/ lunes 27 de diciembre de 2021

El cumpleaños del perro | El señor Napoleón

En una entrevista para la televisión de Jalisco hace algunos años, Alfonso Arau (director de “Zapata”/ 2004) dijo algo interesante: “los muralistas mexicanos pintaron la historia de este país”. Lo mismo pudiéramos decir de los escritores y músicos que han incorporado la historia en sus obras. Sin embargo, el cine mexicano no ha querido o no ha podido filmar la historia.

Cosa que no sucede con una cinematografía como la francesa que, con filmes como “El señor Napoleón”/ Francia-Gran Bretaña-2003, demuestra que la historia y el cine se llevan bien.

“El señor Napoleón” se antoja como uno de esos “garbanzos de a libra” que no hay que dejar pasar. El cine francés es, después del norteamericano, el más importante del mundo.

En cada muestra, tour, ciclo o retrospectiva es difícil no encontrarse con un filme francés. Antonie de Caunes dirige una historia original en El señor Napoleón y plantea un secreto: El Emperador Bonaparte ¿murió o no en la isla Santa Helena?

Al ser prisionero y remitido a Santa Helena, todo parece haber terminado para Napoleón/ Philippe Torreton. Custodiado por las tropas del general británico Lowe/ Richard E. Grant y con un séquito de sirvientes a su disposición, el Emperador es tratado como un simple general.

Cercanos al gran Corso se encuentran Cipriani/ Bruno Putzulu, el general Montholon/ Sthéphane Freiss y su esposa Albine (la cual comparte con Napoleón), y la bella Betsy Malcome/ Siobhan Hewlett quien está enamorada del ilustre preso. Es interesante el manejo de la Historia por parte de los guionistas René Manzor y el propio Antonie de Caunes.

La manipulación de los sucesos funciona en razón del misterio, del thriller. El empleo de un narrador le otorga al filme cierta fluidez que desahoga tramas que pudiesen ser prolongadas de ser contadas (el plan para rescatar a Napoleón por parte de mercenarios portugueses).

Al margen de la fidelidad de los hechos históricos, “El señor Napoleón” hace creíbles y justifica los eventos: Napoleón no murió en Santa Helena, se enamoró de Betsy y murió a su lado, años después en Luisiana, Estados Unidos; Napoleón corrompió a sus carceleros británicos y fue un traidor con sus incondicionales; Napoleón abortó el plan de rescate denunciándolo para ganarse la confianza de sus custodios.

Cada vez que existan diferencias entre dos naciones, es importante no mirar el esqueleto de dichos países sino más hondo: hacia su alma, es decir, hacia la médula de su historia.

Y es, precisamente el cine, una ventana que nos puede permitir asomarnos, vía la reelaboración artística, hacia el interior pese a que el gran Buñuel nos dijo que estaba “prohibido asomarse hacia el interior”.

“El señor Napoleón” está disponible en la plataforma MUBI…

En una entrevista para la televisión de Jalisco hace algunos años, Alfonso Arau (director de “Zapata”/ 2004) dijo algo interesante: “los muralistas mexicanos pintaron la historia de este país”. Lo mismo pudiéramos decir de los escritores y músicos que han incorporado la historia en sus obras. Sin embargo, el cine mexicano no ha querido o no ha podido filmar la historia.

Cosa que no sucede con una cinematografía como la francesa que, con filmes como “El señor Napoleón”/ Francia-Gran Bretaña-2003, demuestra que la historia y el cine se llevan bien.

“El señor Napoleón” se antoja como uno de esos “garbanzos de a libra” que no hay que dejar pasar. El cine francés es, después del norteamericano, el más importante del mundo.

En cada muestra, tour, ciclo o retrospectiva es difícil no encontrarse con un filme francés. Antonie de Caunes dirige una historia original en El señor Napoleón y plantea un secreto: El Emperador Bonaparte ¿murió o no en la isla Santa Helena?

Al ser prisionero y remitido a Santa Helena, todo parece haber terminado para Napoleón/ Philippe Torreton. Custodiado por las tropas del general británico Lowe/ Richard E. Grant y con un séquito de sirvientes a su disposición, el Emperador es tratado como un simple general.

Cercanos al gran Corso se encuentran Cipriani/ Bruno Putzulu, el general Montholon/ Sthéphane Freiss y su esposa Albine (la cual comparte con Napoleón), y la bella Betsy Malcome/ Siobhan Hewlett quien está enamorada del ilustre preso. Es interesante el manejo de la Historia por parte de los guionistas René Manzor y el propio Antonie de Caunes.

La manipulación de los sucesos funciona en razón del misterio, del thriller. El empleo de un narrador le otorga al filme cierta fluidez que desahoga tramas que pudiesen ser prolongadas de ser contadas (el plan para rescatar a Napoleón por parte de mercenarios portugueses).

Al margen de la fidelidad de los hechos históricos, “El señor Napoleón” hace creíbles y justifica los eventos: Napoleón no murió en Santa Helena, se enamoró de Betsy y murió a su lado, años después en Luisiana, Estados Unidos; Napoleón corrompió a sus carceleros británicos y fue un traidor con sus incondicionales; Napoleón abortó el plan de rescate denunciándolo para ganarse la confianza de sus custodios.

Cada vez que existan diferencias entre dos naciones, es importante no mirar el esqueleto de dichos países sino más hondo: hacia su alma, es decir, hacia la médula de su historia.

Y es, precisamente el cine, una ventana que nos puede permitir asomarnos, vía la reelaboración artística, hacia el interior pese a que el gran Buñuel nos dijo que estaba “prohibido asomarse hacia el interior”.

“El señor Napoleón” está disponible en la plataforma MUBI…