/ jueves 28 de noviembre de 2019

El significado de las generaciones

Sociológicamente una generación no está formada necesariamente por hombres de la misma edad. El presidente Juárez y Porfirio Díaz, toda la proporción guardada, fueron preclaros símbolos de "La Generación de la Reforma". Siendo el presidente Juárez veinticuatro años mayor que Porfirio. Un ejemplo más: Ernest Hemingway y Siqueiros pertenecen a la generación que luchó contra el falangismo durante la Guerra Civil Española, y "el Coronelazo", sobrenombre con el que era conocido Siqueiros, era menor que el Premio Nobel de Literatura, autor entre otras obras inmortales que se llevaron al cinematógrafo "Por quién doblan las campanas" y "El viejo y el mar".

El tiempo ha demostrado que no es el hombre quien decide per se, si existe o no una generación; son los acontecimientos y las circunstancias históricas a la hora de transformar socialmente una época lo que determina si se gesta o no una generación que relate a la posteridad el momento de transición que la sociedad vivió.

Eso sí, el integrante de una generación histórica lleva implícito en su ser el deber, por cierto indeclinable, de vivir al nivel de los acontecimientos que transformaron su tiempo.

Fíjese usted qué triste hubiera sido si los integrantes de la legendaria Generación del "29", formada al calor de la lucha electoral que José Vasconcelos presentó en la búsqueda de un mejor destino para México contra los caudillos militares (que precisamente por ser eso, se consideraban la patria misma) si ya viejos, en los tiempos modernos, hubieran doblado la cerviz y enajenan su pensamiento que los identificó como la generación universitaria más culta, valiente e independiente del México revolucionario.

Don Alejandro Gómez Arias con más de 80 años, líder estudiantil del "29", todas las semanas en la revista "Siempre" mientras vivió, opinó sobre los tráfagos de la República con criterio independiente, lejos de los politicastros que endulzan el oído a los poderosos en lugar de recordarles que son humanos. Se supo mejor que ellos, por eso fue sabio y respetable.

Cronológicamente una generación está comprendida por un espacio de aproximadamente 25 años; siendo así, y apoyados en el razonamiento escrito al principio de estas letras, es factible que en esos cinco lustros se dé la actuación de varias generaciones de hombres brillantes.

Aunque puede suceder que no se forme una sola generación de personas como las del "29" en México y la Guerra Civil en España, a veces las generaciones no están a la altura de las circunstancias, ni responden al reclamo de su tiempo, es entonces cuando se perfeccionan en detrimento de la voluntad popular las dictaduras y las plutocracias que se apoderan de toda la riqueza de una nación dejando en completo estado de indefensión a sus habitantes.

En provincia a una generación se le identifica más cuando sus miembros viven al ritmo de un mismo parámetro social, brindando pleitesías a las costumbres, a los valores y a la moral ciudadana, entendidas estas como un concepto de solidaridad con los que conforman el concepto de ciudad en su esencia fundamentalmente humana e institucional. De esa forma es como esta importante ciudad que es Tampico -a pesar de los pesares- se ha ido construyendo y reconstruyendo cuando alguien o algunos pretenden destruir lo que hemos construido todos. Tampico es una ciudad poderosa y portentosa, generosa con sus hijos y con los que deciden radicar y trabajar para siempre en esta tierra tan admirable porque a cambio de poco nos entrega todo.

La gente que forma la sociedad de la provincia como es esta queridísima ciudad nuestra está regida en su medio por la educación en su concepto más constructivo: el arraigo y la tradición del amor a su tierra. Podemos afirmar que el perfil principal de los tampiqueños es el respeto y el amor a su ciudad, los esfuerzos de los lugareños han sido siempre, con las excepciones del caso, dirigidos a engrandecer y proyectar orgullosamente el lugar que los vio nacer.

En esta tesitura y acorde con lo que en un principio planteamos que una generación ocupa un lapso de 25 años y que en este instante de tiempo pueden actuar hombres de diferentes edades, pero que pertenecen a la misma generación que lucha o se esfuerza por conquistar un ideal en defensa de todos los demás que conforman la ciudad y el tiempo en que viven. Tenemos un ejemplo palpable en esta zona conurbada que conforma Tampico Miramar y Madero, que son esencialmente las dos ciudades hermanas que han logrado trascender favorablemente en el gusto y la preferencia para vacacionar por ejemplo en esta próxima Semana Santa por la mayoría de los turistas que nos visitan de las diferentes partes de nuestra república.

Correo:

notario177@msn.com

Sociológicamente una generación no está formada necesariamente por hombres de la misma edad. El presidente Juárez y Porfirio Díaz, toda la proporción guardada, fueron preclaros símbolos de "La Generación de la Reforma". Siendo el presidente Juárez veinticuatro años mayor que Porfirio. Un ejemplo más: Ernest Hemingway y Siqueiros pertenecen a la generación que luchó contra el falangismo durante la Guerra Civil Española, y "el Coronelazo", sobrenombre con el que era conocido Siqueiros, era menor que el Premio Nobel de Literatura, autor entre otras obras inmortales que se llevaron al cinematógrafo "Por quién doblan las campanas" y "El viejo y el mar".

El tiempo ha demostrado que no es el hombre quien decide per se, si existe o no una generación; son los acontecimientos y las circunstancias históricas a la hora de transformar socialmente una época lo que determina si se gesta o no una generación que relate a la posteridad el momento de transición que la sociedad vivió.

Eso sí, el integrante de una generación histórica lleva implícito en su ser el deber, por cierto indeclinable, de vivir al nivel de los acontecimientos que transformaron su tiempo.

Fíjese usted qué triste hubiera sido si los integrantes de la legendaria Generación del "29", formada al calor de la lucha electoral que José Vasconcelos presentó en la búsqueda de un mejor destino para México contra los caudillos militares (que precisamente por ser eso, se consideraban la patria misma) si ya viejos, en los tiempos modernos, hubieran doblado la cerviz y enajenan su pensamiento que los identificó como la generación universitaria más culta, valiente e independiente del México revolucionario.

Don Alejandro Gómez Arias con más de 80 años, líder estudiantil del "29", todas las semanas en la revista "Siempre" mientras vivió, opinó sobre los tráfagos de la República con criterio independiente, lejos de los politicastros que endulzan el oído a los poderosos en lugar de recordarles que son humanos. Se supo mejor que ellos, por eso fue sabio y respetable.

Cronológicamente una generación está comprendida por un espacio de aproximadamente 25 años; siendo así, y apoyados en el razonamiento escrito al principio de estas letras, es factible que en esos cinco lustros se dé la actuación de varias generaciones de hombres brillantes.

Aunque puede suceder que no se forme una sola generación de personas como las del "29" en México y la Guerra Civil en España, a veces las generaciones no están a la altura de las circunstancias, ni responden al reclamo de su tiempo, es entonces cuando se perfeccionan en detrimento de la voluntad popular las dictaduras y las plutocracias que se apoderan de toda la riqueza de una nación dejando en completo estado de indefensión a sus habitantes.

En provincia a una generación se le identifica más cuando sus miembros viven al ritmo de un mismo parámetro social, brindando pleitesías a las costumbres, a los valores y a la moral ciudadana, entendidas estas como un concepto de solidaridad con los que conforman el concepto de ciudad en su esencia fundamentalmente humana e institucional. De esa forma es como esta importante ciudad que es Tampico -a pesar de los pesares- se ha ido construyendo y reconstruyendo cuando alguien o algunos pretenden destruir lo que hemos construido todos. Tampico es una ciudad poderosa y portentosa, generosa con sus hijos y con los que deciden radicar y trabajar para siempre en esta tierra tan admirable porque a cambio de poco nos entrega todo.

La gente que forma la sociedad de la provincia como es esta queridísima ciudad nuestra está regida en su medio por la educación en su concepto más constructivo: el arraigo y la tradición del amor a su tierra. Podemos afirmar que el perfil principal de los tampiqueños es el respeto y el amor a su ciudad, los esfuerzos de los lugareños han sido siempre, con las excepciones del caso, dirigidos a engrandecer y proyectar orgullosamente el lugar que los vio nacer.

En esta tesitura y acorde con lo que en un principio planteamos que una generación ocupa un lapso de 25 años y que en este instante de tiempo pueden actuar hombres de diferentes edades, pero que pertenecen a la misma generación que lucha o se esfuerza por conquistar un ideal en defensa de todos los demás que conforman la ciudad y el tiempo en que viven. Tenemos un ejemplo palpable en esta zona conurbada que conforma Tampico Miramar y Madero, que son esencialmente las dos ciudades hermanas que han logrado trascender favorablemente en el gusto y la preferencia para vacacionar por ejemplo en esta próxima Semana Santa por la mayoría de los turistas que nos visitan de las diferentes partes de nuestra república.

Correo:

notario177@msn.com