/ viernes 21 de febrero de 2020

El cumpleaños del perro | La asesina, de Hou Hsiao-Hsien

El taiwanés Hou Hsiao-Hsien retoma un relato histórico del siglo IX, durante la dinastía Tang en China, para urdir en La asesina (Cìkè Niè Yinniáng)/ 2015, un poema visual suculento (literalmente) donde la fotografía de Mark Lee Pung Bing le otorga un tono terso, reposado y de tal belleza sobria que sin embargo no distrae.

Lo que en un cineasta como Zhang Yimou la escenificación estilizada se decanta en colores y movimientos coreográficos predecibles, en Hsiao-Hsien la acción va sujeta a un dictado del esteta que sabe de lo inútil de una imagen excesiva.

La asesina cuenta la historia de la joven Nie Yinniang/ Shu Qi, entrenada por una mujer llamada "la monja" para ejecutar a quienes han corrompido sus acciones en contra de la Corte Imperial. Así, la justiciera Yinniang tendrá el encargo -tras una introducción previa en blanco y negro donde falla su misión- de ir a aniquilar a su primo y expretendiente Tian, ahora gobernador disidente de la provincia de Weibo.

El filme, cargado con punzantes ambigüedades, no redunda ni deposita su pulsación narrativa en la exhibición de las artes marciales wuxia, de las cuales Yinniang es maestra. Más bien consigue meter al espectador una extraña perturbación de sus emociones, pese a la frialdad de la puesta en escena.

De los planos fijos en el clásico formato 4:3, hasta el registro de sonidos naturales del viento, de las telas, de los cuchillos, el filme pareciera un texto visual que se aprecia mejor si se oye a plenitud. La melodía al final de los créditos es toda una revelación. Hsiao-Hsien da una auténtica cátedra de dirección por el empleo inteligente del diseño, producción y de vestuario, cuidados hasta el mínimo detalle para darle a la historia una inusual verosimilitud.

Filme poderoso y bello, La asesina es la reivindicación del cine como arte y como agasajo intelectual. Cine en su estado de pureza. Narración donde Shakespeare, Orson Welles, Bergman, Bresson y Ozu son convocados por Hsiao-Hsien a un festín visual donde la intriga, la acción y los sentimientos son fabulados desde el arte mismo. No hay que buscar en los arquetipos (el cine de artes marciales) ni en la seducción de por lo banal-visual gore (de hecho, en el filme los combates son escasos).

Basta sentir totalmente esta cinta que no contiene secuencias de más. De allí que la Palma de Oro por Mejor Director Cannes 2015 haya sido más que merecida para Hsiao-Hsien…

El taiwanés Hou Hsiao-Hsien retoma un relato histórico del siglo IX, durante la dinastía Tang en China, para urdir en La asesina (Cìkè Niè Yinniáng)/ 2015, un poema visual suculento (literalmente) donde la fotografía de Mark Lee Pung Bing le otorga un tono terso, reposado y de tal belleza sobria que sin embargo no distrae.

Lo que en un cineasta como Zhang Yimou la escenificación estilizada se decanta en colores y movimientos coreográficos predecibles, en Hsiao-Hsien la acción va sujeta a un dictado del esteta que sabe de lo inútil de una imagen excesiva.

La asesina cuenta la historia de la joven Nie Yinniang/ Shu Qi, entrenada por una mujer llamada "la monja" para ejecutar a quienes han corrompido sus acciones en contra de la Corte Imperial. Así, la justiciera Yinniang tendrá el encargo -tras una introducción previa en blanco y negro donde falla su misión- de ir a aniquilar a su primo y expretendiente Tian, ahora gobernador disidente de la provincia de Weibo.

El filme, cargado con punzantes ambigüedades, no redunda ni deposita su pulsación narrativa en la exhibición de las artes marciales wuxia, de las cuales Yinniang es maestra. Más bien consigue meter al espectador una extraña perturbación de sus emociones, pese a la frialdad de la puesta en escena.

De los planos fijos en el clásico formato 4:3, hasta el registro de sonidos naturales del viento, de las telas, de los cuchillos, el filme pareciera un texto visual que se aprecia mejor si se oye a plenitud. La melodía al final de los créditos es toda una revelación. Hsiao-Hsien da una auténtica cátedra de dirección por el empleo inteligente del diseño, producción y de vestuario, cuidados hasta el mínimo detalle para darle a la historia una inusual verosimilitud.

Filme poderoso y bello, La asesina es la reivindicación del cine como arte y como agasajo intelectual. Cine en su estado de pureza. Narración donde Shakespeare, Orson Welles, Bergman, Bresson y Ozu son convocados por Hsiao-Hsien a un festín visual donde la intriga, la acción y los sentimientos son fabulados desde el arte mismo. No hay que buscar en los arquetipos (el cine de artes marciales) ni en la seducción de por lo banal-visual gore (de hecho, en el filme los combates son escasos).

Basta sentir totalmente esta cinta que no contiene secuencias de más. De allí que la Palma de Oro por Mejor Director Cannes 2015 haya sido más que merecida para Hsiao-Hsien…