/ lunes 4 de enero de 2021

El cumpleaños del perro | La pasión según Berenice

El pasado 30 de diciembre de 2020 murió la actriz Martha Navarro a los 83 años. En un país donde el talento artístico es regateado y sus poseedores tienen que hundirse en el avatar del chambismo para poder completar su repisa, no queda más que aquilatar el trabajo de ellos, ya sea a través de filmes, series, obras de teatro o de doblaje.

Y es el caso del trabajo histriónico de Navarro en el cine, especialmente en el prodigioso filme “La pasión según Berenice” / 1976, de Jaime Humberto Hermosillo, el cual trata la historia de Berenice Bejarano/ Navarro, maestra viuda de taquigrafía en una ciudad de provincia.

Relacionado sentimentalmente con el desparpajado doctor Rodrigo Robles/ Pedro Armendáriz Jr., Berenice carga con el cuidado de su anciana tía Josefina/ Emma Roldán.

Doña Josefina, usurera y con una vida casi monacal, ha trasladado su forma de vida a su sobrina Berenice (quien es una mujer con fuerte carga emocional y reprimida fuerza sexual).

Apoyado en fragmentos de la segunda sinfonía de Mahler y con la fotografía sobria y contenida de Rosalío Solano, Jaime Humberto Hermosillo construye en “La pasión según Berenice” una película que deconstruye (fragmenta, arma) a uno de los personajes femeninos mejor diseñados en el cine mexicano. Podría decirse que Berenice es, a fuerzas de encontrarle un semejante, lo que Susana San Juan en la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

Pareciendo contradecir la sentencia sartreana (el infierno son los otros), Jaime Humberto Hermosillo bosqueja con Berenice un apotegma lopezvelardeano: el infierno es uno mismo teniendo como limítrofe las líneas de Marlowe (ese lugar sin límites, el infierno).

Es de lamentar que “La pasión según Berenice”, una de las películas estéticamente mejor realizadas, sea poco conocida, principalmente por las nuevas generaciones de cinéfilos.

Ambientada en la ciudad de Aguascalientes, la película pareciera extraída- y no es osado decirlo- de alguna novela de la mejor literatura mexicana; es decir, Jaime Humberto Hermosillo, autor también del guión, estructura el filme de manera redonda, donde se desatan adecuadamente los nudos argumentales, amén de los buceos psicológicos y las exploraciones subjetivas de los personajes, en especial el de la anciana Josefina, haciendo de “La pasión según Berenice” una de las películas más bellas, inteligentes y libres -sobre todo LIBRES- del cine mexicano y cuyo diálogo final es de antología, entre Berenice y su amado Rodrigo que la tiene que dejar para regresarse a la Ciudad de México:

Berenice: - Rodrigo, ¿de veras crees que soy atractiva?

Rodrigo: - Claro. ¿Por qué?

Berenice: - Quería que me lo dijeras.

Rodrigo: - Eres muy atractiva.

Berenice: - ¡Rodrigo! ¿Ves cómo yo tenía razón en lo de los sentimientos? Eres un hijo de

la chingada, un cabrón vanidoso. ¡Te odio! Pero ojalá te vaya muy bien…

El pasado 30 de diciembre de 2020 murió la actriz Martha Navarro a los 83 años. En un país donde el talento artístico es regateado y sus poseedores tienen que hundirse en el avatar del chambismo para poder completar su repisa, no queda más que aquilatar el trabajo de ellos, ya sea a través de filmes, series, obras de teatro o de doblaje.

Y es el caso del trabajo histriónico de Navarro en el cine, especialmente en el prodigioso filme “La pasión según Berenice” / 1976, de Jaime Humberto Hermosillo, el cual trata la historia de Berenice Bejarano/ Navarro, maestra viuda de taquigrafía en una ciudad de provincia.

Relacionado sentimentalmente con el desparpajado doctor Rodrigo Robles/ Pedro Armendáriz Jr., Berenice carga con el cuidado de su anciana tía Josefina/ Emma Roldán.

Doña Josefina, usurera y con una vida casi monacal, ha trasladado su forma de vida a su sobrina Berenice (quien es una mujer con fuerte carga emocional y reprimida fuerza sexual).

Apoyado en fragmentos de la segunda sinfonía de Mahler y con la fotografía sobria y contenida de Rosalío Solano, Jaime Humberto Hermosillo construye en “La pasión según Berenice” una película que deconstruye (fragmenta, arma) a uno de los personajes femeninos mejor diseñados en el cine mexicano. Podría decirse que Berenice es, a fuerzas de encontrarle un semejante, lo que Susana San Juan en la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

Pareciendo contradecir la sentencia sartreana (el infierno son los otros), Jaime Humberto Hermosillo bosqueja con Berenice un apotegma lopezvelardeano: el infierno es uno mismo teniendo como limítrofe las líneas de Marlowe (ese lugar sin límites, el infierno).

Es de lamentar que “La pasión según Berenice”, una de las películas estéticamente mejor realizadas, sea poco conocida, principalmente por las nuevas generaciones de cinéfilos.

Ambientada en la ciudad de Aguascalientes, la película pareciera extraída- y no es osado decirlo- de alguna novela de la mejor literatura mexicana; es decir, Jaime Humberto Hermosillo, autor también del guión, estructura el filme de manera redonda, donde se desatan adecuadamente los nudos argumentales, amén de los buceos psicológicos y las exploraciones subjetivas de los personajes, en especial el de la anciana Josefina, haciendo de “La pasión según Berenice” una de las películas más bellas, inteligentes y libres -sobre todo LIBRES- del cine mexicano y cuyo diálogo final es de antología, entre Berenice y su amado Rodrigo que la tiene que dejar para regresarse a la Ciudad de México:

Berenice: - Rodrigo, ¿de veras crees que soy atractiva?

Rodrigo: - Claro. ¿Por qué?

Berenice: - Quería que me lo dijeras.

Rodrigo: - Eres muy atractiva.

Berenice: - ¡Rodrigo! ¿Ves cómo yo tenía razón en lo de los sentimientos? Eres un hijo de

la chingada, un cabrón vanidoso. ¡Te odio! Pero ojalá te vaya muy bien…