/ jueves 9 de abril de 2020

El otro gallo | Escapando del "Coco"

"¡Duérmete Nené, porque si no, te va a llevar el Coco!", era la frase que cada noche se escuchaba en mi casa cuando era pequeña. Frase que a un tiempo era primera y segunda llamada pues no había una tercera, porque si después de dicha la frase no obedecía, entraba en acción "la chancla voladora" y miren que mi madre tenía una puntería que ya la hubiese querido cualquier lanzador de beisbol o jabalina, pero esa es otra historia.

El caso es que no era necesario que llegara esa entrada en acción de "la chancla voladora" pues el miedo a que me llevara tan siniestro personaje era de lo más grande. Ignoraba en aquel tiempo si la advertencia tenía o no sustento en algo real y muchas veces pensé que quizá mi madre solo recurría a infundirme ese temor para que me durmiera, pero luego pensaba "¿Y si sí?"

Y esa duda mantenía una revolución en mi cabeza infantil, donde por un lado estaba la obediencia ciega que le debía tener a mi madre y a sus advertencias, y por el otro mi duda ante si era verdad o no la existencia de tan tenebroso personaje, esto derivado de que no conocía al "Sr. Coco" ni sabía realmente si vendría por mí.

Recuerdo que muchas veces pensé "habiendo tantas niñas desobedientes en el mundo no creo que venga por mí", y así a veces ganaba mi deducción y aunque me encontrara acostada en mi camita permanecía con el ojo pelón, hasta que una noche cuando mi hermana y mi madre dormían escuché unos ruidos en el patio, eran como unas pisadas, y fue cuando el miedo se apoderó de mí y sentí un escalofrío que casi me hace hacerme pipí, recuerdo haberme cubierto con la sábana y rezar para que el "Sr. Coco" se fuera, porque algo me decía que sí era él.

Esa noche me reprendí no haber obedecido a mi madre. Al amanecer mi mamá me pregunto porqué estaba triste y le conté lo que había sucedido, recuerdo que me dijo "Ya ves, haz caso para la otra pues aunque tengas duda de lo que te advierto, piensa en qué te beneficiaría exponerte sin razón. El peligro tiene mil formas Nené y algunas veces no se distingue o se confunde. Si te duermes, el 'Coco' no te llevará porque no te verá".

Ahora que soy adulta sigo haciendo caso a la advertencia de mi madre, y hoy que en el mundo se respira temor ante esta pandemia la cual puede esconderse en muchas superficies y cosas, y aun siendo que mucha gente piensa que no existe y que sólo es una forma de obligarnos a hacer lo que el gobierno quiere, recuerdo al viejo "Sr. Coco" y a aquella terrible noche en que pensé había venido por mí y me digo a mí misma "Esta vez también me escaparé de ti viejo 'Sr. Coco' porque me quedaré en casa y seré obediente".

¡Gracias mamá!

"¡Duérmete Nené, porque si no, te va a llevar el Coco!", era la frase que cada noche se escuchaba en mi casa cuando era pequeña. Frase que a un tiempo era primera y segunda llamada pues no había una tercera, porque si después de dicha la frase no obedecía, entraba en acción "la chancla voladora" y miren que mi madre tenía una puntería que ya la hubiese querido cualquier lanzador de beisbol o jabalina, pero esa es otra historia.

El caso es que no era necesario que llegara esa entrada en acción de "la chancla voladora" pues el miedo a que me llevara tan siniestro personaje era de lo más grande. Ignoraba en aquel tiempo si la advertencia tenía o no sustento en algo real y muchas veces pensé que quizá mi madre solo recurría a infundirme ese temor para que me durmiera, pero luego pensaba "¿Y si sí?"

Y esa duda mantenía una revolución en mi cabeza infantil, donde por un lado estaba la obediencia ciega que le debía tener a mi madre y a sus advertencias, y por el otro mi duda ante si era verdad o no la existencia de tan tenebroso personaje, esto derivado de que no conocía al "Sr. Coco" ni sabía realmente si vendría por mí.

Recuerdo que muchas veces pensé "habiendo tantas niñas desobedientes en el mundo no creo que venga por mí", y así a veces ganaba mi deducción y aunque me encontrara acostada en mi camita permanecía con el ojo pelón, hasta que una noche cuando mi hermana y mi madre dormían escuché unos ruidos en el patio, eran como unas pisadas, y fue cuando el miedo se apoderó de mí y sentí un escalofrío que casi me hace hacerme pipí, recuerdo haberme cubierto con la sábana y rezar para que el "Sr. Coco" se fuera, porque algo me decía que sí era él.

Esa noche me reprendí no haber obedecido a mi madre. Al amanecer mi mamá me pregunto porqué estaba triste y le conté lo que había sucedido, recuerdo que me dijo "Ya ves, haz caso para la otra pues aunque tengas duda de lo que te advierto, piensa en qué te beneficiaría exponerte sin razón. El peligro tiene mil formas Nené y algunas veces no se distingue o se confunde. Si te duermes, el 'Coco' no te llevará porque no te verá".

Ahora que soy adulta sigo haciendo caso a la advertencia de mi madre, y hoy que en el mundo se respira temor ante esta pandemia la cual puede esconderse en muchas superficies y cosas, y aun siendo que mucha gente piensa que no existe y que sólo es una forma de obligarnos a hacer lo que el gobierno quiere, recuerdo al viejo "Sr. Coco" y a aquella terrible noche en que pensé había venido por mí y me digo a mí misma "Esta vez también me escaparé de ti viejo 'Sr. Coco' porque me quedaré en casa y seré obediente".

¡Gracias mamá!