentablemente en algunos de los sistemas principalmente los municipales es una labor pendiente, lo que en muchas ocasiones limita significativamente el cumplir con la tarea de manera eficaz y eficiente, por una parte la falta de presupuesto, protocolos y reglamentos específicos, así como la ausencia de programas de capacitación permanente para que realmente puedan prestar la atención adecuada a la población que se encuentra o se puede encontrar en una eventualidad de riesgo.

En otro orden de ideas, lo anterior tiene que ver con el proceso de descentralización de funciones iniciado en nuestro país a partir de los años ochenta, y que ha potenciado cada vez mayores potestades a los gobiernos locales para que atiendan desde sus propios territorios a la población asentada en la misma zona en casos de emergencia, lo que además implica una coordinación interinstitucional que en cierta medida pone de manifiesto algunas diferencias en cuanto las capacidades institucionales según sea el nivel de gobierno. De tal manera que, en cuanto a las actividades de protección civil en zonas donde de acuerdo a sus condiciones físicas y geográficas existe un riesgo potencial de poner a la población en condiciones de vulnerabilidad. Derivado de ello es preciso que en una zona con alta incidencia de efectos meteorológicos como son ciclones y tormentas, entre otros, sea necesario que los cuerpos de protección civil como otros actores involucrados tomen desde lo local la coordinación a fin de enfrentar cualquier incidente que se pudiera presentar.

Lo anterior nos deja una considerable reflexión, ya que en la zona noreste del país es altamente sensible a los fenómenos meteorológicos, por lo que en primera instancia habrá que atender la urgente necesidad de capacitación a los agentes de primer contacto con la ciudadanía, a fin de que el ciudadano sea atendido de manera ética y profesional ante cualquier eventualidad; en segundo lugar, es necesario que la autoridad local trabaje en el diseño de protocolos de actuación de tal forma que se reglamenten los procedimientos adecuados para cada caso de posible riesgo a la ciudadanía, y con ello evitar actos se pueden vulnerar los derechos y las libertades de los ciudadanos así como los riesgos que implica el propio evento; por otra parte se debe considerar la loable actuación de los integrantes del cuerpo de Protección Civil municipal, sin embargo algunas actuaciones son muchas veces discrecionales generando con ello posibles distorsiones que pudieran en su momento discriminar a algún grupo poblacional; por último, si no hay protocolos y reglamentos de actuación, estos necesariamente deberán ser diseñados, y será de suma importancia su difusión tanto local en los medios de información y comunicación a fin de conocer las disposiciones al respecto, lo anterior a fin de contar con los sistemas de protección civil más ciudadanizados, en los que cada uno de los integrantes de la comunidad veamos en ellos a profesionales que trabajan para salvaguardar a la ciudadanía de los eventuales riesgos que pueden poner en peligro la vida, de ahí su importancia en todos los ámbitos de gobierno.

Regeneración 19

Los primeros indicios de los sistemas de protección civil surgen a partir de la segunda guerra mundial cuando el 12 de agosto de 1949 se firma el protocolo para la protección de las víctimas de los conflictos internacionales.

En el caso de México, los desastres naturales dieron pie a la aparición del concepto de Protección Civil a partir del año de 1982. Es el 6 de mayo de 1986 cuando se emiten en el Diario Oficial de la Federación las bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil. En dicho documento en el artículo 15 establece como objetivo general del Sistema Nacional, el de proteger a la persona y a la sociedad y su entorno ante la eventualidad de riesgos y peligros que representen los agentes perturbadores y la vulnerabilidad en el corto mediano y largo plazo, provocada por fenómenos naturales o antropogénicos, a través de la gestión integral del riesgo y el fomento de la capacidad de adaptación, auxilio y restablecimiento en la población.

Por consiguiente, es de suma importancia que los sistemas tanto Federal, Estatal y Municipal cuenten con los protocolos y los reglamentos necesarios para cumplir con el objetivo antes descrito, lamentablemente en algunos de los sistemas principalmente los municipales es una labor pendiente, lo que en muchas ocasiones limita significativamente el cumplir con la tarea de manera eficaz y eficiente, por una parte la falta de presupuesto, protocolos y reglamentos específicos, así como la ausencia de programas de capacitación permanente para que realmente puedan prestar la atención adecuada a la población que se encuentra o se puede encontrar en una eventualidad de riesgo.

En otro orden de ideas, lo anterior tiene que ver con el proceso de descentralización de funciones iniciado en nuestro país a partir de los años ochenta, y que ha potenciado cada vez mayores potestades a los gobiernos locales para que atiendan desde sus propios territorios a la población asentada en la misma zona en casos de emergencia, lo que además implica una coordinación interinstitucional que en cierta medida pone de manifiesto algunas diferencias en cuanto las capacidades institucionales según sea el nivel de gobierno. De tal manera que, en cuanto a las actividades de protección civil en zonas donde de acuerdo a sus condiciones físicas y geográficas existe un riesgo potencial de poner a la población en condiciones de vulnerabilidad. Derivado de ello es preciso que en una zona con alta incidencia de efectos meteorológicos como son ciclones y tormentas, entre otros, sea necesario que los cuerpos de protección civil como otros actores involucrados tomen desde lo local la coordinación a fin de enfrentar cualquier incidente que se pudiera presentar.

Lo anterior nos deja una considerable reflexión, ya que en la zona noreste del país es altamente sensible a los fenómenos meteorológicos, por lo que en primera instancia habrá que atender la urgente necesidad de capacitación a los agentes de primer contacto con la ciudadanía, a fin de que el ciudadano sea atendido de manera ética y profesional ante cualquier eventualidad; en segundo lugar, es necesario que la autoridad local trabaje en el diseño de protocolos de actuación de tal forma que se reglamenten los procedimientos adecuados para cada caso de posible riesgo a la ciudadanía, y con ello evitar actos se pueden vulnerar los derechos y las libertades de los ciudadanos así como los riesgos que implica el propio evento; por otra parte se debe considerar la loable actuación de los integrantes del cuerpo de Protección Civil municipal, sin embargo algunas actuaciones son muchas veces discrecionales generando con ello posibles distorsiones que pudieran en su momento discriminar a algún grupo poblacional; por último, si no hay protocolos y reglamentos de actuación, estos necesariamente deberán ser diseñados, y será de suma importancia su difusión tanto local en los medios de información y comunicación a fin de conocer las disposiciones al respecto, lo anterior a fin de contar con los sistemas de protección civil más ciudadanizados, en los que cada uno de los integrantes de la comunidad veamos en ellos a profesionales que trabajan para salvaguardar a la ciudadanía de los eventuales riesgos que pueden poner en peligro la vida, de ahí su importancia en todos los ámbitos de gobierno.

Regeneración 19