/ domingo 25 de julio de 2021

El universo de Maxwell | Evariste Galois

Evariste Galois nació el 25 de octubre de 1811, en Bourg-la-Reine, un pueblo ubicado a unos cuantos kilómetros de París. Hijo de Nicolas-Gabriel Galois y Adelaide-Marie Demante, quienes eran dueños de un colegio para jóvenes. El Imperio de Napoleón –de quien era ferviente seguidor el señor Nicolas– llegaba a su punto más alto, y los centros laicos de enseñanza vivían una época de esplendor, debido principalmente a que con la Revolución francesa se había destruido la estructura educativa tradicional, controlada por la Iglesia católica.

El padre de Evariste era trece mayor que su madre (algo común en los matrimonios de la época). El matrimonio tuvo tres hijos: una mujer –la mayor– de nombre Nathalie-Theodore, y dos varones, Evariste y Alfred. Ninguno de los niños asistió a una escuela en sus primeros años, ya que fueron educados por su madre.

ESTUDIOS BÁSICOS

Evariste inició su educación formal en el Liceo Louis-le-Grand hasta la edad de doce años. La escuela tenía un prestigio forjado en varios siglos de existencia, por sus aulas habían pasado alumnos de la talla de Voltaire y Moliere. Los niños debían ingresar a los diez años y su preparación tomaba seis más. Debido a que ingresó dos ciclos tarde, y de que seguramente traía una buena preparación de casa, pasó directo al tercer grado.

El ambiente y la disciplina de las escuelas de la época eran muy diferentes a las actuales. La jornada para los alumnos internos iniciaba a las cinco y media de la mañana, debían rezar las oraciones en grupo, e inmediatamente después desayunar pan y agua en sus habitaciones frías y húmedas. Posteriormente, tomaban clases en aulas mal iluminadas, sin bancos, por lo que se sentaban en gradas y apoyaban sus cuadernos en las rodillas.

Cabe aclarar que debían atender las clases en absoluto silencio, solo podían conversar entre ellos a la hora del recreo, pero sin jugar, gritar o correr. La disciplina era casi militar, a los infractores se les enviaba a celdas de castigo durante varios días, con una jarra de agua como único alimento.

A pesar de ingresar tarde al Liceo, pronto empezó a destacar entre sus compañeros, y obtuvo varias menciones honoríficas. En esos años comienza a asomar su carácter rebelde; era un buen alumno, pero únicamente en las materias que le interesaban, y respecto al trato a sus compañeros y profesores, iba del amor al odio, sin términos medios.

El despertar matemático de Galois sucedió con la lectura de la obra “Elementos de de geometría”, utilizado como libro de texto, y cuyo autor era el gran matemático francés Adrien-Marie Legendre. Se dice que lo leyó en dos días, absorto, como si se tratara de una novela que lo cautivara por completo. Como sucede siempre con esta pasión, la lectura le permitía evadirse de la realidad y trasladarse a otro espacio, en este caso pleno de matemáticas.

Sin embargo, su dedicación por completo a la lectura de las obras de los grandes matemáticos como Legendre, Cauchy, Lagrange y Gauss, lo hizo desatender aún más las otras materias y agudizar su conflicto con los profesores, ya que no seguía los métodos tradicionales de estudio. Por lo tanto, decidió intentar ingresar a la institución educativa más importante de Francia: la Escuela Politécnica.

ESTUDIOS SUPERIORES

Presentó el examen en junio de 1828, pero no aprobó, por lo que decidió regresar al Liceo para estudiar matemáticas por un año más. En esta ocasión tuvo la suerte de tener un profesor, Louis Richard, que sí pudo ver y entender su extraordinaria capacidad. Anotó en sus memorias del curso “Este alumno tiene una destacada superioridad sobre todos sus compañeros”.

En conjunto con su profesor publica su primer artículo, “Demostración de un teorema relativo a fracciones continuas periódicas”, en la revista Annales de Mathématiques, en el número de marzo de 1829 –antes de cumplir dieciocho años–. En julio de ese año presentó por segunda ocasión (y última permitida) el examen de ingreso a la Politécnica. Sin embargo, la personalidad rebelde y en contra del sistema ya se encontraba plenamente arraigada en Galois.

En el examen se le pidió que explicara la teoría de los logaritmos, además de otras preguntas elementales. A Galois le parecieron tan sencillas que pensó que se estaban burlando de él, por lo que comenzó a confrontar al jurado y terminó arrojando el borrador a uno de sus miembros. Está de más decir que con esto terminaron sus intentos de estudiar en la Escuela Politécnica.

Además de su interés por las matemáticas, necesitaba contar con una profesión para mantenerse, por lo que decidió ingresar a la Escuela Normal para ser profesor de secundaria. Esto no le agradaba demasiado, ya que además de que el nivel educativo era menor que el de la Politécnica, aquella era una institución profundamente conservadora.

Galois fue aceptado e ingresó en febrero de 1830. Durante su paso por la Normal desarrolló sus principales teorías matemáticas. Sin embargo, aumentó su participación en mítines, movimientos y protestas en contra del Gobierno, por lo que terminó siendo expulsado en enero de 1831.

VIDA PERSONAL

La personalidad de Galois era de tipo rebelde, contrario al orden establecido tanto de enseñanza como social. Sus tendencias políticas (antecesoras del socialismo) buscaban la eliminación de la propiedad privada para acabar con las clases sociales. Su padre, quien profesaba las mismas ideas, había sido alcalde de Bourg-la-Reine, pero debido a presiones externas renunció. Sus problemas se agravaron por un escándalo inventado por sus enemigos, por lo que terminó suicidándose.

En el plano sentimental, sostuvo una breve relación –que muy probablemente ocasionó su muerte prematura– con Stéphanie Poterin, hija de un médico que lo atendió en cierta ocasión que cumplió uno de sus varios arrestos. Sin embargo, al poco tiempo ella terminó el noviazgo, lo que agudizó el espíritu depresivo de Galois.

APORTACIONES

Las principales contribuciones de Galois se desarrollaron en el campo de la resolución de ecuaciones, para lo cual creó la teoría de grupos. Lamentablemente, sus artículos enviados a las principales instituciones científicas no fueron entendidos, o de plano, ni siquiera evaluados. En una ocasión Fourier se llevó el material a su casa, pero falleció poco después; en otra oportunidad Cauchy simplemente los tuvo bajo su resguardo y nunca los regresó.

MUERTE

El 30 de mayo de 1832 sostuvo un duelo con un oficial del ejército, al parecer. Fue herido de gravedad en el abdomen por una de las dos pistolas utilizadas, de las cuales sólo una estaba cargada. Existen varias teorías respecto al motivo de la confrontación, pero si nos atenemos al principio de la policía francesa ante un asesinato, “Cherchez la femme” (busca a la mujer), la causa pudo ser su efímera novia, y el contrincante su prometido. Evariste Galois falleció de peritonitis aguda al día siguiente. Sus últimas palabras fueron para su hermano: “No llores, me hace falta todo el ánimo para morir a los veinte años”.

LEGADO

Las teorías de Galois comenzaron a entenderse años después de su muerte, y han influido en muchas ramas de las matemáticas y de la física. Incluso hoy, algunos sistemas de encriptado de los teléfonos celulares y el Gran Colisionador de Hadrones del CERN, por ejemplo, fueron diseñados a partir de sus ideas. Dejemos el reconocimiento para este matemático, quien a pesar de su corta vida, dejó un legado que perdura hasta nuestros días.

Evariste Galois nació el 25 de octubre de 1811, en Bourg-la-Reine, un pueblo ubicado a unos cuantos kilómetros de París. Hijo de Nicolas-Gabriel Galois y Adelaide-Marie Demante, quienes eran dueños de un colegio para jóvenes. El Imperio de Napoleón –de quien era ferviente seguidor el señor Nicolas– llegaba a su punto más alto, y los centros laicos de enseñanza vivían una época de esplendor, debido principalmente a que con la Revolución francesa se había destruido la estructura educativa tradicional, controlada por la Iglesia católica.

El padre de Evariste era trece mayor que su madre (algo común en los matrimonios de la época). El matrimonio tuvo tres hijos: una mujer –la mayor– de nombre Nathalie-Theodore, y dos varones, Evariste y Alfred. Ninguno de los niños asistió a una escuela en sus primeros años, ya que fueron educados por su madre.

ESTUDIOS BÁSICOS

Evariste inició su educación formal en el Liceo Louis-le-Grand hasta la edad de doce años. La escuela tenía un prestigio forjado en varios siglos de existencia, por sus aulas habían pasado alumnos de la talla de Voltaire y Moliere. Los niños debían ingresar a los diez años y su preparación tomaba seis más. Debido a que ingresó dos ciclos tarde, y de que seguramente traía una buena preparación de casa, pasó directo al tercer grado.

El ambiente y la disciplina de las escuelas de la época eran muy diferentes a las actuales. La jornada para los alumnos internos iniciaba a las cinco y media de la mañana, debían rezar las oraciones en grupo, e inmediatamente después desayunar pan y agua en sus habitaciones frías y húmedas. Posteriormente, tomaban clases en aulas mal iluminadas, sin bancos, por lo que se sentaban en gradas y apoyaban sus cuadernos en las rodillas.

Cabe aclarar que debían atender las clases en absoluto silencio, solo podían conversar entre ellos a la hora del recreo, pero sin jugar, gritar o correr. La disciplina era casi militar, a los infractores se les enviaba a celdas de castigo durante varios días, con una jarra de agua como único alimento.

A pesar de ingresar tarde al Liceo, pronto empezó a destacar entre sus compañeros, y obtuvo varias menciones honoríficas. En esos años comienza a asomar su carácter rebelde; era un buen alumno, pero únicamente en las materias que le interesaban, y respecto al trato a sus compañeros y profesores, iba del amor al odio, sin términos medios.

El despertar matemático de Galois sucedió con la lectura de la obra “Elementos de de geometría”, utilizado como libro de texto, y cuyo autor era el gran matemático francés Adrien-Marie Legendre. Se dice que lo leyó en dos días, absorto, como si se tratara de una novela que lo cautivara por completo. Como sucede siempre con esta pasión, la lectura le permitía evadirse de la realidad y trasladarse a otro espacio, en este caso pleno de matemáticas.

Sin embargo, su dedicación por completo a la lectura de las obras de los grandes matemáticos como Legendre, Cauchy, Lagrange y Gauss, lo hizo desatender aún más las otras materias y agudizar su conflicto con los profesores, ya que no seguía los métodos tradicionales de estudio. Por lo tanto, decidió intentar ingresar a la institución educativa más importante de Francia: la Escuela Politécnica.

ESTUDIOS SUPERIORES

Presentó el examen en junio de 1828, pero no aprobó, por lo que decidió regresar al Liceo para estudiar matemáticas por un año más. En esta ocasión tuvo la suerte de tener un profesor, Louis Richard, que sí pudo ver y entender su extraordinaria capacidad. Anotó en sus memorias del curso “Este alumno tiene una destacada superioridad sobre todos sus compañeros”.

En conjunto con su profesor publica su primer artículo, “Demostración de un teorema relativo a fracciones continuas periódicas”, en la revista Annales de Mathématiques, en el número de marzo de 1829 –antes de cumplir dieciocho años–. En julio de ese año presentó por segunda ocasión (y última permitida) el examen de ingreso a la Politécnica. Sin embargo, la personalidad rebelde y en contra del sistema ya se encontraba plenamente arraigada en Galois.

En el examen se le pidió que explicara la teoría de los logaritmos, además de otras preguntas elementales. A Galois le parecieron tan sencillas que pensó que se estaban burlando de él, por lo que comenzó a confrontar al jurado y terminó arrojando el borrador a uno de sus miembros. Está de más decir que con esto terminaron sus intentos de estudiar en la Escuela Politécnica.

Además de su interés por las matemáticas, necesitaba contar con una profesión para mantenerse, por lo que decidió ingresar a la Escuela Normal para ser profesor de secundaria. Esto no le agradaba demasiado, ya que además de que el nivel educativo era menor que el de la Politécnica, aquella era una institución profundamente conservadora.

Galois fue aceptado e ingresó en febrero de 1830. Durante su paso por la Normal desarrolló sus principales teorías matemáticas. Sin embargo, aumentó su participación en mítines, movimientos y protestas en contra del Gobierno, por lo que terminó siendo expulsado en enero de 1831.

VIDA PERSONAL

La personalidad de Galois era de tipo rebelde, contrario al orden establecido tanto de enseñanza como social. Sus tendencias políticas (antecesoras del socialismo) buscaban la eliminación de la propiedad privada para acabar con las clases sociales. Su padre, quien profesaba las mismas ideas, había sido alcalde de Bourg-la-Reine, pero debido a presiones externas renunció. Sus problemas se agravaron por un escándalo inventado por sus enemigos, por lo que terminó suicidándose.

En el plano sentimental, sostuvo una breve relación –que muy probablemente ocasionó su muerte prematura– con Stéphanie Poterin, hija de un médico que lo atendió en cierta ocasión que cumplió uno de sus varios arrestos. Sin embargo, al poco tiempo ella terminó el noviazgo, lo que agudizó el espíritu depresivo de Galois.

APORTACIONES

Las principales contribuciones de Galois se desarrollaron en el campo de la resolución de ecuaciones, para lo cual creó la teoría de grupos. Lamentablemente, sus artículos enviados a las principales instituciones científicas no fueron entendidos, o de plano, ni siquiera evaluados. En una ocasión Fourier se llevó el material a su casa, pero falleció poco después; en otra oportunidad Cauchy simplemente los tuvo bajo su resguardo y nunca los regresó.

MUERTE

El 30 de mayo de 1832 sostuvo un duelo con un oficial del ejército, al parecer. Fue herido de gravedad en el abdomen por una de las dos pistolas utilizadas, de las cuales sólo una estaba cargada. Existen varias teorías respecto al motivo de la confrontación, pero si nos atenemos al principio de la policía francesa ante un asesinato, “Cherchez la femme” (busca a la mujer), la causa pudo ser su efímera novia, y el contrincante su prometido. Evariste Galois falleció de peritonitis aguda al día siguiente. Sus últimas palabras fueron para su hermano: “No llores, me hace falta todo el ánimo para morir a los veinte años”.

LEGADO

Las teorías de Galois comenzaron a entenderse años después de su muerte, y han influido en muchas ramas de las matemáticas y de la física. Incluso hoy, algunos sistemas de encriptado de los teléfonos celulares y el Gran Colisionador de Hadrones del CERN, por ejemplo, fueron diseñados a partir de sus ideas. Dejemos el reconocimiento para este matemático, quien a pesar de su corta vida, dejó un legado que perdura hasta nuestros días.