/ martes 10 de diciembre de 2019

El reto del PAN

Tampico fue durante muchos años, al igual que la mayoría de los municipios de Tamaulipas, una zona de claras tendencias políticas favorables al Partido Revolucionario Institucional, dentro de un esquema nacional que tenía como ejes y sustentos al gobernador y al presidente de la república en turno. La dictadura perfecta.

Si bien en nuestra localidad desde la década de los setenta ya existía una corriente opositora bajo la bandera del Partido Acción Nacional, su actuar se limitaba a unas cuantas familias entre cuyos objetivos no se contemplaba la propagación de su ideario a nivel de campo ni existía una estructura apropiada para ello.

El primer gran golpe espectacular del PAN en materia electoral ocurrió en el año de 1991, cuando su candidata a la diputación federal por el octavo distrito, CARMEN BOLADO DEL REAL, triunfó sobre el priísta DIEGO NAVARRO RODRIGUEZ. Sin embargo, esto no pareció ser producto de una consolidación partidista, sino de la concurrencia de factores eventuales, como la impopularidad del aspirante del tricolor.

El primer triunfo sólido del PAN en tierra de jaibas, en el que se conjugaron planes ideados, preparados y ejecutados con técnicas de organización política fue en 1995 con motivo de la elección municipal, en la que resultó electo el agente aduanal DIEGO ALONSO HINOJOSA, frente al priísta ALVARO GARZA CANTU, algo que fue una verdadera sorpresa.

Un ingrediente decisivo en ese proceso fue la intervención de jóvenes empresarios y profesionistas egresados de instituciones privadas que como rostros frescos aparecieron en el escenario político desplazando a la burocrática clase priísta.

Luego vendrían más triunfos: en el 2000 con el propio DIEGO, la diputación federal; en el 2001 la presidencia municipal con ARTURO ELIZONDO; 2003 la diputación federal con JESUS NADER; 2006 otra vez la diputación federal con LUIS ALONSO MEJIA; 2010 nuevamente la alcaldía con una candidata prestada, MAGDALENA PERAZA GUERRA y 2012 la diputación federal con GERMAN PACHECO, hasta llegar de nueva cuenta a la casona de la calle Colón en el 2018 con JESUS NADER.

Hoy, Acción Nacional está en la cúspide del poder político en Tamaulipas, pues detenta el gobierno del estado, la mayoría en el Congreso y la mayor parte de las alcaldías.

Pero el PAN tiene aún un reto. El de no ser otro partido del poder, que se sostiene en torno a una sola figura. Eso sería jugar bajo las reglas que tanto combatió.

Por eso es necesario que bajo una nueva dirigencia estatal y renovados cuadros municipales, se identifique claramente con las aspiraciones populares y busque convencer, más que vencer, aunque no tenga adversarios políticos de peso. Y eso se logra involucrándose, como partido, a nivel de campo con las inquietudes de la ciudadanía. Si consigue esto, junto con efectivas acciones de las autoridades emanadas de sus filas, habrá consolidado una hegemonía, difícil de desplazar.

Han pasado ya dos meses desde que CARLOS ROMERO DESCHAMPS renunció a la dirigencia nacional del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y no se ven más movimientos. En todas las secciones del gremio permanecen los mismos secretarios generales, como es el caso de ESDRAS ROMERO VEGA en Ciudad Madero, quien no parece muy preocupado por lo que pueda pasar.

Y es que en una organización con intereses tan poderosos, acumulados durante décadas, la transición no resulta fácil y el desmantelamiento de la llamada “mafia” sindical tardará más tiempo de lo que se esperaba.

raulpazos45@gmail.com

Tampico fue durante muchos años, al igual que la mayoría de los municipios de Tamaulipas, una zona de claras tendencias políticas favorables al Partido Revolucionario Institucional, dentro de un esquema nacional que tenía como ejes y sustentos al gobernador y al presidente de la república en turno. La dictadura perfecta.

Si bien en nuestra localidad desde la década de los setenta ya existía una corriente opositora bajo la bandera del Partido Acción Nacional, su actuar se limitaba a unas cuantas familias entre cuyos objetivos no se contemplaba la propagación de su ideario a nivel de campo ni existía una estructura apropiada para ello.

El primer gran golpe espectacular del PAN en materia electoral ocurrió en el año de 1991, cuando su candidata a la diputación federal por el octavo distrito, CARMEN BOLADO DEL REAL, triunfó sobre el priísta DIEGO NAVARRO RODRIGUEZ. Sin embargo, esto no pareció ser producto de una consolidación partidista, sino de la concurrencia de factores eventuales, como la impopularidad del aspirante del tricolor.

El primer triunfo sólido del PAN en tierra de jaibas, en el que se conjugaron planes ideados, preparados y ejecutados con técnicas de organización política fue en 1995 con motivo de la elección municipal, en la que resultó electo el agente aduanal DIEGO ALONSO HINOJOSA, frente al priísta ALVARO GARZA CANTU, algo que fue una verdadera sorpresa.

Un ingrediente decisivo en ese proceso fue la intervención de jóvenes empresarios y profesionistas egresados de instituciones privadas que como rostros frescos aparecieron en el escenario político desplazando a la burocrática clase priísta.

Luego vendrían más triunfos: en el 2000 con el propio DIEGO, la diputación federal; en el 2001 la presidencia municipal con ARTURO ELIZONDO; 2003 la diputación federal con JESUS NADER; 2006 otra vez la diputación federal con LUIS ALONSO MEJIA; 2010 nuevamente la alcaldía con una candidata prestada, MAGDALENA PERAZA GUERRA y 2012 la diputación federal con GERMAN PACHECO, hasta llegar de nueva cuenta a la casona de la calle Colón en el 2018 con JESUS NADER.

Hoy, Acción Nacional está en la cúspide del poder político en Tamaulipas, pues detenta el gobierno del estado, la mayoría en el Congreso y la mayor parte de las alcaldías.

Pero el PAN tiene aún un reto. El de no ser otro partido del poder, que se sostiene en torno a una sola figura. Eso sería jugar bajo las reglas que tanto combatió.

Por eso es necesario que bajo una nueva dirigencia estatal y renovados cuadros municipales, se identifique claramente con las aspiraciones populares y busque convencer, más que vencer, aunque no tenga adversarios políticos de peso. Y eso se logra involucrándose, como partido, a nivel de campo con las inquietudes de la ciudadanía. Si consigue esto, junto con efectivas acciones de las autoridades emanadas de sus filas, habrá consolidado una hegemonía, difícil de desplazar.

Han pasado ya dos meses desde que CARLOS ROMERO DESCHAMPS renunció a la dirigencia nacional del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y no se ven más movimientos. En todas las secciones del gremio permanecen los mismos secretarios generales, como es el caso de ESDRAS ROMERO VEGA en Ciudad Madero, quien no parece muy preocupado por lo que pueda pasar.

Y es que en una organización con intereses tan poderosos, acumulados durante décadas, la transición no resulta fácil y el desmantelamiento de la llamada “mafia” sindical tardará más tiempo de lo que se esperaba.

raulpazos45@gmail.com