/ martes 7 de enero de 2020

El reclamo de los gobernadores

Una de las principales quejas de los gobernadores en México es la disminución de las participaciones federales, lo cual, dicen, limita su espacio de acción para hacer frente a las necesidades de sus respectivos estados.

Tomado desde esa perspectiva, el descontento resulta fundado. Pero en muchos casos, se omite que la penuria presupuestal en las entidades es consecuencia del irresponsable manejo de las finanzas locales y de la timidez y hasta temor para aplicar esquemas propios de recaudación.

Reporte oficiales revelan que muchos estados están endeudados hasta el cuello porque sus mandatarios recurrieron al recurso cómodo de contratar préstamos con la banca oficial y privada comprometiendo por mucho tiempo rubros de contribución que van desde las mismísimas participaciones federales hasta propios como el impuesto sobre el hospedaje, por ejemplo.

TOMAS YARRINGTON RUVALCABA, a pocos meses de concluir su gestión como gobernador de Tamaulipas, logró que un sumiso congreso del estado le autorizara la contratación de un crédito por varios miles de millones de pesos que no fueron para beneficio del estado, sino para financiar su fallida campaña como precandidato a la Presidencia de la República.

Sus sucesores, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES y EGIDIO TORRE CANTÚ también hicieron crecer la deuda pública, en términos que la generalidad de la ciudadanía ignora porque la opacidad siempre fue la característica de este tipo de operaciones muchas veces injustificadas e necesarias.

Coahuila y Nuevo León igualmente se cuentan entre las entidades más endeudadas y tendrán que pasar muchas generaciones para que se salden los créditos.

Y claro que el abono a esos pasivos y los desalmados intereses que cobra la Banca privada, son una sangría para las finanzas locales. Solo que de eso no se habla.

Por otra parte, la imposición de nuevos impuestos es tabú para los gobernadores, que ven en ese recurso una amenaza para su popularidad, sin que se preocupen por buscar modernas estrategias para aumentar la recaudación de una manera equilibrada, justa y comprensiva.

Pero además de las deficientes políticas tributarias, las finanzas estatales sufren afectación por gastos superfluos que empatan más con la vanidad que con un sano ejercicio de la función pública.

Cuando un gobernador rinde un informe anual, se organizan fastuosas ceremonias a las que se invita a los homólogos de todo el país, que llegan en aviones oficiales con comitivas y que después se reúnen en convite en banquetes fastuosos. Y cuando a otro le toca el turno, ahí van todos nuevamente a seguir degustando con cargo al dinero público. ¿Cuánto se gasta en eso? Nadie lo sabe.

Es justo que en base a la coordinación fiscal, los mandatarios estatales exijan lo que en proporción les corresponde. La Federación tiene, efectivamente, la responsabilidad de distribuir equitativamente los ingresos fiscales como entidad suprema de la república. No hacerlo, va en detrimento de la Unión.

Pero también es cierto que el sano, transparente y, sobre todo honesto manejo de sus respectivas haciendas, es elemento fundamental para que cumplan con sus proyectos de gobierno. Sobre eso, no puede haber discusión.

Pasando otro tema, la temporada conocida como “Lupe-Reyes”concluyó sin mayores incidentes en el sur de Tamaulipas y los alcaldes de Tampico, JESÚS NADER NASRRALAH, de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA y de Altamira, ALMA LAURA AMPARÁN pueden estar satisfechos de que en sus respectivos municipios la alegría haya reinado con festejos y ornamentos.

Séame permitido expresar por este conducto mi pesar por el fallecimiento del DR.GABINO RAMOS HERNÁNDEZ, mi viejo amigo y compañero de oficio cuando ambos fuimos reporteros del periódico “El Mundo” a principios de los años sesenta. Como periodista y como médico, siempre fue un ejemplo de profesionalismo. Descanse en paz.


raulpazos45@gmail.com

Una de las principales quejas de los gobernadores en México es la disminución de las participaciones federales, lo cual, dicen, limita su espacio de acción para hacer frente a las necesidades de sus respectivos estados.

Tomado desde esa perspectiva, el descontento resulta fundado. Pero en muchos casos, se omite que la penuria presupuestal en las entidades es consecuencia del irresponsable manejo de las finanzas locales y de la timidez y hasta temor para aplicar esquemas propios de recaudación.

Reporte oficiales revelan que muchos estados están endeudados hasta el cuello porque sus mandatarios recurrieron al recurso cómodo de contratar préstamos con la banca oficial y privada comprometiendo por mucho tiempo rubros de contribución que van desde las mismísimas participaciones federales hasta propios como el impuesto sobre el hospedaje, por ejemplo.

TOMAS YARRINGTON RUVALCABA, a pocos meses de concluir su gestión como gobernador de Tamaulipas, logró que un sumiso congreso del estado le autorizara la contratación de un crédito por varios miles de millones de pesos que no fueron para beneficio del estado, sino para financiar su fallida campaña como precandidato a la Presidencia de la República.

Sus sucesores, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES y EGIDIO TORRE CANTÚ también hicieron crecer la deuda pública, en términos que la generalidad de la ciudadanía ignora porque la opacidad siempre fue la característica de este tipo de operaciones muchas veces injustificadas e necesarias.

Coahuila y Nuevo León igualmente se cuentan entre las entidades más endeudadas y tendrán que pasar muchas generaciones para que se salden los créditos.

Y claro que el abono a esos pasivos y los desalmados intereses que cobra la Banca privada, son una sangría para las finanzas locales. Solo que de eso no se habla.

Por otra parte, la imposición de nuevos impuestos es tabú para los gobernadores, que ven en ese recurso una amenaza para su popularidad, sin que se preocupen por buscar modernas estrategias para aumentar la recaudación de una manera equilibrada, justa y comprensiva.

Pero además de las deficientes políticas tributarias, las finanzas estatales sufren afectación por gastos superfluos que empatan más con la vanidad que con un sano ejercicio de la función pública.

Cuando un gobernador rinde un informe anual, se organizan fastuosas ceremonias a las que se invita a los homólogos de todo el país, que llegan en aviones oficiales con comitivas y que después se reúnen en convite en banquetes fastuosos. Y cuando a otro le toca el turno, ahí van todos nuevamente a seguir degustando con cargo al dinero público. ¿Cuánto se gasta en eso? Nadie lo sabe.

Es justo que en base a la coordinación fiscal, los mandatarios estatales exijan lo que en proporción les corresponde. La Federación tiene, efectivamente, la responsabilidad de distribuir equitativamente los ingresos fiscales como entidad suprema de la república. No hacerlo, va en detrimento de la Unión.

Pero también es cierto que el sano, transparente y, sobre todo honesto manejo de sus respectivas haciendas, es elemento fundamental para que cumplan con sus proyectos de gobierno. Sobre eso, no puede haber discusión.

Pasando otro tema, la temporada conocida como “Lupe-Reyes”concluyó sin mayores incidentes en el sur de Tamaulipas y los alcaldes de Tampico, JESÚS NADER NASRRALAH, de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA y de Altamira, ALMA LAURA AMPARÁN pueden estar satisfechos de que en sus respectivos municipios la alegría haya reinado con festejos y ornamentos.

Séame permitido expresar por este conducto mi pesar por el fallecimiento del DR.GABINO RAMOS HERNÁNDEZ, mi viejo amigo y compañero de oficio cuando ambos fuimos reporteros del periódico “El Mundo” a principios de los años sesenta. Como periodista y como médico, siempre fue un ejemplo de profesionalismo. Descanse en paz.


raulpazos45@gmail.com