/ viernes 26 de abril de 2019

Con café y a media luz | El inicio de una nueva etapa

La profesión de comunicólogo me ha dejado gratas experiencias a lo largo de los años, desde que egresé de la Facultad y hasta la fecha en que puedo platicar con usted cada tercer día, gentil amigo lector, a través de las páginas de EL SOL DE TAMPICO en esta columna que siempre pongo a su amable consideración y dispensa.

Asimismo, he podido apreciar de primera mano los cambios que han tenido nuestras ciudades hermanas que conforman la conurbación y, últimamente, ser testigo de reuniones a puerta cerrada entre los representantes de los sectores económicos y representantes de los diferentes niveles de gobierno, en los que se tratan asuntos medulares para el bienestar de la población gracias a la generación de nuevas empresas, la llegada de otras tantas y, las consecuencias, como el aumento en el número de empleos y más.

Una de las cosas que más admiré, y lo sigo haciendo, de lugares como la bella ciudad de Aguascalientes, es la atención que tienen para la creación y divulgación de eventos culturales. Así como un estilo de vida que se comparte de manera interesante entre la festividad de San Marcos, el cuidado a través de la naturopatía y terapias alternativas y las orientaciones psicológicas para un mejor comportamiento. Elementos que, sin duda alguna, hacen de ese lugar un mundo muy distinto al nuestro.

Por lo anterior, cuestiones como los conciertos de la sinfónica cada fin de semana en el teatro de la ciudad o al aire libre, las conferencias magistrales gratuitas o con un costo reducido, las exposiciones artísticas en los jardines públicos, los museos de diferentes disciplinas y para todas las edades, están siempre a la orden del día.

La llegada del nuevo museo del niño y la rehabilitación y apertura de la planta Hidros como Casa de la Naturaleza en nuestra ciudad, pudieran ser considerados como el inicio de una etapa cultural y de respeto que les pudiera dar a las nuevas generaciones una perspectiva sumamente interesante de coexistencia con el entorno y una sensibilidad para con los demás seres vivos y la sociedad en general.

No obstante que, como en todo, el dinero es fundamental para el pago los servicios y los vacacionistas son la pieza indicada para que estos proyectos se imbuyan en la dinámica económica y se vean beneficiados con los ingresos propios que representan las entradas, también debemos reconocer que eran escaparates que hacían falta en nuestra comunidad y que las autoridades deberán atesorar, cuidar y mejorar para que sigan siendo un atractivo de forma permanente.

Según me confió una amistad que labora en el nuevo museo “El Barco”, se han estado registrando números de entradas que superan los cinco mil visitantes diariamente, hecho que pude constatar hace unas fechas cuando circulé por el puente Tampico y, desde allí, pude observar una fila de asistentes que parecía no tener fin.

Lo anterior habla de una necesidad imperiosa de los lugareños y visitantes de tener nuevos atractivos para visitar, esto, a la larga, transformaría a la imagen del Tampico – Ciudad Madero y Altamira, como destino únicamente de playa y ferial, en un nuevo concepto que incluiría un circuito cultural y de aprendizaje si los representantes y las autoridades lo saben explotar de la mejor manera.

Ya que, si se ponen como meta lo que estoy planteando, con un nombre distinto si usted quiere, se podría convertir a esta región, en este rubro en particular, en un polo tan valioso como las grandes urbes del país que son Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México.

¿Se imagina? Apostar con una inversión similar a los museos de la Cultura Huasteca y de la Victoria de Tampico. ¡Sume, usted, la Casa de la Naturaleza y el museo “El Barco” !, ¡Agregue la Casa de la Cultura, el Jardín de las Artes, El Teatro de Tampico y la preciosa y moderna biblioteca que alberga en su interior y el Centro de Convenciones! Y, aunque está en propiedad federal, plantear un complemento mayor al que ya se tiene, con las autoridades que administran el edificio de la Aduana.

Y aún podemos agregar otras cuestiones que las asociaciones civiles están haciendo en favor de la cultura como la Casa Fernández, la Casa Gándara y el Café Nueva Orleans.

Creo, salvo su mejor opinión, gentil amigo lector, que estamos a las puertas de un Tampico de turismo cultural que no nada más estaría presente en la semana mayor y en las vacaciones de verano, sino que lo pudiéramos tener durante todo el año. Quizá se pueda ocupar el edificio del antiguo hospital civil como un hotel de cinco estrellas o un moderno centro de negocios que pueda darle una mayor vida a un centro de Tampico que se ha visto superado en movimiento y flujo económico por la zona dorada.

Antes de despedirme, mi querido lector, debo reconocer que la emoción me supera y, tal vez, su servidor esté generando “pensamientos fuera del recipiente”, no obstante, también creo que estamos muy cerca de la realidad que le presenté renglones arriba y contamos con todos los elementos para fincar una nueva cultura, una mayor economía y, por ende, una mejor imagen en todo el orbe.

Lo único que falta es echarlos a andar de manera conjunta, ¿No cree?

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com

La profesión de comunicólogo me ha dejado gratas experiencias a lo largo de los años, desde que egresé de la Facultad y hasta la fecha en que puedo platicar con usted cada tercer día, gentil amigo lector, a través de las páginas de EL SOL DE TAMPICO en esta columna que siempre pongo a su amable consideración y dispensa.

Asimismo, he podido apreciar de primera mano los cambios que han tenido nuestras ciudades hermanas que conforman la conurbación y, últimamente, ser testigo de reuniones a puerta cerrada entre los representantes de los sectores económicos y representantes de los diferentes niveles de gobierno, en los que se tratan asuntos medulares para el bienestar de la población gracias a la generación de nuevas empresas, la llegada de otras tantas y, las consecuencias, como el aumento en el número de empleos y más.

Una de las cosas que más admiré, y lo sigo haciendo, de lugares como la bella ciudad de Aguascalientes, es la atención que tienen para la creación y divulgación de eventos culturales. Así como un estilo de vida que se comparte de manera interesante entre la festividad de San Marcos, el cuidado a través de la naturopatía y terapias alternativas y las orientaciones psicológicas para un mejor comportamiento. Elementos que, sin duda alguna, hacen de ese lugar un mundo muy distinto al nuestro.

Por lo anterior, cuestiones como los conciertos de la sinfónica cada fin de semana en el teatro de la ciudad o al aire libre, las conferencias magistrales gratuitas o con un costo reducido, las exposiciones artísticas en los jardines públicos, los museos de diferentes disciplinas y para todas las edades, están siempre a la orden del día.

La llegada del nuevo museo del niño y la rehabilitación y apertura de la planta Hidros como Casa de la Naturaleza en nuestra ciudad, pudieran ser considerados como el inicio de una etapa cultural y de respeto que les pudiera dar a las nuevas generaciones una perspectiva sumamente interesante de coexistencia con el entorno y una sensibilidad para con los demás seres vivos y la sociedad en general.

No obstante que, como en todo, el dinero es fundamental para el pago los servicios y los vacacionistas son la pieza indicada para que estos proyectos se imbuyan en la dinámica económica y se vean beneficiados con los ingresos propios que representan las entradas, también debemos reconocer que eran escaparates que hacían falta en nuestra comunidad y que las autoridades deberán atesorar, cuidar y mejorar para que sigan siendo un atractivo de forma permanente.

Según me confió una amistad que labora en el nuevo museo “El Barco”, se han estado registrando números de entradas que superan los cinco mil visitantes diariamente, hecho que pude constatar hace unas fechas cuando circulé por el puente Tampico y, desde allí, pude observar una fila de asistentes que parecía no tener fin.

Lo anterior habla de una necesidad imperiosa de los lugareños y visitantes de tener nuevos atractivos para visitar, esto, a la larga, transformaría a la imagen del Tampico – Ciudad Madero y Altamira, como destino únicamente de playa y ferial, en un nuevo concepto que incluiría un circuito cultural y de aprendizaje si los representantes y las autoridades lo saben explotar de la mejor manera.

Ya que, si se ponen como meta lo que estoy planteando, con un nombre distinto si usted quiere, se podría convertir a esta región, en este rubro en particular, en un polo tan valioso como las grandes urbes del país que son Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México.

¿Se imagina? Apostar con una inversión similar a los museos de la Cultura Huasteca y de la Victoria de Tampico. ¡Sume, usted, la Casa de la Naturaleza y el museo “El Barco” !, ¡Agregue la Casa de la Cultura, el Jardín de las Artes, El Teatro de Tampico y la preciosa y moderna biblioteca que alberga en su interior y el Centro de Convenciones! Y, aunque está en propiedad federal, plantear un complemento mayor al que ya se tiene, con las autoridades que administran el edificio de la Aduana.

Y aún podemos agregar otras cuestiones que las asociaciones civiles están haciendo en favor de la cultura como la Casa Fernández, la Casa Gándara y el Café Nueva Orleans.

Creo, salvo su mejor opinión, gentil amigo lector, que estamos a las puertas de un Tampico de turismo cultural que no nada más estaría presente en la semana mayor y en las vacaciones de verano, sino que lo pudiéramos tener durante todo el año. Quizá se pueda ocupar el edificio del antiguo hospital civil como un hotel de cinco estrellas o un moderno centro de negocios que pueda darle una mayor vida a un centro de Tampico que se ha visto superado en movimiento y flujo económico por la zona dorada.

Antes de despedirme, mi querido lector, debo reconocer que la emoción me supera y, tal vez, su servidor esté generando “pensamientos fuera del recipiente”, no obstante, también creo que estamos muy cerca de la realidad que le presenté renglones arriba y contamos con todos los elementos para fincar una nueva cultura, una mayor economía y, por ende, una mejor imagen en todo el orbe.

Lo único que falta es echarlos a andar de manera conjunta, ¿No cree?

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com