/ sábado 18 de agosto de 2018

El Premio Nobel ya se cocinó

Un escritor común y corriente no conoce ni tiene idea que el comité que integra la Academia Sueca decide, desde mayo, quienes son los intelectuales, hombres de ciencia y defensores de la paz que recibirán el próximo mes de Noviembre el Premio Nobel de Literatura...

Es el más esperado en cualquier rincón del planeta y que frecuentemente los pronósticos colectivos no coinciden con la decisión irrevocable de la Academia Sueca en cuanto al elegido.

En años pasados en este rubro, la Academia le entregó el Premio Nobel a un escritor turco radicado en los Estados Unidos por haber desarrollado una literatura que retrata como siempre -lo hacen los hombres sensibles, los dramas del hombre- cuando sufren el tormento de la soledad, la privación de la libertad y el desencuentro amoroso. Orhan Pamuk, es el nombre de este turco cuya obra no era conocida en nuestro país y que se hizo merecedor de esta distinción por que tuvo el valor de reconocer ante el mundo, que su país había realizado en el pasado actos de genocidio en contra de la población Armenia.

Por esta razón, se puede afirmar que en estos días un fantasma recorre por todos los sitios en donde se encuentran los amantes, y los consagrados que logran por medio de la escritura, la imaginación y la creación de imágenes conmovedoras, que se transforman en literatura. Desde que tengo uso de memoria no recuerdo un pronóstico certero que los críticos literarios en México hayan hecho y que coincida con la decisión que toma la Academia Sueca, por ejemplo en el año 2004 distinguió a la escritora Elfriede Jelinek, autora de "La pianista". No fue conocida por el mundo por que no permitió que los medios intervinieran en su vida privada ni recibió personalmente el Nobel de Literatura por que argumentó que es víctima de una fobia social que le impide tener contacto con personas que no conoce.

Es importante también citar en esta colaboración las grandes equivocaciones que desde el punto de vista de los expertos de la materia la Academia Sueca a cometido. El no haber entregado tan codiciada presea a escritores inmortales cuya obra ha sido punto de partida para dejar establecida la verdad, de que la literatura con todo y que tiene el derecho de la exageración y de la patente de no decir la verdad es una copia fiel de la realidad que el hombre vive y que es más portentosa que la fantasía que algunos escritores proyectan de forma mágica en su literatura.

Se me viene a la mente el caso de León Tolstoi, cuya obra "La Guerra y la Paz" es sin duda la más importante en la historia del género. Este gigante ruso murió en 1910, a la muy respetable edad de 82 años, cuando ya el Premio Nobel se había adjudicado 10 veces. "La Guerra y la Paz" tenía ya viviendo 45 años de gloria, con traducciones en todo el mundo y ningún crítico tenía la menor duda que estaba destinada a vivir para siempre como realmente sucedió.

Estoy casi seguro que los premiados en general son los primeros sorprendidos cuando se les llama por teléfono desde ese país tan diferente como es Suecia, para informarles que son los ganadores en esta competencia que ya la historia Ha definido como un boleto para entrar en la inmortalidad. No existe duda alguna de que el más alto baluarte al que puede aspirar un hombre de letras es ser merecedor del Nobel de Literatura, que equivale por este hecho -entre otras muchas cosas- a resolver la pobre situación económica en la que vive en forma permanente los hombres que se dedican a las letras y a la poesía, ya que el Nobel viene acompañado con una cantidad cercana a los 2 millones de dólares, que no son cualquier cosa.

Cuando el dramaturgo irlandés Samuel Beckett recibió por teléfono la noticia de su premio en 1969, exclamó consternado ¡Dios mío que desastre! Pablo Neruda en su autobiografía "Confieso que he vivido" cuenta que su condición de embajador de Chile en Francia le permitió enterarse tres días antes de que iba a recibir el premio y no se lo contó ni a Matilde, su compañera leal, y quien a su muerte solicitó que sus cenizas fueran depositadas en la misma tumba en la Isla Negra, donde descansan los restos del poeta chileno. Neruda argumenta que no se lo comentó a sus seres queridos cuando éstos le reclamaron porqué "Yo no creo en nada hasta que no lo veo escrito", les decía con una risa que afirman sus mejores amigos era invencible y que era el instrumento con el que convencía a las más hermosas mujeres que pasaron por su vida. Relata también que no pudo preparar el discurso que pronunció ese día memorable, pero que sin embargo escribió allí mismo de memoria el más hermoso discurso dibujado por sus versos para que estuvieran a la misma altura de su coronación.

Los otros cuatro premios que concede la fundación de Alfredo Nobel son: Física y Química, concedidos por la Real Academia de Ciencias; Medicina o Fisiología, concedido por el Comité Nobel del Instituto Carolino, y el de la Paz concedido por el Comité Nobel del Parlamento de Noruega.

Hay una leyenda negra que aseguran surgió de la inquieta mentalidad de Borges, quien tenía el don que solamente los dioses ostentan de hablar en un sentido en el que no se sabía si decía la verdad o estaba mintiendo, si hablaba en serio o era una burla para destruir lo que no le gustaba. Que afirma que el capital que maneja del Comité Nobel está invertido en las minas de oro de África del Sur, en Sierra Leona, donde existe una explotación de los esclavos africanos para que extraigan los diamantes que se venden en Tiffany y después les quitan la vida para que no digan donde están guardados, por eso se conocen como "los diamantes sangrientos". En este sentido la Academia Sueca que se sepa, nunca ha hecho una aclaración pública ni respondido a ningún agravio. Yo les recomendaría en el caso de que se decidieran a contestar esta leyenda negra con el argumento de que no es ella, si no el banco de Suecia quien administra el "money", y como su nombre lo indica, banco quiere decir, no tener corazón.

Un escritor común y corriente no conoce ni tiene idea que el comité que integra la Academia Sueca decide, desde mayo, quienes son los intelectuales, hombres de ciencia y defensores de la paz que recibirán el próximo mes de Noviembre el Premio Nobel de Literatura...

Es el más esperado en cualquier rincón del planeta y que frecuentemente los pronósticos colectivos no coinciden con la decisión irrevocable de la Academia Sueca en cuanto al elegido.

En años pasados en este rubro, la Academia le entregó el Premio Nobel a un escritor turco radicado en los Estados Unidos por haber desarrollado una literatura que retrata como siempre -lo hacen los hombres sensibles, los dramas del hombre- cuando sufren el tormento de la soledad, la privación de la libertad y el desencuentro amoroso. Orhan Pamuk, es el nombre de este turco cuya obra no era conocida en nuestro país y que se hizo merecedor de esta distinción por que tuvo el valor de reconocer ante el mundo, que su país había realizado en el pasado actos de genocidio en contra de la población Armenia.

Por esta razón, se puede afirmar que en estos días un fantasma recorre por todos los sitios en donde se encuentran los amantes, y los consagrados que logran por medio de la escritura, la imaginación y la creación de imágenes conmovedoras, que se transforman en literatura. Desde que tengo uso de memoria no recuerdo un pronóstico certero que los críticos literarios en México hayan hecho y que coincida con la decisión que toma la Academia Sueca, por ejemplo en el año 2004 distinguió a la escritora Elfriede Jelinek, autora de "La pianista". No fue conocida por el mundo por que no permitió que los medios intervinieran en su vida privada ni recibió personalmente el Nobel de Literatura por que argumentó que es víctima de una fobia social que le impide tener contacto con personas que no conoce.

Es importante también citar en esta colaboración las grandes equivocaciones que desde el punto de vista de los expertos de la materia la Academia Sueca a cometido. El no haber entregado tan codiciada presea a escritores inmortales cuya obra ha sido punto de partida para dejar establecida la verdad, de que la literatura con todo y que tiene el derecho de la exageración y de la patente de no decir la verdad es una copia fiel de la realidad que el hombre vive y que es más portentosa que la fantasía que algunos escritores proyectan de forma mágica en su literatura.

Se me viene a la mente el caso de León Tolstoi, cuya obra "La Guerra y la Paz" es sin duda la más importante en la historia del género. Este gigante ruso murió en 1910, a la muy respetable edad de 82 años, cuando ya el Premio Nobel se había adjudicado 10 veces. "La Guerra y la Paz" tenía ya viviendo 45 años de gloria, con traducciones en todo el mundo y ningún crítico tenía la menor duda que estaba destinada a vivir para siempre como realmente sucedió.

Estoy casi seguro que los premiados en general son los primeros sorprendidos cuando se les llama por teléfono desde ese país tan diferente como es Suecia, para informarles que son los ganadores en esta competencia que ya la historia Ha definido como un boleto para entrar en la inmortalidad. No existe duda alguna de que el más alto baluarte al que puede aspirar un hombre de letras es ser merecedor del Nobel de Literatura, que equivale por este hecho -entre otras muchas cosas- a resolver la pobre situación económica en la que vive en forma permanente los hombres que se dedican a las letras y a la poesía, ya que el Nobel viene acompañado con una cantidad cercana a los 2 millones de dólares, que no son cualquier cosa.

Cuando el dramaturgo irlandés Samuel Beckett recibió por teléfono la noticia de su premio en 1969, exclamó consternado ¡Dios mío que desastre! Pablo Neruda en su autobiografía "Confieso que he vivido" cuenta que su condición de embajador de Chile en Francia le permitió enterarse tres días antes de que iba a recibir el premio y no se lo contó ni a Matilde, su compañera leal, y quien a su muerte solicitó que sus cenizas fueran depositadas en la misma tumba en la Isla Negra, donde descansan los restos del poeta chileno. Neruda argumenta que no se lo comentó a sus seres queridos cuando éstos le reclamaron porqué "Yo no creo en nada hasta que no lo veo escrito", les decía con una risa que afirman sus mejores amigos era invencible y que era el instrumento con el que convencía a las más hermosas mujeres que pasaron por su vida. Relata también que no pudo preparar el discurso que pronunció ese día memorable, pero que sin embargo escribió allí mismo de memoria el más hermoso discurso dibujado por sus versos para que estuvieran a la misma altura de su coronación.

Los otros cuatro premios que concede la fundación de Alfredo Nobel son: Física y Química, concedidos por la Real Academia de Ciencias; Medicina o Fisiología, concedido por el Comité Nobel del Instituto Carolino, y el de la Paz concedido por el Comité Nobel del Parlamento de Noruega.

Hay una leyenda negra que aseguran surgió de la inquieta mentalidad de Borges, quien tenía el don que solamente los dioses ostentan de hablar en un sentido en el que no se sabía si decía la verdad o estaba mintiendo, si hablaba en serio o era una burla para destruir lo que no le gustaba. Que afirma que el capital que maneja del Comité Nobel está invertido en las minas de oro de África del Sur, en Sierra Leona, donde existe una explotación de los esclavos africanos para que extraigan los diamantes que se venden en Tiffany y después les quitan la vida para que no digan donde están guardados, por eso se conocen como "los diamantes sangrientos". En este sentido la Academia Sueca que se sepa, nunca ha hecho una aclaración pública ni respondido a ningún agravio. Yo les recomendaría en el caso de que se decidieran a contestar esta leyenda negra con el argumento de que no es ella, si no el banco de Suecia quien administra el "money", y como su nombre lo indica, banco quiere decir, no tener corazón.