/ lunes 27 de septiembre de 2021

El cumpleaños del perro | El filme como ejercicio de cinefilia y de escritura

Cuando vemos una película, ¿cómo la vemos, qué aspectos se aprecian de ella? Quien vea un filme puede tener -y aportar- una opinión sobre la misma.

Por ejemplo, cómo enfrentar, en su momento, a una cinta definitoria como “Matrix”, la obra fílmica que ha revolucionado el concepto visual del cine contemporáneo. (El escritor argentino Jorge Luis Borges en 1967, al analizar la Metáfora en una conferencia en Harvard, se anticipó al espíritu de “Matrix”: “…en estos versos: “Desearía ser la noche para mirar tu sueño con mil ojos, percibimos la ternura del amante; sentimos que su deseo es capaz de ver al amante desde muchos puntos de vista a la vez”.

Y en eso se basa la cinta actuada por Keanu Reeves: la imagen captada al unísono por varias cámaras.

De hecho, cada espectador es un crítico. Pero, ¿qué es la crítica? ¿En qué consiste? La mayor parte de la crítica, desde Aristóteles hasta John Dryden, es una teoría de la literatura.

Las primeras críticas de cine también eran teóricas y reflejaban las premisas básicas de la crítica literaria. Se ha dicho que la crítica de cine se fundamenta en el análisis y rigor literarios. No en balde los mejores críticos cinematográficos son también escritores.

En la crítica existe algo más que la expresión de opiniones. Dwight McDonald, quien se dedicó cuarenta años a ejercer la crítica cinematográfica, resume la función de un crítico: 1) juzgar la calidad del filme, 2) probar la calidad del filme, y 3) comparar el filme con otro, dándole su lugar en la historia del cine. Si la filosofía empieza con el asombro, como afirmaba Platón, también sucede así con la crítica cinematográfica (con un sentido de sorpresa de que las imágenes se puedan mover y el deseo de explicar cómo y por qué puede ser una obra de arte esa imagen en movimiento).

Cada espectador de cine tiene una versión heterogénea de la película vista. Oscila desde la general hasta la específica. Cada quien es portador de una opinión. Criticar no es opinar, es analizar –con juicios estéticos- el filme.

Alarma leer en los diarios o revistas especializadas algunas “críticas” de películas cuando en realidad son sólo reseñas anémicas, inexactas e incompletas. Y de los youtubers de cine, qué decir. Sólo son “opinadores” de cine.

Hacer crítica de cine es, antes que nada, un ejercicio de escritura donde la capacidad como espectador cabe en estos versos de Fernando Pessoa: “Lo esencial es saber ver,/ saber ver cuando se ve,/ y no pensar cuando se ve/ ni ver cuando se piensa”.

Porque el cine es una ecuación: intelecto y corazón que debe permitir ver lo que hay en un filme y cuestionarlo en relación con lo que debería tener o emancipar de las demás películas o corriente o género donde se sitúa,

Criticar un filme es un ejercicio de cinefilia y de escritura. Es darle al lector un espacio para la comprensión de los andamiajes del filme. No debe ser, la crítica de cine, territorios de fobias y de simplezas. Criticar es estructurar y deconstruir un filme con la certeza de que van a salir a flote deficiencias y valores artísticos y culturales…

Cuando vemos una película, ¿cómo la vemos, qué aspectos se aprecian de ella? Quien vea un filme puede tener -y aportar- una opinión sobre la misma.

Por ejemplo, cómo enfrentar, en su momento, a una cinta definitoria como “Matrix”, la obra fílmica que ha revolucionado el concepto visual del cine contemporáneo. (El escritor argentino Jorge Luis Borges en 1967, al analizar la Metáfora en una conferencia en Harvard, se anticipó al espíritu de “Matrix”: “…en estos versos: “Desearía ser la noche para mirar tu sueño con mil ojos, percibimos la ternura del amante; sentimos que su deseo es capaz de ver al amante desde muchos puntos de vista a la vez”.

Y en eso se basa la cinta actuada por Keanu Reeves: la imagen captada al unísono por varias cámaras.

De hecho, cada espectador es un crítico. Pero, ¿qué es la crítica? ¿En qué consiste? La mayor parte de la crítica, desde Aristóteles hasta John Dryden, es una teoría de la literatura.

Las primeras críticas de cine también eran teóricas y reflejaban las premisas básicas de la crítica literaria. Se ha dicho que la crítica de cine se fundamenta en el análisis y rigor literarios. No en balde los mejores críticos cinematográficos son también escritores.

En la crítica existe algo más que la expresión de opiniones. Dwight McDonald, quien se dedicó cuarenta años a ejercer la crítica cinematográfica, resume la función de un crítico: 1) juzgar la calidad del filme, 2) probar la calidad del filme, y 3) comparar el filme con otro, dándole su lugar en la historia del cine. Si la filosofía empieza con el asombro, como afirmaba Platón, también sucede así con la crítica cinematográfica (con un sentido de sorpresa de que las imágenes se puedan mover y el deseo de explicar cómo y por qué puede ser una obra de arte esa imagen en movimiento).

Cada espectador de cine tiene una versión heterogénea de la película vista. Oscila desde la general hasta la específica. Cada quien es portador de una opinión. Criticar no es opinar, es analizar –con juicios estéticos- el filme.

Alarma leer en los diarios o revistas especializadas algunas “críticas” de películas cuando en realidad son sólo reseñas anémicas, inexactas e incompletas. Y de los youtubers de cine, qué decir. Sólo son “opinadores” de cine.

Hacer crítica de cine es, antes que nada, un ejercicio de escritura donde la capacidad como espectador cabe en estos versos de Fernando Pessoa: “Lo esencial es saber ver,/ saber ver cuando se ve,/ y no pensar cuando se ve/ ni ver cuando se piensa”.

Porque el cine es una ecuación: intelecto y corazón que debe permitir ver lo que hay en un filme y cuestionarlo en relación con lo que debería tener o emancipar de las demás películas o corriente o género donde se sitúa,

Criticar un filme es un ejercicio de cinefilia y de escritura. Es darle al lector un espacio para la comprensión de los andamiajes del filme. No debe ser, la crítica de cine, territorios de fobias y de simplezas. Criticar es estructurar y deconstruir un filme con la certeza de que van a salir a flote deficiencias y valores artísticos y culturales…