/ martes 24 de noviembre de 2020

Economía y bienestar | Para acabar con la discriminación

Uno de los movimientos sociales más importantes que marcaron la esencia del actual sistema político social, fue la Revolución francesa, el resultado de la revuelta en busca de reivindicaciones sociales, influyó significativamente en el marco ideológico de un nuevo modelo de coexistencia social, donde la igualdad, libertad y fraternidad, fueron un derecho de todos los seres humanos, y cuyos valores quedaron en el centro de la convivencia de la sociedad contemporánea.

Lo anterior implicó un duro golpe a las estructuras jerárquicas, así como a la intolerancia medieval ya en descomposición en aquel momento, cuya idea central estaba asociada a las diferencias y desigualdades entre los hombres de acuerdo al estatus desde su nacimiento, es decir la discriminación era producto de un estado natural que seleccionaba y concedía los derechos de acuerdo al estatus consanguíneo. En este sentido la discriminación inhibe el ejercicio igualitario de las libertades, derechos y oportunidades entre las personas y, no solo eso, puede llegar a colocarlas en una alta condición de vulnerabilidad social al ser víctima de distintas formas de discriminación, en menoscabo de su condición humana; lo anterior nos hace preguntarnos al día de hoy qué tanto se ha avanzado en la construcción de un mundo libre de discriminación, en donde se reconozcan las diferencias y éstas se respeten de tal forma que todo ser humano tenga el pleno uso de sus libertades para desarrollar sus capacidades.

Lo anterior significa que la discriminación implica dar a una persona un trato desigual y diferenciado basado en motivaciones raciales, políticas, religiosas, ideológicas, económicas, entre otras. En este sentido actualmente hay una preocupación para construir una sociedad donde las acciones tiendan a erradicar la discriminación como una práctica que violenta la convivencia cotidiana entre los miembros de una comunidad; En el caso de México dado los antecedentes históricos y la gran heterogeneidad cultural que existe, con una riqueza importante de expresiones y manifestaciones culturales en cada región, se ha generado una percepción de diversidad y, por lo tanto, de diferencias entre las personas, sobre todo aquellos donde la relación es asociada al género, al color de piel, las ideas políticas, religiosas, entre otras, las cuales muestran una incidencia importante de lo que podrían ser prácticas de discriminación ampliamente difundidas entre la sociedad mexicana.

En este sentido de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI) en el año 2017, arroja datos por demás interesantes, al afirmar que en México, el 20.2% de la población de 18 años y más, declaró haber sido discriminada en el último año; los principales motivos de dicha situación se señalan principalmente por la forma de vestir o el arreglo personal; el peso o la estatura corporal; la edad así como las creencias religiosas. De las entidades federativas donde su población expresa que más ha experimentado algún tipo de discriminación se encuentran los estados de: Puebla (28.4%); Colima (25.6%) y Guerrero (25.1%) respectivamente; en el caso del estado de Tamaulipas, el 17.2% de la población de 18 años y más manifestó haber sufrido discriminación por motivos asociados a su tono de piel, manera de hablar, por su peso o su estatura, por su forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, por sus creencias religiosas, por su sexo, edad o bien por su orientación sexual, entre otros. Lo anterior nos hace pensar en la urgente necesidad de hacer cumplir el artículo primero de la Constitución Política de México, en el que uno de sus párrafos establece lo siguiente: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Por lo anterior, es necesario crear las condiciones de equidad y respeto a todas las diferencias culturales y raciales que hay en nuestro país, de no ser así lamentablemente estaremos negando el país multiétnico y multicultural que somos.

Regeneración

Uno de los movimientos sociales más importantes que marcaron la esencia del actual sistema político social, fue la Revolución francesa, el resultado de la revuelta en busca de reivindicaciones sociales, influyó significativamente en el marco ideológico de un nuevo modelo de coexistencia social, donde la igualdad, libertad y fraternidad, fueron un derecho de todos los seres humanos, y cuyos valores quedaron en el centro de la convivencia de la sociedad contemporánea.

Lo anterior implicó un duro golpe a las estructuras jerárquicas, así como a la intolerancia medieval ya en descomposición en aquel momento, cuya idea central estaba asociada a las diferencias y desigualdades entre los hombres de acuerdo al estatus desde su nacimiento, es decir la discriminación era producto de un estado natural que seleccionaba y concedía los derechos de acuerdo al estatus consanguíneo. En este sentido la discriminación inhibe el ejercicio igualitario de las libertades, derechos y oportunidades entre las personas y, no solo eso, puede llegar a colocarlas en una alta condición de vulnerabilidad social al ser víctima de distintas formas de discriminación, en menoscabo de su condición humana; lo anterior nos hace preguntarnos al día de hoy qué tanto se ha avanzado en la construcción de un mundo libre de discriminación, en donde se reconozcan las diferencias y éstas se respeten de tal forma que todo ser humano tenga el pleno uso de sus libertades para desarrollar sus capacidades.

Lo anterior significa que la discriminación implica dar a una persona un trato desigual y diferenciado basado en motivaciones raciales, políticas, religiosas, ideológicas, económicas, entre otras. En este sentido actualmente hay una preocupación para construir una sociedad donde las acciones tiendan a erradicar la discriminación como una práctica que violenta la convivencia cotidiana entre los miembros de una comunidad; En el caso de México dado los antecedentes históricos y la gran heterogeneidad cultural que existe, con una riqueza importante de expresiones y manifestaciones culturales en cada región, se ha generado una percepción de diversidad y, por lo tanto, de diferencias entre las personas, sobre todo aquellos donde la relación es asociada al género, al color de piel, las ideas políticas, religiosas, entre otras, las cuales muestran una incidencia importante de lo que podrían ser prácticas de discriminación ampliamente difundidas entre la sociedad mexicana.

En este sentido de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI) en el año 2017, arroja datos por demás interesantes, al afirmar que en México, el 20.2% de la población de 18 años y más, declaró haber sido discriminada en el último año; los principales motivos de dicha situación se señalan principalmente por la forma de vestir o el arreglo personal; el peso o la estatura corporal; la edad así como las creencias religiosas. De las entidades federativas donde su población expresa que más ha experimentado algún tipo de discriminación se encuentran los estados de: Puebla (28.4%); Colima (25.6%) y Guerrero (25.1%) respectivamente; en el caso del estado de Tamaulipas, el 17.2% de la población de 18 años y más manifestó haber sufrido discriminación por motivos asociados a su tono de piel, manera de hablar, por su peso o su estatura, por su forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, por sus creencias religiosas, por su sexo, edad o bien por su orientación sexual, entre otros. Lo anterior nos hace pensar en la urgente necesidad de hacer cumplir el artículo primero de la Constitución Política de México, en el que uno de sus párrafos establece lo siguiente: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Por lo anterior, es necesario crear las condiciones de equidad y respeto a todas las diferencias culturales y raciales que hay en nuestro país, de no ser así lamentablemente estaremos negando el país multiétnico y multicultural que somos.

Regeneración