/ viernes 21 de septiembre de 2018

Con café y a media luz | El cargo es el medio…

Al estar cursandoel segundo semestre de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Tampico que, por cierto, está de plácemes por su sexagésimo octavo aniversario como fundadora de la máxima casa de estudios de nuestra entidad federativa, recibí una de las lecciones más importantes de mi carrera en voz de la Dra. Ma. Teresa Silva Balboa: “El medio es el mensaje”

La profesora, quien es uno de los seres humanos más bellos que he conocido en mi vida, nos aleccionaba sobre la postura del sociólogo canadiense Marshall Mc. Luhan que en su libro “Entendiendo a los medios” había llegado a esa conclusión después de una serie de estudios al respecto de la comunicación de masas. En pocas palabras, el autor señalaba el inmenso poder que cobra un mensaje sobre la sociedad cuando es transmitido por un medio masivo.

Más claro. Una nota cobra mayor peso social cuando usted la lee en EL SOL DE TAMPICO, que cuando se la cuenta de segunda o tercera mano un conocido.

Si partimos de la premisa anterior, este servidor, de manera irreverente pero necesaria para la obra del autor citado, antepondría la frase “El cargo es el medio”, lo anterior después de haber escuchado las declaraciones del Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador al calificar, ante los representantes de la prensa, las condiciones en las que recibiría las arcas nacionales.

Y es que no es lo mismo que lo ande pregonando un candidato como parte de su estrategia de campaña con el único fin de ganar adeptos a su proyecto gubernamental a que lo señale el jefe del Estado mexicano, cuya repercusión pudiera trascender fronteras y poner en una situación de alerta innecesaria a países con los que se tienen convenios comerciales, grandes empresarios que esperan instalar fábricas en territorios nacionales y sectores al interior de México que podrían suponer un descalabro terrible en los índices de productividad y de ganancias.

No hay duda alguna, fue un comentario irresponsable cegado por la postura ideológica que durante todo el periodo de elecciones manejó el dirigente de Morena y que le sirvió como propuesta de un cambio a la nación mexicana; sin embargo, es imperativo que comprenda el peso que ahora lleva sobre “sus espaldas” pues representa a una nación entera. Todo lo que haga o diga, a partir de la fecha, tendrá repercusiones que podrán ser positivas o negativas.

Lo que me pareció más grave es la forma con la que el futuro mandatario buscó “meter reversa” a lo vertido en “la entrevista de calle” cuando fue abordado por los reporteros. “Sacaron mis palabras de contexto”, mencionó AMLO cuando los especialistas señalaron la gravedad de las declaraciones por lo que párrafos arriba sostuve. También debemos reconocer que los actores políticos de otros escaparates las aprovecharon para “llevar agua a su molino” y empezar lo que bien pudiera ser una campaña de desprestigio que se ha vuelto una herramienta de costumbre en la “polaca mexicana”.

Bien recuerdo que durante varias semanas analistas de diversos medios y estudiosos mexicanos invirtieron varias horas del día en “hacer cuentas” para determinar cómo es que saldría tanto dinero para becas, programas de asistencia y más. La respuesta era la misma: “Retirar la pensión a los expresidentes”.

Hoy, que se ha vuelto una realidad, esperamos que las cuentas empiecen a “cuadrar”. Aunque a este servidor le hizo ruido el que, sin miramientos, el Presidente electo manifestara que “recibirá un país en bancarrota” ¿Será acaso que este será el pretexto idóneo del de Macuspana para no cumplir con todo lo que se prometió en campaña?

Aunque días después corrigió lo dicho y aseguró que nada tenía que ver una cosa con la otra, también sembró la desconfianza en un buen sector que ya espera un sexenio “ponciopilatista” en el que los pretextos, argumentos y excusas estarán a la orden del día cuando las cosas no salgan como se prometieron y se empiecen a buscar responsables hasta “debajo de las piedras”.

Tanta consulta popular puede ser una herramienta útil para darle sentido al ejercicio del poder, pero también está dividida por una línea muy frágil y casi imperceptible que se brincará si las cosas no resultan. Espero, con honestidad, que México no se haya equivocado.

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

Al estar cursandoel segundo semestre de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Tampico que, por cierto, está de plácemes por su sexagésimo octavo aniversario como fundadora de la máxima casa de estudios de nuestra entidad federativa, recibí una de las lecciones más importantes de mi carrera en voz de la Dra. Ma. Teresa Silva Balboa: “El medio es el mensaje”

La profesora, quien es uno de los seres humanos más bellos que he conocido en mi vida, nos aleccionaba sobre la postura del sociólogo canadiense Marshall Mc. Luhan que en su libro “Entendiendo a los medios” había llegado a esa conclusión después de una serie de estudios al respecto de la comunicación de masas. En pocas palabras, el autor señalaba el inmenso poder que cobra un mensaje sobre la sociedad cuando es transmitido por un medio masivo.

Más claro. Una nota cobra mayor peso social cuando usted la lee en EL SOL DE TAMPICO, que cuando se la cuenta de segunda o tercera mano un conocido.

Si partimos de la premisa anterior, este servidor, de manera irreverente pero necesaria para la obra del autor citado, antepondría la frase “El cargo es el medio”, lo anterior después de haber escuchado las declaraciones del Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador al calificar, ante los representantes de la prensa, las condiciones en las que recibiría las arcas nacionales.

Y es que no es lo mismo que lo ande pregonando un candidato como parte de su estrategia de campaña con el único fin de ganar adeptos a su proyecto gubernamental a que lo señale el jefe del Estado mexicano, cuya repercusión pudiera trascender fronteras y poner en una situación de alerta innecesaria a países con los que se tienen convenios comerciales, grandes empresarios que esperan instalar fábricas en territorios nacionales y sectores al interior de México que podrían suponer un descalabro terrible en los índices de productividad y de ganancias.

No hay duda alguna, fue un comentario irresponsable cegado por la postura ideológica que durante todo el periodo de elecciones manejó el dirigente de Morena y que le sirvió como propuesta de un cambio a la nación mexicana; sin embargo, es imperativo que comprenda el peso que ahora lleva sobre “sus espaldas” pues representa a una nación entera. Todo lo que haga o diga, a partir de la fecha, tendrá repercusiones que podrán ser positivas o negativas.

Lo que me pareció más grave es la forma con la que el futuro mandatario buscó “meter reversa” a lo vertido en “la entrevista de calle” cuando fue abordado por los reporteros. “Sacaron mis palabras de contexto”, mencionó AMLO cuando los especialistas señalaron la gravedad de las declaraciones por lo que párrafos arriba sostuve. También debemos reconocer que los actores políticos de otros escaparates las aprovecharon para “llevar agua a su molino” y empezar lo que bien pudiera ser una campaña de desprestigio que se ha vuelto una herramienta de costumbre en la “polaca mexicana”.

Bien recuerdo que durante varias semanas analistas de diversos medios y estudiosos mexicanos invirtieron varias horas del día en “hacer cuentas” para determinar cómo es que saldría tanto dinero para becas, programas de asistencia y más. La respuesta era la misma: “Retirar la pensión a los expresidentes”.

Hoy, que se ha vuelto una realidad, esperamos que las cuentas empiecen a “cuadrar”. Aunque a este servidor le hizo ruido el que, sin miramientos, el Presidente electo manifestara que “recibirá un país en bancarrota” ¿Será acaso que este será el pretexto idóneo del de Macuspana para no cumplir con todo lo que se prometió en campaña?

Aunque días después corrigió lo dicho y aseguró que nada tenía que ver una cosa con la otra, también sembró la desconfianza en un buen sector que ya espera un sexenio “ponciopilatista” en el que los pretextos, argumentos y excusas estarán a la orden del día cuando las cosas no salgan como se prometieron y se empiecen a buscar responsables hasta “debajo de las piedras”.

Tanta consulta popular puede ser una herramienta útil para darle sentido al ejercicio del poder, pero también está dividida por una línea muy frágil y casi imperceptible que se brincará si las cosas no resultan. Espero, con honestidad, que México no se haya equivocado.

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!