/ miércoles 19 de mayo de 2021

El Espectador | Seguimos en el pasado y nos sentimos en el futuro

Todo mundo habla de 5G y de Huawei como el poder dominante detrás de esta tecnología, pero en muchos sentidos, en México seguimos en el pasado. Cuántas veces maldices la señal de Wifi porque se corta tu junta o no puedes terminar de ver esa película, a pesar de presumir un smartphone de más de dos mil dólares. Debemos remontarnos a 1979 cuando nació la 1G, la primera red móvil comercialmente automatizada y lanzada en Tokio por Nippon Telegraph and Telephone (NTT). Uno de los retos más complicados fue su incompatibilidad con otras redes por los diferentes rangos de frecuencia, la 1G solo permitió audio y su seguridad, era prácticamente nula, por lo que no fue considerado para la seguridad pública ni para su masificación. Según recuerda Lee Woodland, Director de Producto de Airbus Secure Communications, y un gurú en la materia, fue en 1991 cuando se dio un paso decisivo. La movilidad se originó en Finlandia 22 años después con el estándar inalámbrico Sistema Global de Comunicaciones Móviles (GSM) muy superior a su predecesor al soportar multimedia y no solo audio simple.

El nacimiento de la 2G no solo mejoró la cobertura y capacidad, sino que significó un profundo cambio cultural, pues aceleró como nunca antes la velocidad con la que podíamos comunicarnos con mensajes de texto, imágenes e incluso video. Para tener contexto en México, Gustavo Ríos, titular de la Coordinación de Política Digital del Gobierno del Chihuahua, ubicó a la entidad gobernada por Javier Corralen el octavo lugar nacional en cobertura de red celular. Sin embargo, la gran mayoría opera con tecnología 2G. Por esa razón se decidió invertir en el Plan Hiperconvergente de Conectividad, que convertirá esta carretera empedrada en una superautopista de la información sustentada en banda ancha con tecnología de punta, siendo el proveedor la firma francesa Airbus. Siguiendo con el recuerdo, ya al arrancar el siglo XXI la 3G llegó de la mano de NTT DoCoMo y posibilitó el acceso a datos desde cualquier lugar del mundo, dando a luz a servicios de voz en IP (Skype) y posteriormente a las videoconferencias, el streaming y los servicios basados en la localización. En 2009 estuvo disponible la primera versión del estándar 4G Long Term Evolution (LTE) y definió la telecomunicación tal cual la entendemos y vivimos hoy.

Las comunicaciones humanas basadas en banda ancha se han desarrollado al grado que hoy todos los países están creando sus propias redes gubernamentales federales de seguridad pública, si algo nos enseña la historia es que esta evolución continuará por mucho tiempo, por lo que en la inversión pública deberá considerar no solo la más actualizada, sino su capacidad de modernización y adaptación en el futuro. Para la titular de la SSPC, Rosa Icela Rodríguezy su equipo, quienes detallan las bases para la nueva Red de Radiocomunicación en México, la historia de la tecnología y nuestro pobre rol en su desarrollo como país debería servirles para tomar decisiones. Y no hacer solamente a Estados Unidos o algún empresario de esos que ofrecen tecnología vieja, por no querer invertir en mejoras que benefician a sus millones de clientes.

Todo mundo habla de 5G y de Huawei como el poder dominante detrás de esta tecnología, pero en muchos sentidos, en México seguimos en el pasado. Cuántas veces maldices la señal de Wifi porque se corta tu junta o no puedes terminar de ver esa película, a pesar de presumir un smartphone de más de dos mil dólares. Debemos remontarnos a 1979 cuando nació la 1G, la primera red móvil comercialmente automatizada y lanzada en Tokio por Nippon Telegraph and Telephone (NTT). Uno de los retos más complicados fue su incompatibilidad con otras redes por los diferentes rangos de frecuencia, la 1G solo permitió audio y su seguridad, era prácticamente nula, por lo que no fue considerado para la seguridad pública ni para su masificación. Según recuerda Lee Woodland, Director de Producto de Airbus Secure Communications, y un gurú en la materia, fue en 1991 cuando se dio un paso decisivo. La movilidad se originó en Finlandia 22 años después con el estándar inalámbrico Sistema Global de Comunicaciones Móviles (GSM) muy superior a su predecesor al soportar multimedia y no solo audio simple.

El nacimiento de la 2G no solo mejoró la cobertura y capacidad, sino que significó un profundo cambio cultural, pues aceleró como nunca antes la velocidad con la que podíamos comunicarnos con mensajes de texto, imágenes e incluso video. Para tener contexto en México, Gustavo Ríos, titular de la Coordinación de Política Digital del Gobierno del Chihuahua, ubicó a la entidad gobernada por Javier Corralen el octavo lugar nacional en cobertura de red celular. Sin embargo, la gran mayoría opera con tecnología 2G. Por esa razón se decidió invertir en el Plan Hiperconvergente de Conectividad, que convertirá esta carretera empedrada en una superautopista de la información sustentada en banda ancha con tecnología de punta, siendo el proveedor la firma francesa Airbus. Siguiendo con el recuerdo, ya al arrancar el siglo XXI la 3G llegó de la mano de NTT DoCoMo y posibilitó el acceso a datos desde cualquier lugar del mundo, dando a luz a servicios de voz en IP (Skype) y posteriormente a las videoconferencias, el streaming y los servicios basados en la localización. En 2009 estuvo disponible la primera versión del estándar 4G Long Term Evolution (LTE) y definió la telecomunicación tal cual la entendemos y vivimos hoy.

Las comunicaciones humanas basadas en banda ancha se han desarrollado al grado que hoy todos los países están creando sus propias redes gubernamentales federales de seguridad pública, si algo nos enseña la historia es que esta evolución continuará por mucho tiempo, por lo que en la inversión pública deberá considerar no solo la más actualizada, sino su capacidad de modernización y adaptación en el futuro. Para la titular de la SSPC, Rosa Icela Rodríguezy su equipo, quienes detallan las bases para la nueva Red de Radiocomunicación en México, la historia de la tecnología y nuestro pobre rol en su desarrollo como país debería servirles para tomar decisiones. Y no hacer solamente a Estados Unidos o algún empresario de esos que ofrecen tecnología vieja, por no querer invertir en mejoras que benefician a sus millones de clientes.