/ martes 13 de julio de 2021

Economía y bienestar | Sube el envío de remesas a México

A nivel mundial se presenta un fenómeno asociado a la tendencia de tener cada vez menos nacimientos y la esperanza de vida de la población se ha venido incrementado, lo que ha propiciado que el número de adultos mayores esté creciendo constantemente.

Lo anterior se combina con el denominado bono demográfico, que hace alusión a una etapa en la que el balance entre las edades de una determinada población genera una oportunidad para el desarrollo económico, es decir, el grueso de la población joven en edad de trabajar se incorporan al mercado de trabajo, lo anterior debe ir acompañado previamente de que dicho grupo de jóvenes haya recibido educación y cuente con capital humano sólido que le permita incrustarse en el mercado de trabajo de manera competitiva, es decir, si el bono demográfico se acompaña de procesos educativos que permita a la nueva fuerza de trabajo potenciar sus capacidades productivas, este sin lugar a duda traerá fuertes beneficios en materia de desarrollo tanto económico como social.

El anterior proceso descrito tiene que ver con el proceso acelerado de envejecimiento de la población mexicana, pero a la vez con un potencial importante de jóvenes demandando empleo, ya que el grueso de la población de acuerdo al último censo de población y vivienda, es de 29 años, lo cual indica que el grupo más numeroso que se tiene en nuestro país está en condiciones de demandar empleo, lo cual impone otra condición, ya que debe haber fuertes niveles de inversión que generen los empleos que demanda esta población con un potencial transformador importante. El problema se puede complicar si la inversión bien sea pública o privada no llega o no la hacen quienes la deben hacer, por lo que no se da la generación de empleos y dicha fuerza de trabajo existente deberá esperar su momento a fin de que se incorpore el mercado de trabajo. El problema se puede agravar, ya que cada año que pasa, más jóvenes estarán en condiciones de incorporarse al mercado de trabajo, situación que ha ocurrido así por años, lo que ha propiciado es un excedente significativo de fuerza de trabajo joven que al no contar con la posibilidad de un empleo que les garantice mejoras en sus condiciones de vida, la alternativa que han tomado es la de migrar hacia otro país con la intención de buscar mejores posibilidades de empleo; de esta forma, nuestro país desde hace algunos años, ha experimentado un flujo importante de migrantes mexicanos que lamentablemente ante la falta de oportunidades de empleo han tenido que dejar el país para buscarlo principalmente en el mercado de trabajo de Estados Unidos, es decir que el potencial productivo del momento del bono demográfico en México, ha sido aprovechado por otros. Aun así los beneficios se han visto reflejados a través de las remesas, dichos flujos de capital que provienen de los migrantes que laboran principalmente en los Estados Unidos han sido recursos sumamente importantes para la estabilidad macroeconómica de nuestro país, en primera porque se han convertido en un importante flujo de dólares al interior lo que ha permitido en cierta forma, incidir en el tipo de cambio, por otro lado, el flujo de recursos, fortalecen el consumo local y por tanto reactivan la economía.

Al respecto, de acuerdo con el Sistema de Información Económica del Banco de México, las remesas de enero a mayo en nuestro país fueron de 19 178. 35 millones de dólares, lo que representó un aumento del 21.75 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior, asimismo por efectos de la pandemia, la mayor parte de las remesas se enviaron a través de transferencias electrónicas 99 por ciento. Tal suma de recursos es de vital importancia para la economía mexicana, y siempre lo han sido. Imaginemos si los más de treinta millones de personas de origen mexicano que viven en el otro lado, si vivieran y produjeran aquí, sin duda, la economía mexicana fuera de las más fuertes del mundo.

Regeneración 19

A nivel mundial se presenta un fenómeno asociado a la tendencia de tener cada vez menos nacimientos y la esperanza de vida de la población se ha venido incrementado, lo que ha propiciado que el número de adultos mayores esté creciendo constantemente.

Lo anterior se combina con el denominado bono demográfico, que hace alusión a una etapa en la que el balance entre las edades de una determinada población genera una oportunidad para el desarrollo económico, es decir, el grueso de la población joven en edad de trabajar se incorporan al mercado de trabajo, lo anterior debe ir acompañado previamente de que dicho grupo de jóvenes haya recibido educación y cuente con capital humano sólido que le permita incrustarse en el mercado de trabajo de manera competitiva, es decir, si el bono demográfico se acompaña de procesos educativos que permita a la nueva fuerza de trabajo potenciar sus capacidades productivas, este sin lugar a duda traerá fuertes beneficios en materia de desarrollo tanto económico como social.

El anterior proceso descrito tiene que ver con el proceso acelerado de envejecimiento de la población mexicana, pero a la vez con un potencial importante de jóvenes demandando empleo, ya que el grueso de la población de acuerdo al último censo de población y vivienda, es de 29 años, lo cual indica que el grupo más numeroso que se tiene en nuestro país está en condiciones de demandar empleo, lo cual impone otra condición, ya que debe haber fuertes niveles de inversión que generen los empleos que demanda esta población con un potencial transformador importante. El problema se puede complicar si la inversión bien sea pública o privada no llega o no la hacen quienes la deben hacer, por lo que no se da la generación de empleos y dicha fuerza de trabajo existente deberá esperar su momento a fin de que se incorpore el mercado de trabajo. El problema se puede agravar, ya que cada año que pasa, más jóvenes estarán en condiciones de incorporarse al mercado de trabajo, situación que ha ocurrido así por años, lo que ha propiciado es un excedente significativo de fuerza de trabajo joven que al no contar con la posibilidad de un empleo que les garantice mejoras en sus condiciones de vida, la alternativa que han tomado es la de migrar hacia otro país con la intención de buscar mejores posibilidades de empleo; de esta forma, nuestro país desde hace algunos años, ha experimentado un flujo importante de migrantes mexicanos que lamentablemente ante la falta de oportunidades de empleo han tenido que dejar el país para buscarlo principalmente en el mercado de trabajo de Estados Unidos, es decir que el potencial productivo del momento del bono demográfico en México, ha sido aprovechado por otros. Aun así los beneficios se han visto reflejados a través de las remesas, dichos flujos de capital que provienen de los migrantes que laboran principalmente en los Estados Unidos han sido recursos sumamente importantes para la estabilidad macroeconómica de nuestro país, en primera porque se han convertido en un importante flujo de dólares al interior lo que ha permitido en cierta forma, incidir en el tipo de cambio, por otro lado, el flujo de recursos, fortalecen el consumo local y por tanto reactivan la economía.

Al respecto, de acuerdo con el Sistema de Información Económica del Banco de México, las remesas de enero a mayo en nuestro país fueron de 19 178. 35 millones de dólares, lo que representó un aumento del 21.75 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior, asimismo por efectos de la pandemia, la mayor parte de las remesas se enviaron a través de transferencias electrónicas 99 por ciento. Tal suma de recursos es de vital importancia para la economía mexicana, y siempre lo han sido. Imaginemos si los más de treinta millones de personas de origen mexicano que viven en el otro lado, si vivieran y produjeran aquí, sin duda, la economía mexicana fuera de las más fuertes del mundo.

Regeneración 19