/ domingo 2 de agosto de 2020

El concepto del mal

Segunda Parte

La inasible esencia del mal ha sido una seria preocupación, no solo de destacados pensadores, sino también de toda suerte de genios creadores.

En El Jardín de las Delicias El Bosco, ofrece una representación singular de lo que es el mal al asociarlo con la música en el panel tercero dedicado al Infierno.

A decir de Thomas Mann "la sensibilidad va unida a la forma". El mal es la expresión de un juicio emocional de rechazo, no es algo en su origen propiamente racional, se encuentra como la belleza, en el fondo mismo de la constitución de nuestro ser, el hombre tiende a considerar bello aquello en lo que encuentra en armonía, lo bello como idea que remite a un bien absoluto, puede ofrecer, por opuesta deducción, una característica de los actos calificados como malvados, siendo en principio lo que carece de sentido en el mundo, lo absurdo, lo inabarcablemente, indigestible, lo ininteligible, el caos, el desorden, lo incomprensible, lo que no puede racionalizar la razón, es así también como el Génesis, concibe al mundo antes de la creación de Dios: El caos.

Para Thomas Hobbes, fundador de la escuela analítica Inglesa, las palabras "bueno" y "malo" son sinónimos de "deseado" y "odiado". Si no nos gusta algo, lo llamamos malvado, pero esto se basa en nuestras creencias sobre las consecuencias de la cosa para nosotros. El mal no está en la cosa misma. Del mismo modo, las cosas que calificamos de buenas son agradables o significan algo que se considera agradable, o producen la esperanza de algo agradable. Hobbes creía que el universo era materia física en movimiento, por lo que las cosas que creemos que son buenas en realidad producen movimientos profundos en nosotros. Esta moción la llamamos "deleite".

Todos los términos que tenemos para nuestras respuestas se basan en nuestros deseos y aversiones.

Las personas sienten "lástima" porque ven que alguien sufre algo terrible y sienten la posibilidad de que les ocurra algo similar. Las personas son "crueles" cuando no ven la posibilidad de que tal desastre les ocurra.

Ahondando en el escepticismo David Hume, heredero de la escuela de Hobbes señala que la idea de maldad no tiene objeto en la realidad que le corresponda, que, al ser una idea compuesta, su contacto con la realidad está condicionado a la de cada una de las ideas simples que lo conforman, tal vez negar la existencia propia del mal, deje a pocos satisfechos, y por eso seguimos indagando.

Parte de la dificultad a la hora de las definiciones sobre la esencia del mal radica en la confusión entre la esfera del Ser y del valor, ya que en efecto, el mal, aun siendo un valor negativo, es también un valor, y como tal , al igual que los valores positivos, como la belleza o la bondad, descansa en los objetos de nuestra experiencia, por ejemplo, cuando sentimos un dolor, el valor del mal, lo depositamos en esa experiencia de dolor, pero el mal es independiente de ese dolor y por lo tanto, el mal en el mundo es algo positivo, no desde el punto de la valoración ética, sino desde la perspectiva de su existencia y así lo reconoció Santo Tomas.

La perenne relevancia de la pregunta por la esencia del mal, acompaña a los actos más inquietantes de la historia de la humanidad, en la medida que podamos ofrecer una respuesta, quizá podremos empezar a remediar en algo el dolor del mundo como lo llamo Schopenhauer.

Regeneración

Las personas sienten "lástima" porque ven que alguien sufre algo terrible y sienten la posibilidad de que les ocurra algo similar. Las personas son "crueles" cuando no ven la posibilidad de que tal desastre les ocurra.

Segunda Parte

La inasible esencia del mal ha sido una seria preocupación, no solo de destacados pensadores, sino también de toda suerte de genios creadores.

En El Jardín de las Delicias El Bosco, ofrece una representación singular de lo que es el mal al asociarlo con la música en el panel tercero dedicado al Infierno.

A decir de Thomas Mann "la sensibilidad va unida a la forma". El mal es la expresión de un juicio emocional de rechazo, no es algo en su origen propiamente racional, se encuentra como la belleza, en el fondo mismo de la constitución de nuestro ser, el hombre tiende a considerar bello aquello en lo que encuentra en armonía, lo bello como idea que remite a un bien absoluto, puede ofrecer, por opuesta deducción, una característica de los actos calificados como malvados, siendo en principio lo que carece de sentido en el mundo, lo absurdo, lo inabarcablemente, indigestible, lo ininteligible, el caos, el desorden, lo incomprensible, lo que no puede racionalizar la razón, es así también como el Génesis, concibe al mundo antes de la creación de Dios: El caos.

Para Thomas Hobbes, fundador de la escuela analítica Inglesa, las palabras "bueno" y "malo" son sinónimos de "deseado" y "odiado". Si no nos gusta algo, lo llamamos malvado, pero esto se basa en nuestras creencias sobre las consecuencias de la cosa para nosotros. El mal no está en la cosa misma. Del mismo modo, las cosas que calificamos de buenas son agradables o significan algo que se considera agradable, o producen la esperanza de algo agradable. Hobbes creía que el universo era materia física en movimiento, por lo que las cosas que creemos que son buenas en realidad producen movimientos profundos en nosotros. Esta moción la llamamos "deleite".

Todos los términos que tenemos para nuestras respuestas se basan en nuestros deseos y aversiones.

Las personas sienten "lástima" porque ven que alguien sufre algo terrible y sienten la posibilidad de que les ocurra algo similar. Las personas son "crueles" cuando no ven la posibilidad de que tal desastre les ocurra.

Ahondando en el escepticismo David Hume, heredero de la escuela de Hobbes señala que la idea de maldad no tiene objeto en la realidad que le corresponda, que, al ser una idea compuesta, su contacto con la realidad está condicionado a la de cada una de las ideas simples que lo conforman, tal vez negar la existencia propia del mal, deje a pocos satisfechos, y por eso seguimos indagando.

Parte de la dificultad a la hora de las definiciones sobre la esencia del mal radica en la confusión entre la esfera del Ser y del valor, ya que en efecto, el mal, aun siendo un valor negativo, es también un valor, y como tal , al igual que los valores positivos, como la belleza o la bondad, descansa en los objetos de nuestra experiencia, por ejemplo, cuando sentimos un dolor, el valor del mal, lo depositamos en esa experiencia de dolor, pero el mal es independiente de ese dolor y por lo tanto, el mal en el mundo es algo positivo, no desde el punto de la valoración ética, sino desde la perspectiva de su existencia y así lo reconoció Santo Tomas.

La perenne relevancia de la pregunta por la esencia del mal, acompaña a los actos más inquietantes de la historia de la humanidad, en la medida que podamos ofrecer una respuesta, quizá podremos empezar a remediar en algo el dolor del mundo como lo llamo Schopenhauer.

Regeneración

Las personas sienten "lástima" porque ven que alguien sufre algo terrible y sienten la posibilidad de que les ocurra algo similar. Las personas son "crueles" cuando no ven la posibilidad de que tal desastre les ocurra.