/ miércoles 4 de diciembre de 2019

El ser humano, ante los bienes de otro, contempla sus carencias con mayor amargura

¿Cómo se encuentran en estos momentos? Las conciencias de los dueños, directivos, directores técnicos y público de los equipos mexicanos, una vez que ha terminado para unos el Campeonato Apertura 2019 y, para otros a punto de terminar la Liguilla? En España, el Barcelona y el Real Madrid se preocupan porque el otro no se les despegue, ese es su problema, mientras que el Atlético de Madrid les opone dura pelea, tan dura, que hay veces que pensamos que los dos gigantes han sido muy afortunados cuando en sus enfrentamientos los vencen uno a cero lo más. Después están el Sevilla, el Valencia, y el Villarreal, procurando mantenerse siempre en los torneos internacionales, los cuales están condicionados a las posiciones que los equipos guardan en sus respectivas ligas, tomando en cuenta que las utilidades que por estas participaciones pagan la FIFA y la UEFA, las cuales son realmente importantes.

En estos sistemas, no podemos hablar de mediocridad, entendiendo que mediocre es aquel que imita al que es mejor, pensando que basta con jugar estéticamente o sistemáticamente igual para igualar o superar a los mejores, sin tomar en cuenta que para lograr esto, es necesario contar con jugadores de igual calidad que el equipo a emular. En nuestra liga, es sabido que Necaxa y Querétaro, haciendo un gran esfuerzo con trabajo efectivo e inteligente, puede oponer resistencia a los grandes como Monterrey y Tigres, pero para eso, necesita que le organicen torneos cortos y de liguillas, pues en torneos largos, jamás aguantarían el desgaste físico, oponiendo a sus rivales el esfuerzo de plantillas notoriamente limitadas y, no hay manera de evitar endilgarle el título de “mediocre” a un sistema como el que aquí predomina.

Mediocre es aquel que se niega a reconocer la superioridad de los mejores, superioridad concedida por los números y, cuando hablan de justicia, ignoran que en el futbol, la única justicia es la establecida por el reglamento. En el futbol no procede la democracia sino todo lo contrario, el sistema es totalmente jerárquico y, como en todos los deportes, el que tenga más poder económico, podrá formar al mejor equipo. El Real Madrid, con el Manchester United, el Barcelona, el Bayern Munich, Juventus, París Saint Germain, son junto con clubes norteamericanos de beisbol, basquetbol y futbol americano, los más ricos del mundo y, créanme, sus fortunas rayan en lo increíble.

Y es en este tema del capital, en donde el mediocre mejor se identifica, pues ante el placer y los bienes de otro, contempla sus mayores carencias con mucha amargura, Ejemplo, por culpa de los demás equipos, el Guadalajara no puede competir contra los ricos, pues le venden los jugadores más caros. Bien, pues en España, el Athletic de Bilbao, no solo no admite extranjeros, sino que solamente pueden jugar con ellos aquellos que sean del País Vasco. Sería como que el Guadalajara solamente admitiera a jugadores de Jalisco, saben bien esos vascos, que siempre será difícil competirle al Madrid y al Barcelona bajo esos términos, pero que el simple hecho de enfrentarlos así, los exime de la mediocridad, ya que el mediocre, que envidia a los grandes, no hace nada por igualarlos.

En la filosofía de los griegos, la mediocridad no era del todo negativa, pues la planteaban así, entre la cobardía y la temeridad, se encuentra la valentía. Entonces debemos entender que en el deporte profesional, el dinero es indispensable y, los equipos poderosos que han encontrado en una empresa importante, el apoyo necesario para estrablecer un negocio, porque eso es el profesionalismo, un negocio, no son culpables de nada, y, todos los que envidien estas condiciones, está manifestando su mediocridad.

El Athletic cuenta en su haber con 8 Campeonatos de Liga, 24 Campeonatos de Copa, dos Súper Copas, una Copa Eva Duarte, y una pequeña Copa Mundial de Clubes. Ese equipo vasco, que navega normalmente a media tabla, no necesariamente es mediocre, porque al sostener su tradicional regionalismo sin tener obligación para hacerlo, se prepara para hacerle la vida pesada a sus gigantes antagonistas, contando con una cantera que abastece a la selección española, en mayor número incluso que el Madrid y el Barcelona.

La envidia más persistente se da cuando lo que se envidia, son las capacidades y recursos que posee el envidiado. Un buen jugador en un equipo, causa envidia, pero 22 jugadores buenos en un mismo equipo, provoca la envidia de los demás equipos. Todos los seres humanos sin excepción tenemos incubado el germen de la envidia, misma que otras personas no se desarrolla, gracias a que esas personas se propusieron como meta fundamental de sus vidas el ser rectas y honorables.

Hasta pronto amigo.

¿Cómo se encuentran en estos momentos? Las conciencias de los dueños, directivos, directores técnicos y público de los equipos mexicanos, una vez que ha terminado para unos el Campeonato Apertura 2019 y, para otros a punto de terminar la Liguilla? En España, el Barcelona y el Real Madrid se preocupan porque el otro no se les despegue, ese es su problema, mientras que el Atlético de Madrid les opone dura pelea, tan dura, que hay veces que pensamos que los dos gigantes han sido muy afortunados cuando en sus enfrentamientos los vencen uno a cero lo más. Después están el Sevilla, el Valencia, y el Villarreal, procurando mantenerse siempre en los torneos internacionales, los cuales están condicionados a las posiciones que los equipos guardan en sus respectivas ligas, tomando en cuenta que las utilidades que por estas participaciones pagan la FIFA y la UEFA, las cuales son realmente importantes.

En estos sistemas, no podemos hablar de mediocridad, entendiendo que mediocre es aquel que imita al que es mejor, pensando que basta con jugar estéticamente o sistemáticamente igual para igualar o superar a los mejores, sin tomar en cuenta que para lograr esto, es necesario contar con jugadores de igual calidad que el equipo a emular. En nuestra liga, es sabido que Necaxa y Querétaro, haciendo un gran esfuerzo con trabajo efectivo e inteligente, puede oponer resistencia a los grandes como Monterrey y Tigres, pero para eso, necesita que le organicen torneos cortos y de liguillas, pues en torneos largos, jamás aguantarían el desgaste físico, oponiendo a sus rivales el esfuerzo de plantillas notoriamente limitadas y, no hay manera de evitar endilgarle el título de “mediocre” a un sistema como el que aquí predomina.

Mediocre es aquel que se niega a reconocer la superioridad de los mejores, superioridad concedida por los números y, cuando hablan de justicia, ignoran que en el futbol, la única justicia es la establecida por el reglamento. En el futbol no procede la democracia sino todo lo contrario, el sistema es totalmente jerárquico y, como en todos los deportes, el que tenga más poder económico, podrá formar al mejor equipo. El Real Madrid, con el Manchester United, el Barcelona, el Bayern Munich, Juventus, París Saint Germain, son junto con clubes norteamericanos de beisbol, basquetbol y futbol americano, los más ricos del mundo y, créanme, sus fortunas rayan en lo increíble.

Y es en este tema del capital, en donde el mediocre mejor se identifica, pues ante el placer y los bienes de otro, contempla sus mayores carencias con mucha amargura, Ejemplo, por culpa de los demás equipos, el Guadalajara no puede competir contra los ricos, pues le venden los jugadores más caros. Bien, pues en España, el Athletic de Bilbao, no solo no admite extranjeros, sino que solamente pueden jugar con ellos aquellos que sean del País Vasco. Sería como que el Guadalajara solamente admitiera a jugadores de Jalisco, saben bien esos vascos, que siempre será difícil competirle al Madrid y al Barcelona bajo esos términos, pero que el simple hecho de enfrentarlos así, los exime de la mediocridad, ya que el mediocre, que envidia a los grandes, no hace nada por igualarlos.

En la filosofía de los griegos, la mediocridad no era del todo negativa, pues la planteaban así, entre la cobardía y la temeridad, se encuentra la valentía. Entonces debemos entender que en el deporte profesional, el dinero es indispensable y, los equipos poderosos que han encontrado en una empresa importante, el apoyo necesario para estrablecer un negocio, porque eso es el profesionalismo, un negocio, no son culpables de nada, y, todos los que envidien estas condiciones, está manifestando su mediocridad.

El Athletic cuenta en su haber con 8 Campeonatos de Liga, 24 Campeonatos de Copa, dos Súper Copas, una Copa Eva Duarte, y una pequeña Copa Mundial de Clubes. Ese equipo vasco, que navega normalmente a media tabla, no necesariamente es mediocre, porque al sostener su tradicional regionalismo sin tener obligación para hacerlo, se prepara para hacerle la vida pesada a sus gigantes antagonistas, contando con una cantera que abastece a la selección española, en mayor número incluso que el Madrid y el Barcelona.

La envidia más persistente se da cuando lo que se envidia, son las capacidades y recursos que posee el envidiado. Un buen jugador en un equipo, causa envidia, pero 22 jugadores buenos en un mismo equipo, provoca la envidia de los demás equipos. Todos los seres humanos sin excepción tenemos incubado el germen de la envidia, misma que otras personas no se desarrolla, gracias a que esas personas se propusieron como meta fundamental de sus vidas el ser rectas y honorables.

Hasta pronto amigo.