/ miércoles 11 de abril de 2018

El malo resulta pésimo cuando se piensa ser bueno

Inicia esta intensa jornada internacional, con una sorpresota: Roma 3, Barcelona 0. Increíble, pudo más la fuerza que la habilidad..

Los grandulones romanos le pasaron por encima a los menuditos culés para dejarlos fuera de la competencia, ya no será posible la final española entre Real Madrid y Barcelona. Con un juego de pases largos y gran sacrificio y paciencia, el equipo romano llegó una y otra vez, topándose siempre con Ter Stegen que, atento, detuvo lo parable, que fue mucho. Barcelona por su parte, nunca logró acomodarse en el terreno de juego, siendo totalmente anulado

Al minuto 5:45, Roma se puso arriba con un gol de fuerza anotado por Dzeko que con su enorme zancada anticipó a Ter Stegen para incrustar el balón en la portería. El primer tiempo transcurrió sin que la magra ventaja preocupara gran cosa a los catalanes que, sin embargo, lucían inofensivos, Messi, sin marca especial, era bien controlado por una marcación interminable de relevos que acababan despojándolo del balón. Hubo más llegadas de la Roma, pero como ya lo dije, fueron abortadas por Ter Stegen.

Al minuto 57, un delantero romano es derribado dentro del área decretándose la pena máxima que es cobrada por Daniele De Rossi, anotando el segundo gol. Pero sabiendo lo difícil que es anotarle al Barça, el nerviosismo se apodera del estadio y seguramente de todos cuantos veíamos el juego por Tv. Los minutos transcurren y las llegadas romanas no se cristalizan, mientras que el Barcelona sigue insistiendo y todos sabemos que no necesitan tanto para conseguir el gol, pues todos a sufrir. Esa desesperación se alarga hasta el minuto 81, cuando Kostas Manolas, cercano al poste derecho para él, remata con la cabeza, sin ángulo y casi de espaldas, un centro tan corto y bajo que más bien intentó eludir el golpe, pero todo fue tan sorpresivo que Ter Stegen solo alcanzó a ver cómo el balón, que era alcanzable, se fue a anidar en las redes en el poste contrario.

Después del dramatismo de la eliminación del Barcelona, nos pasamos hasta Nueva York, donde las Chivas habrán de mantener libre de goles a su portería para poder acceder a la final de la Champions League. Tarea harto difícil, pues hemos visto bien cómo se las gastan los yanquis. Lo primero que deberán hacer las Chivas, es sacudirse la mala vibra de su último partido, en donde cayeron ante el Veracruz un gol a cero. Pero, sabiendo la indefectividad de su aparato ofensivo, seguramente que Almeyda va más preocupado porque no le metan gol que por conseguir el suyo.

No alcanzo a ver qué clase de superficie tiene el estadio de los Red Bulls, aunque la buena conducción mostrada por los jugadores me da la impresión de que juegan sobre pasto verdadero y no artificial. Los dos equipos han iniciado acelerados, lo cual impide que haya buen control de las jugadas, notándose una mejoría de juego con el transcurrir del tiempo. Los Red Bulls se muestran peligrosos haciendo alarde de velocidad y ganando todo el juego aéreo. Han llegado en tres ocasiones con centros rasos muy fuertes que afortunadamente para Chivas no han encontrado un rematador.

Se dudaba que los jugadores pudieran soportar el ritmo de juego con que iniciaron, pero parece que conforme avanzaba el reloj los jugadores más se esforzaban, resultando de esto un juego ameno al que solo le faltaban los goles y así, en medio de un gran número de llegadas estériles por parte de los gringos, se les fue yendo el tiempo, haciendo que la desesperación fuera minando su entusiasmo, aunque nunca cesaron de asediar la portería defendida por Cota, quien trabajó más cortando centros que atajando tiros. Así se fue agotando el tiempo sin que los gringos ni Pizarro pararan de correr, hasta que el árbitro dio fin al partido. Guadalajara avanza y enfrentará a Toronto

Lástima, al América le tocó bailar con la más fea. Pero el problema es que estas aguilitas se han visto muy sobradas, como si con la pura fama pudieran ganar. Olvidándose de que enfrentan a un buen equipo como Toronto, no cabía el error, fríos, indiferentes, sin amor a la camiseta, han regalado un gol apenas a los 11 minutos de juego cuando William, fuera de la jugada puntea hacia el centro sorprendiendo a todos menos a Osorio, quien agradecido empuja el balón. Y así, con unos cremas totalmente desarticulados caen ante un equipo sorprendido, pues esperaban a un mejor enemigo. Inútil esfuerzo, pues de que corrieron, corrieron, pero al no haber talento solo queda la inteligencia, pero... ¿en dónde? Al final un penal decretado por Uribe igualó el resultado. Hace rato que el América es tan solo un eco lejano del grito que fue algún día. Bien por el chamaquito Lainez. Hasta pronto amigo. Raúl J. Nava Gutiérrez.

Inicia esta intensa jornada internacional, con una sorpresota: Roma 3, Barcelona 0. Increíble, pudo más la fuerza que la habilidad..

Los grandulones romanos le pasaron por encima a los menuditos culés para dejarlos fuera de la competencia, ya no será posible la final española entre Real Madrid y Barcelona. Con un juego de pases largos y gran sacrificio y paciencia, el equipo romano llegó una y otra vez, topándose siempre con Ter Stegen que, atento, detuvo lo parable, que fue mucho. Barcelona por su parte, nunca logró acomodarse en el terreno de juego, siendo totalmente anulado

Al minuto 5:45, Roma se puso arriba con un gol de fuerza anotado por Dzeko que con su enorme zancada anticipó a Ter Stegen para incrustar el balón en la portería. El primer tiempo transcurrió sin que la magra ventaja preocupara gran cosa a los catalanes que, sin embargo, lucían inofensivos, Messi, sin marca especial, era bien controlado por una marcación interminable de relevos que acababan despojándolo del balón. Hubo más llegadas de la Roma, pero como ya lo dije, fueron abortadas por Ter Stegen.

Al minuto 57, un delantero romano es derribado dentro del área decretándose la pena máxima que es cobrada por Daniele De Rossi, anotando el segundo gol. Pero sabiendo lo difícil que es anotarle al Barça, el nerviosismo se apodera del estadio y seguramente de todos cuantos veíamos el juego por Tv. Los minutos transcurren y las llegadas romanas no se cristalizan, mientras que el Barcelona sigue insistiendo y todos sabemos que no necesitan tanto para conseguir el gol, pues todos a sufrir. Esa desesperación se alarga hasta el minuto 81, cuando Kostas Manolas, cercano al poste derecho para él, remata con la cabeza, sin ángulo y casi de espaldas, un centro tan corto y bajo que más bien intentó eludir el golpe, pero todo fue tan sorpresivo que Ter Stegen solo alcanzó a ver cómo el balón, que era alcanzable, se fue a anidar en las redes en el poste contrario.

Después del dramatismo de la eliminación del Barcelona, nos pasamos hasta Nueva York, donde las Chivas habrán de mantener libre de goles a su portería para poder acceder a la final de la Champions League. Tarea harto difícil, pues hemos visto bien cómo se las gastan los yanquis. Lo primero que deberán hacer las Chivas, es sacudirse la mala vibra de su último partido, en donde cayeron ante el Veracruz un gol a cero. Pero, sabiendo la indefectividad de su aparato ofensivo, seguramente que Almeyda va más preocupado porque no le metan gol que por conseguir el suyo.

No alcanzo a ver qué clase de superficie tiene el estadio de los Red Bulls, aunque la buena conducción mostrada por los jugadores me da la impresión de que juegan sobre pasto verdadero y no artificial. Los dos equipos han iniciado acelerados, lo cual impide que haya buen control de las jugadas, notándose una mejoría de juego con el transcurrir del tiempo. Los Red Bulls se muestran peligrosos haciendo alarde de velocidad y ganando todo el juego aéreo. Han llegado en tres ocasiones con centros rasos muy fuertes que afortunadamente para Chivas no han encontrado un rematador.

Se dudaba que los jugadores pudieran soportar el ritmo de juego con que iniciaron, pero parece que conforme avanzaba el reloj los jugadores más se esforzaban, resultando de esto un juego ameno al que solo le faltaban los goles y así, en medio de un gran número de llegadas estériles por parte de los gringos, se les fue yendo el tiempo, haciendo que la desesperación fuera minando su entusiasmo, aunque nunca cesaron de asediar la portería defendida por Cota, quien trabajó más cortando centros que atajando tiros. Así se fue agotando el tiempo sin que los gringos ni Pizarro pararan de correr, hasta que el árbitro dio fin al partido. Guadalajara avanza y enfrentará a Toronto

Lástima, al América le tocó bailar con la más fea. Pero el problema es que estas aguilitas se han visto muy sobradas, como si con la pura fama pudieran ganar. Olvidándose de que enfrentan a un buen equipo como Toronto, no cabía el error, fríos, indiferentes, sin amor a la camiseta, han regalado un gol apenas a los 11 minutos de juego cuando William, fuera de la jugada puntea hacia el centro sorprendiendo a todos menos a Osorio, quien agradecido empuja el balón. Y así, con unos cremas totalmente desarticulados caen ante un equipo sorprendido, pues esperaban a un mejor enemigo. Inútil esfuerzo, pues de que corrieron, corrieron, pero al no haber talento solo queda la inteligencia, pero... ¿en dónde? Al final un penal decretado por Uribe igualó el resultado. Hace rato que el América es tan solo un eco lejano del grito que fue algún día. Bien por el chamaquito Lainez. Hasta pronto amigo. Raúl J. Nava Gutiérrez.