/ domingo 19 de septiembre de 2021

El universo de Maxwell | Alejandra Bravo

María Alejandra Bravo de la Parra nació un 29 de abril en la Ciudad de México. Su padre, contador de profesión y una persona muy exigente, era originario de Puebla, mientras que su madre era de Durango. Se conocieron en la Capital mexicana donde se casaron y tuvieron ocho hijos –dos hombres y seis mujeres–, entre los cuales Alejandra fue la sexta.

Considera, sin ninguna duda, que creció en una familia unida y tuvo una infancia muy feliz; disfrutó de los espacios al aire libre, en los que podía jugar y andar en bicicleta. Sus hermanas mayores tuvieron una gran influencia en ella, ya que además de cuidarla, le ayudaban en sus estudios. Destacó desde muy pequeña en la escuela, cumplía con sus obligaciones para tener tiempo libre y acudir a la biblioteca a leer cuentos y libros sobre ciencia. Le gustaba mucho asistir a la primaria, y a los cinco años descubrió que quería ser doctora en medicina.

ESTUDIOS BÁSICOS

Cursó la Secundaria en una institución pública, mientras la inquietud de estudiar una carrera profesional continuaba en su interior. Sin embargo, su padre quería que abandonara la escuela y estudiara para secretaria, como lo habían hecho sus hermanas mayores. El parteaguas en su vida académica ocurre cuando una de ellas intercede a su favor y le pide a su papá que le permita continuar con sus estudios, y ya el tiempo dirá si tenía razón. Cabe comentar que, a partir de que Alejandra decide estudiar la universidad, sus dos hermanas menores siguieron su ejemplo y cursaron también una carrera.

ESTUDIOS SUPERIORES

Aunque estudió la Secundaria en una escuela pública, consideró que debía prepararse muy bien para poder entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que estudia la preparatoria en una excelente institución privada. En sus años en esta escuela, influenciada por sus profesores de Química y Biología –a quienes recuerda con especial admiración y cariño–, descubre que su pasión era la bioquímica.

En el año de 1985 finalizó sus estudios de licenciatura en investigación biomédica básica. Posteriormente, tras una serie de pruebas, fue aceptada para ingresar directamente al doctorado en investigación biomédica básica en el Centro de Investigación sobre Fijación de Nitrógeno de la UNAM, donde obtuvo el grado en 1989.

En sus estudios doctorales trabaja bajo la dirección del Dr. Jaime Mora; él le transmite su pasión por la ciencia, y lo considera la persona que más influyó en su formación como investigadora. Al finalizar, el Dr. Rodolfo Quintero la invitó a integrarse a su grupo de trabajo en el Instituto de Biotecnología de la UNAM.

APORTACIONES

Las aportaciones de la Dra. Alejandra Bravo se han centrado en los estudios de las toxinas producidas por las bacterias Bt y su aplicación para aniquilar ciertos tipos de insectos. Con la finalidad de poder iniciar una investigación de frontera en este tema ha salido del país para realizar estancias en Bélgica, Francia, Brasil, China y Estados Unidos.

Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III. Ha tenido una participación muy activa en la docencia y la formación de recursos humanos, ya que ha impartido una gran cantidad de cursos a nivel maestría y doctorado. Ha dirigido tesis de licenciatura y posgrado. Además, la Dra. Bravo ha publicado más de 141 artículos en revistas de circulación internacional de alto impacto, 29 capítulos de libro por invitación y 19 artículos de difusión de la ciencia. Ha editado 3 libros y recibido más de 8 mil citas.

MACHISMO Y FEMINISMO

Considera que vivimos en un mundo de hombres, lo cual es inevitable. Sin embargo, en sus estudios siempre se sintió cobijada por sus profesores, personas íntegras, así que jamás sintió discriminación o menosprecio por ser mujer. En su trabajo en el mundo académico y de investigación no ha padecido el machismo, pero sí en otros ambientes.

Se considera feminista, y apoya abiertamente a las mujeres, ya que considera que son igual de capaces que los hombres. Siente predilección por sus alumnas, a quienes apoya y se involucra en varios aspectos de sus vidas. Confiesa que siente mucho coraje cuando alguna de ellas piensa dejar sus estudios o su trabajo debido a una relación tóxica con su pareja. Hay que aclarar que también reconoce la capacidad de sus estudiantes varones, con quienes siempre ha mantenido una excelente relación.

CIENCIA EN MÉXICO

Piensa que el apoyo a la ciencia en México es bajo y actualmente se vive en una crisis en la comunidad científica, ya que el porcentaje de proyectos aprobados por el Conacyt disminuye cada año. Piensa que los laboratorios en nuestro país tienen el mismo nivel que los de cualquier país desarrollado, pero el problema es el número de ellos que existen.

VIDA PERSONAL

Cree en Dios y es católica. Considera que su trabajo científico la va a sobrevivir y le gustaría ser recordada por ello. En su infancia practicó gimnasia olímpica y basquetbol. Posteriormente, se apasionó con el tenis y le encantaba correr, actividades que tuvo que abandonar debido a una lesión en la espalda. En la actualidad practica yoga y bicicleta. No ve deportes por televisión, aunque debido a la pasión que su esposo siente por el futbol se mantiene muy enterada de lo que acontece en ese mundo.

Le gusta coser y tejer (a sus hijos les confeccionaba ropa). Debido a sus viajes a China en los últimos años, se ha iniciado en el aprendizaje de su idioma, el cual espera dominar pronto, tal como lo hizo con el inglés, francés y portugués. Le encanta leer antes de dormir, sus autores favoritos son Gabriel García Márquez, Albert Camus y Milan Kundera. Se encuentra felizmente casada y tiene dos hijos: Pablo y Emilio.

RECONOCIMIENTOS

La Dra. Alejandra ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales. Entre ellos destacan el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias 1998, el Premio Universidad Nacional para jóvenes académicos 2000, el Premio AgroBio México 2003. Recibió un reconocimiento de la Revista Quo y de Discovery Channel en 2010, y de la revista Mujer Ejecutiva en 2011. En el ámbito internacional recibió el premio Mujeres en la Ciencia L’Oreal UNESCO 2010. Sin embargo, el principal reconocimiento por el que se esfuerza actualmente es el Premio Nobel.

MENSAJE

A los jóvenes les pide que se entreguen a lo que les gusta, les dice que nada es gratis ni fácil en la vida, todo depende del esfuerzo para obtener lo que desean. Nadie les va a regalar nada, pero si se esfuerzan, pueden llegar a ser lo que soñaban e incluso mucho más.

La Dra. Alejandra Bravo labora actualmente en el Instituto de Biotecnología de la UNAM, en Cuernavaca, Morelos. Dejemos aquí el reconocimiento para esta científica mexicana, quien ha realizado grandes contribuciones en el campo de la bioquímica a nivel mundial. Todo a partir de una infancia en la que se pasaba horas en la biblioteca atrapada en los libros y con el sueño de ser doctora.

rechavarrias@upv.edu.mx

María Alejandra Bravo de la Parra nació un 29 de abril en la Ciudad de México. Su padre, contador de profesión y una persona muy exigente, era originario de Puebla, mientras que su madre era de Durango. Se conocieron en la Capital mexicana donde se casaron y tuvieron ocho hijos –dos hombres y seis mujeres–, entre los cuales Alejandra fue la sexta.

Considera, sin ninguna duda, que creció en una familia unida y tuvo una infancia muy feliz; disfrutó de los espacios al aire libre, en los que podía jugar y andar en bicicleta. Sus hermanas mayores tuvieron una gran influencia en ella, ya que además de cuidarla, le ayudaban en sus estudios. Destacó desde muy pequeña en la escuela, cumplía con sus obligaciones para tener tiempo libre y acudir a la biblioteca a leer cuentos y libros sobre ciencia. Le gustaba mucho asistir a la primaria, y a los cinco años descubrió que quería ser doctora en medicina.

ESTUDIOS BÁSICOS

Cursó la Secundaria en una institución pública, mientras la inquietud de estudiar una carrera profesional continuaba en su interior. Sin embargo, su padre quería que abandonara la escuela y estudiara para secretaria, como lo habían hecho sus hermanas mayores. El parteaguas en su vida académica ocurre cuando una de ellas intercede a su favor y le pide a su papá que le permita continuar con sus estudios, y ya el tiempo dirá si tenía razón. Cabe comentar que, a partir de que Alejandra decide estudiar la universidad, sus dos hermanas menores siguieron su ejemplo y cursaron también una carrera.

ESTUDIOS SUPERIORES

Aunque estudió la Secundaria en una escuela pública, consideró que debía prepararse muy bien para poder entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que estudia la preparatoria en una excelente institución privada. En sus años en esta escuela, influenciada por sus profesores de Química y Biología –a quienes recuerda con especial admiración y cariño–, descubre que su pasión era la bioquímica.

En el año de 1985 finalizó sus estudios de licenciatura en investigación biomédica básica. Posteriormente, tras una serie de pruebas, fue aceptada para ingresar directamente al doctorado en investigación biomédica básica en el Centro de Investigación sobre Fijación de Nitrógeno de la UNAM, donde obtuvo el grado en 1989.

En sus estudios doctorales trabaja bajo la dirección del Dr. Jaime Mora; él le transmite su pasión por la ciencia, y lo considera la persona que más influyó en su formación como investigadora. Al finalizar, el Dr. Rodolfo Quintero la invitó a integrarse a su grupo de trabajo en el Instituto de Biotecnología de la UNAM.

APORTACIONES

Las aportaciones de la Dra. Alejandra Bravo se han centrado en los estudios de las toxinas producidas por las bacterias Bt y su aplicación para aniquilar ciertos tipos de insectos. Con la finalidad de poder iniciar una investigación de frontera en este tema ha salido del país para realizar estancias en Bélgica, Francia, Brasil, China y Estados Unidos.

Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III. Ha tenido una participación muy activa en la docencia y la formación de recursos humanos, ya que ha impartido una gran cantidad de cursos a nivel maestría y doctorado. Ha dirigido tesis de licenciatura y posgrado. Además, la Dra. Bravo ha publicado más de 141 artículos en revistas de circulación internacional de alto impacto, 29 capítulos de libro por invitación y 19 artículos de difusión de la ciencia. Ha editado 3 libros y recibido más de 8 mil citas.

MACHISMO Y FEMINISMO

Considera que vivimos en un mundo de hombres, lo cual es inevitable. Sin embargo, en sus estudios siempre se sintió cobijada por sus profesores, personas íntegras, así que jamás sintió discriminación o menosprecio por ser mujer. En su trabajo en el mundo académico y de investigación no ha padecido el machismo, pero sí en otros ambientes.

Se considera feminista, y apoya abiertamente a las mujeres, ya que considera que son igual de capaces que los hombres. Siente predilección por sus alumnas, a quienes apoya y se involucra en varios aspectos de sus vidas. Confiesa que siente mucho coraje cuando alguna de ellas piensa dejar sus estudios o su trabajo debido a una relación tóxica con su pareja. Hay que aclarar que también reconoce la capacidad de sus estudiantes varones, con quienes siempre ha mantenido una excelente relación.

CIENCIA EN MÉXICO

Piensa que el apoyo a la ciencia en México es bajo y actualmente se vive en una crisis en la comunidad científica, ya que el porcentaje de proyectos aprobados por el Conacyt disminuye cada año. Piensa que los laboratorios en nuestro país tienen el mismo nivel que los de cualquier país desarrollado, pero el problema es el número de ellos que existen.

VIDA PERSONAL

Cree en Dios y es católica. Considera que su trabajo científico la va a sobrevivir y le gustaría ser recordada por ello. En su infancia practicó gimnasia olímpica y basquetbol. Posteriormente, se apasionó con el tenis y le encantaba correr, actividades que tuvo que abandonar debido a una lesión en la espalda. En la actualidad practica yoga y bicicleta. No ve deportes por televisión, aunque debido a la pasión que su esposo siente por el futbol se mantiene muy enterada de lo que acontece en ese mundo.

Le gusta coser y tejer (a sus hijos les confeccionaba ropa). Debido a sus viajes a China en los últimos años, se ha iniciado en el aprendizaje de su idioma, el cual espera dominar pronto, tal como lo hizo con el inglés, francés y portugués. Le encanta leer antes de dormir, sus autores favoritos son Gabriel García Márquez, Albert Camus y Milan Kundera. Se encuentra felizmente casada y tiene dos hijos: Pablo y Emilio.

RECONOCIMIENTOS

La Dra. Alejandra ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales. Entre ellos destacan el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias 1998, el Premio Universidad Nacional para jóvenes académicos 2000, el Premio AgroBio México 2003. Recibió un reconocimiento de la Revista Quo y de Discovery Channel en 2010, y de la revista Mujer Ejecutiva en 2011. En el ámbito internacional recibió el premio Mujeres en la Ciencia L’Oreal UNESCO 2010. Sin embargo, el principal reconocimiento por el que se esfuerza actualmente es el Premio Nobel.

MENSAJE

A los jóvenes les pide que se entreguen a lo que les gusta, les dice que nada es gratis ni fácil en la vida, todo depende del esfuerzo para obtener lo que desean. Nadie les va a regalar nada, pero si se esfuerzan, pueden llegar a ser lo que soñaban e incluso mucho más.

La Dra. Alejandra Bravo labora actualmente en el Instituto de Biotecnología de la UNAM, en Cuernavaca, Morelos. Dejemos aquí el reconocimiento para esta científica mexicana, quien ha realizado grandes contribuciones en el campo de la bioquímica a nivel mundial. Todo a partir de una infancia en la que se pasaba horas en la biblioteca atrapada en los libros y con el sueño de ser doctora.

rechavarrias@upv.edu.mx