/ lunes 13 de julio de 2020

El cumpleaños del perro | Las tortugas pueden volar

Debido a la pandemia que padecemos, en internet varias plataformas han abierto su oferta de filmes de manera gratuita. Accedí a una de las películas más bellas que he visto en mi vida y que me han conmovido: Las tortugas pueden volar/ Irán-Irak-Francia-2004.

Quien haya seguido mis comentarios de cine en esta columna advertirá que no acostumbro a ser exagerado en mis adjetivaciones hacia alguna película, sin embargo, la película antes mencionada es una sacudida –desde la estética- del alma del espectador por la propuesta visual rayando, muchas de las veces, en el lirismo más brutal.

Dirigida por el iraní Bahman Ghobadi, Las tortugas pueden volarcuenta la historia de varios niños, en un poblado de Irak, en el Kurdistán, dedicados a desactivar minas terrestres. Así, vemos que la mayoría ha sufrido pérdida de brazos, de piernas o han quedado ciegos al explotarle alguna vez en su corta vida una mina.

El trabajo de esos niños es el de encontrar esas minas (la mayoría de fabricación gringa) para venderlas y tener que comer.

La acción se concentra en Agrine/ Avaz Latif, una adolescente madre soltera quien no quiere a su hijo ciego Rega/Abdol Rahman Karim. Con ellos vive su hermano Hyenkov (Hirsh Feyssal), joven amputado de ambos brazos debido al estallido de una de las minas.

Hyenkov posee el poder de la clarividencia y le anuncia al avispado Kak Satélite/ Soran Ebrahim que tuvo un sueño: Estados Unidos invadirá a su país Irak para derrocar a Saddam Hussein. Kak Satélite incita a la población para que se prepare.

El eje central del drama es Kak Satélite quien lidera al grupo de niños buscaminas para incitarlos a que compren armas para defenderse.

Por su parte, Agrine en varias ocasiones intenta matar a su hijo Rega. En un flashback sabemos que fue violada. Los esfuerzos de su hermano Hyenkov por impedir el fratricidio es inútil.

Las tropas gringas llegan ante la mirada del joven Kak Satélite, quien de apasionado admirador de la vida americana sólo destina una mirada de dolor hacia los invasores.

Se ha dicho que los actores cotizados no aceptan del todo trabajar con niños ni con animales porque les roban cámara. De igual manera, es impresionante ver filmes donde los actores sean niños y éstos sean protagonistas reales de los dramas contados. Un ejemplo tan sólo: La vendedora de rosas/ Colombia-1998, de Víctor Gaviria, donde los actores eran niños drogadictos (y que murieron casi todos tiempo después de la filmación).

Las tortugas pueden volar es una de esas películas que estrujan, que irritan, que ofrecen una mirada hacia dramas que nos son ajenos pero que nos deben de incumbir. La historia de los niños que no sólo han dejado su inocencia y su futuro sino también su vida por encontrar minas terrestres es doloroso hasta la ignominia…

Debido a la pandemia que padecemos, en internet varias plataformas han abierto su oferta de filmes de manera gratuita. Accedí a una de las películas más bellas que he visto en mi vida y que me han conmovido: Las tortugas pueden volar/ Irán-Irak-Francia-2004.

Quien haya seguido mis comentarios de cine en esta columna advertirá que no acostumbro a ser exagerado en mis adjetivaciones hacia alguna película, sin embargo, la película antes mencionada es una sacudida –desde la estética- del alma del espectador por la propuesta visual rayando, muchas de las veces, en el lirismo más brutal.

Dirigida por el iraní Bahman Ghobadi, Las tortugas pueden volarcuenta la historia de varios niños, en un poblado de Irak, en el Kurdistán, dedicados a desactivar minas terrestres. Así, vemos que la mayoría ha sufrido pérdida de brazos, de piernas o han quedado ciegos al explotarle alguna vez en su corta vida una mina.

El trabajo de esos niños es el de encontrar esas minas (la mayoría de fabricación gringa) para venderlas y tener que comer.

La acción se concentra en Agrine/ Avaz Latif, una adolescente madre soltera quien no quiere a su hijo ciego Rega/Abdol Rahman Karim. Con ellos vive su hermano Hyenkov (Hirsh Feyssal), joven amputado de ambos brazos debido al estallido de una de las minas.

Hyenkov posee el poder de la clarividencia y le anuncia al avispado Kak Satélite/ Soran Ebrahim que tuvo un sueño: Estados Unidos invadirá a su país Irak para derrocar a Saddam Hussein. Kak Satélite incita a la población para que se prepare.

El eje central del drama es Kak Satélite quien lidera al grupo de niños buscaminas para incitarlos a que compren armas para defenderse.

Por su parte, Agrine en varias ocasiones intenta matar a su hijo Rega. En un flashback sabemos que fue violada. Los esfuerzos de su hermano Hyenkov por impedir el fratricidio es inútil.

Las tropas gringas llegan ante la mirada del joven Kak Satélite, quien de apasionado admirador de la vida americana sólo destina una mirada de dolor hacia los invasores.

Se ha dicho que los actores cotizados no aceptan del todo trabajar con niños ni con animales porque les roban cámara. De igual manera, es impresionante ver filmes donde los actores sean niños y éstos sean protagonistas reales de los dramas contados. Un ejemplo tan sólo: La vendedora de rosas/ Colombia-1998, de Víctor Gaviria, donde los actores eran niños drogadictos (y que murieron casi todos tiempo después de la filmación).

Las tortugas pueden volar es una de esas películas que estrujan, que irritan, que ofrecen una mirada hacia dramas que nos son ajenos pero que nos deben de incumbir. La historia de los niños que no sólo han dejado su inocencia y su futuro sino también su vida por encontrar minas terrestres es doloroso hasta la ignominia…