/ viernes 10 de mayo de 2019

El mejor camino

México, este hermoso y rico país nuestro, se encuentra en un momento de su historia donde solo pueden ocurrir dos sucesos claves en su derrotero: O se salva o se derrumba totalmente.

En la actualidad política de México existen dos poderosas corrientes de opinión que se contraponen, la de los que comulgan con una Cuarta Transformación y la de quienes apuestan al fracaso del régimen de Andrés Manuel López Obrador.

Pero no se trata solo de opiniones, sino de fuerzas reales que hacen cada cual lo que les corresponde para imponer su hegemonía, unos hacia la igualdad social y otros hacia los beneficios de pequeños pero poderosos grupos empresariales que demandan canongías y privilegios.

Todos los días sale por las mañanas el Presidente de la República a dar a conocer en su conferencia de prensa mañanera, los avances de su Gobierno y todos los días salen los pregoneros de la debacle a desmentir lo dicho por el Jefe del Ejecutivo Federal.

Si AMLO dice vamos bien, los neoliberales dicen vamos mal, si uno apuesta a crecer, el otro asegura que pronto tendremos recesión.

No hay nada que diga López Obrador que no sea refutado por los emisarios del pasado, aquellos que se enriquecieron a la sombra del poder.

Solo que el Presidente está demostrando con hechos que va por el rumbo correcto, combatiendo férreamente la corrupción y la impunidad, corrigiendo las políticas sobre asuntos deproducción energética, frenando el alza de precios de gasolinas, luz y gas doméstico, aplicando soluciones a los problemas de inseguridad con la instalación paulatina de la Guardia Nacional y otros importantes avances en la vida nacional.

Y por lo que toca a sus detractores, los que apuestan a la debacle y a la caída del país, solo se dedican a negar lo que se afirma, a descalificar lo que se hace o lo que se dice, sin sustento real en sus argumentos.

Sin embargo, los críticos lanzan sus duras diatribas y ataques contra AMLO y compañía, con tanta vehemencia que tal perece que ya se creen sus propias mentiras, tan soberbios que se sienten pitonisos e infalibles.

México pues se encuentra en el umbral de un futuro incierto, de una nueva era que lo puede llevar a retomar el lugar preponderante que tuvo en épocas pasadas o de irse al despeñadero de la historia, según triunfen los apostadores a una nueva Transformación Política a una renovación moral de los regímenes de gobierno, o los que solo buscan su beneficio personal y de grupo, sin importarles la suerte de los millones y millones de pobres del país.

La moneda está en el aire, o triunfa la Cuarta Transformación o nos quedamos con la misma corrupción imperante en los anteriores gobiernos, fábrica de ricos sin llenadera a quienes no les importa el rumbo de México.

Chairos contra prianos, moral contra deshonestidad, honor contra impudicia, democracia contra corrupción, así parece que se presenta el panorama en la circunstancia actual de México, disyuntiva que tendrán que enfrentar todos los mexicanos y escoger el mejor camino que les conduzca a una Patria más fuerte, de bienestar para todos.

P.D.- En verdad os digo que no hay muchos caminos, solo uno lleva a la tierra prometida, ojalá y logremos identificarlo y no nos dejemos impresionar por el mar de intereses que se interponen. Porque si se hacen las cosas bien, hasta los imaginarios océanos separarán sus aguas para dar paso a la verdad.

México, este hermoso y rico país nuestro, se encuentra en un momento de su historia donde solo pueden ocurrir dos sucesos claves en su derrotero: O se salva o se derrumba totalmente.

En la actualidad política de México existen dos poderosas corrientes de opinión que se contraponen, la de los que comulgan con una Cuarta Transformación y la de quienes apuestan al fracaso del régimen de Andrés Manuel López Obrador.

Pero no se trata solo de opiniones, sino de fuerzas reales que hacen cada cual lo que les corresponde para imponer su hegemonía, unos hacia la igualdad social y otros hacia los beneficios de pequeños pero poderosos grupos empresariales que demandan canongías y privilegios.

Todos los días sale por las mañanas el Presidente de la República a dar a conocer en su conferencia de prensa mañanera, los avances de su Gobierno y todos los días salen los pregoneros de la debacle a desmentir lo dicho por el Jefe del Ejecutivo Federal.

Si AMLO dice vamos bien, los neoliberales dicen vamos mal, si uno apuesta a crecer, el otro asegura que pronto tendremos recesión.

No hay nada que diga López Obrador que no sea refutado por los emisarios del pasado, aquellos que se enriquecieron a la sombra del poder.

Solo que el Presidente está demostrando con hechos que va por el rumbo correcto, combatiendo férreamente la corrupción y la impunidad, corrigiendo las políticas sobre asuntos deproducción energética, frenando el alza de precios de gasolinas, luz y gas doméstico, aplicando soluciones a los problemas de inseguridad con la instalación paulatina de la Guardia Nacional y otros importantes avances en la vida nacional.

Y por lo que toca a sus detractores, los que apuestan a la debacle y a la caída del país, solo se dedican a negar lo que se afirma, a descalificar lo que se hace o lo que se dice, sin sustento real en sus argumentos.

Sin embargo, los críticos lanzan sus duras diatribas y ataques contra AMLO y compañía, con tanta vehemencia que tal perece que ya se creen sus propias mentiras, tan soberbios que se sienten pitonisos e infalibles.

México pues se encuentra en el umbral de un futuro incierto, de una nueva era que lo puede llevar a retomar el lugar preponderante que tuvo en épocas pasadas o de irse al despeñadero de la historia, según triunfen los apostadores a una nueva Transformación Política a una renovación moral de los regímenes de gobierno, o los que solo buscan su beneficio personal y de grupo, sin importarles la suerte de los millones y millones de pobres del país.

La moneda está en el aire, o triunfa la Cuarta Transformación o nos quedamos con la misma corrupción imperante en los anteriores gobiernos, fábrica de ricos sin llenadera a quienes no les importa el rumbo de México.

Chairos contra prianos, moral contra deshonestidad, honor contra impudicia, democracia contra corrupción, así parece que se presenta el panorama en la circunstancia actual de México, disyuntiva que tendrán que enfrentar todos los mexicanos y escoger el mejor camino que les conduzca a una Patria más fuerte, de bienestar para todos.

P.D.- En verdad os digo que no hay muchos caminos, solo uno lleva a la tierra prometida, ojalá y logremos identificarlo y no nos dejemos impresionar por el mar de intereses que se interponen. Porque si se hacen las cosas bien, hasta los imaginarios océanos separarán sus aguas para dar paso a la verdad.