/ lunes 5 de julio de 2021

El cumpleaños del perro | Scorsese contra Méliès

Hace diez años el gran Martin Scorsese irrumpió con una historia ambientada en la Francia de los años veinte del siglo pasado, “La invención de Hugo Cabret”/ EU- 2011, teniendo como asunto el invento de los Lumiere en manos del mago del cine.

Bajo una premisa evidente, la emotividad del cine como cuna de hechizo y maravilla visual, Scorsese al parecer le ha surtido efecto (o, al menos, está gratamente influenciado) The Film Foundation de la cual es impulsor y que tiene por objetivo rescatar las películas pretéritas de los países en vías de desarrollo. En nuestro país, me queda un poco confuso cuál fue el aporte de su fundación para acoger “Redes”/ 1934, la célebre obra fílmica rodada en Alvarado, Veracruz, bajo la dirección de Fred Zinneman si ya la UNAM tiene una copia restaurada.

Conocida es la fama de Scorsese de filmar de la manera artesanal utilizando la construcción de los escenarios; solo que ahora, para la “Invención de Hugo Cabret”, tuvo que recurrir a la digitalización de la Francia de la época (cosa que ya había probado Ridley Scott con “El gladiador” para ofrecer una panorámica de la supuesta Roma antes de Cristo).

Con la fuerza de su oficio de director, Scorsese empero no deja a un lado el tono de épica que le imprime a sus filmes. Si entendemos por épica la acción del personaje en tiempos de la fundación (“Pandillas de Nueva York”, “El aviador” son claros ejemplos de ello) para dilucidar el mundo y justificar -y aquí uno de los enormes de Scorsese- la cosmovisión de dichos personajes sin que se “vea” claramente la mano del autor de “Taxi driver”.

¿Cuál es el motivo fundacional que plantea Scorsese en “La invención de Hugo Cabret”? La búsqueda del mago del cine: el mismísimo George Méliès/ Ben Kinsgley a través de un niño huérfano, Hugo Cabret/ Asa Butterfield quien tiene un raro talento para restaurar artefactos de cuerda.

Mediante una galería de personajes balzacsianos, Scorsese discurre su narración visual con mano tersa, alejado años luz de su conocido cine gore y violencia explícita. La película tal vez en las manos de un director convencional hubiese salido edulcorada y sentimentalona, pero Scorsese está consciente de ello y se detiene al borde de la emotividad ramplona, de allí el final sobrio y justo.

Filme homenaje a uno de los fundadores del cine como espectáculo, “La invención de Hugo Cabret” es un pieza menor en la obra de Scorsese aunque posee un encanto bienvenido y que ofrece una lección de dirección (observar los movimiento de cámara y Dolly que pasan imperceptibles y que literalmente reptan para capturar al personaje de la forma más inteligente)…



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Hace diez años el gran Martin Scorsese irrumpió con una historia ambientada en la Francia de los años veinte del siglo pasado, “La invención de Hugo Cabret”/ EU- 2011, teniendo como asunto el invento de los Lumiere en manos del mago del cine.

Bajo una premisa evidente, la emotividad del cine como cuna de hechizo y maravilla visual, Scorsese al parecer le ha surtido efecto (o, al menos, está gratamente influenciado) The Film Foundation de la cual es impulsor y que tiene por objetivo rescatar las películas pretéritas de los países en vías de desarrollo. En nuestro país, me queda un poco confuso cuál fue el aporte de su fundación para acoger “Redes”/ 1934, la célebre obra fílmica rodada en Alvarado, Veracruz, bajo la dirección de Fred Zinneman si ya la UNAM tiene una copia restaurada.

Conocida es la fama de Scorsese de filmar de la manera artesanal utilizando la construcción de los escenarios; solo que ahora, para la “Invención de Hugo Cabret”, tuvo que recurrir a la digitalización de la Francia de la época (cosa que ya había probado Ridley Scott con “El gladiador” para ofrecer una panorámica de la supuesta Roma antes de Cristo).

Con la fuerza de su oficio de director, Scorsese empero no deja a un lado el tono de épica que le imprime a sus filmes. Si entendemos por épica la acción del personaje en tiempos de la fundación (“Pandillas de Nueva York”, “El aviador” son claros ejemplos de ello) para dilucidar el mundo y justificar -y aquí uno de los enormes de Scorsese- la cosmovisión de dichos personajes sin que se “vea” claramente la mano del autor de “Taxi driver”.

¿Cuál es el motivo fundacional que plantea Scorsese en “La invención de Hugo Cabret”? La búsqueda del mago del cine: el mismísimo George Méliès/ Ben Kinsgley a través de un niño huérfano, Hugo Cabret/ Asa Butterfield quien tiene un raro talento para restaurar artefactos de cuerda.

Mediante una galería de personajes balzacsianos, Scorsese discurre su narración visual con mano tersa, alejado años luz de su conocido cine gore y violencia explícita. La película tal vez en las manos de un director convencional hubiese salido edulcorada y sentimentalona, pero Scorsese está consciente de ello y se detiene al borde de la emotividad ramplona, de allí el final sobrio y justo.

Filme homenaje a uno de los fundadores del cine como espectáculo, “La invención de Hugo Cabret” es un pieza menor en la obra de Scorsese aunque posee un encanto bienvenido y que ofrece una lección de dirección (observar los movimiento de cámara y Dolly que pasan imperceptibles y que literalmente reptan para capturar al personaje de la forma más inteligente)…



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