/ domingo 8 de marzo de 2020

El universo de Maxwell | La primera científica

Durante siglos la mujer fue discriminada de cualquier actividad científica, quizás el caso más emblemático, debido a la época en que vivió y la forma cómo murió, es el que trataremos en esta ocasión.

La vida intelectual de esta matemática alcanzó un gran realce en el Mundo antiguo, en los últimos años del Imperio romano, y su muerte marcó el final de la ciencia en esa época y el inicio del Oscurantismo.

ALEJANDRÍA

Alejandro Magno fundó la ciudad de Alejandría en el año 331 a.C., en la zona occidental del delta del Nilo. Fue construida a escala suntuosa, con el fin de que se convirtiera en el centro mundial del comercio, la cultura y el saber. Estaba adornada por grandes avenidas de treinta metros de ancho, junto con palacios y estatuas. Además, poseía un enorme faro que guiaba a los marineros del mundo antiguo.

La población de Alejandría era muy diversa: soldados macedonios, sacerdotes egipcios, aristócratas griegos, marineros fenicios, mercaderes judíos y visitantes de diversas naciones. Se puede decir que fue aquí donde inició la gran aventura intelectual del Hombre.

LA BIBLIOTECA

El general de Alejandro Magno, Tolomeo, fundó el Museo, una institución dedicada a la investigación y a la enseñanza. La maravilla principal del Museo de Alejandría era su biblioteca. Sus trabajadores se dedicaban a recopilar libros y documentos de todas las culturas del mundo conocido. Enviaban a sus agentes a otros países para adquirir colecciones de diversas bibliotecas. Todos los barcos que arribaban al puerto eran registrados, pero no en busca de contrabando, sino de libros. Cualquier rollo que se encontraba era decomisado para ser copiado y devuelto posteriormente.

Se estima que, en su época de esplendor, la Biblioteca de Alejandría llegó a albergar medio millón de rollos de papiro escritos a mano. Entre los sabios que estudiaron ahí se encuentran Erastótenes, que realizó la primera medición de la Tierra; el astrónomo Hiparco, que ordenó el mapa de las constelaciones; Euclides, que compiló todo el conocimiento sobre geometría; Dionisio de Tracia, que definió las partes del discurso; Herófilo, el médico que estableció que el cerebro es la sede de la inteligencia.

NIÑEZ

En los últimos años del Imperio romano, en la ciudad de Alejandría, y en medio de este ambiente de ciencia y cultura, nació Hipatia. Su padre, Teón, fue un ilustre matemático y, probablemente, el último director del Museo,

No se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento, pero diversos historiadores la ubican alrededor del 355 d.C. Teón tenía un espíritu muy liberal para la época, en particular en el tema de la educación de las mujeres, por lo que se encargó directamente de su preparación. Quería que su hija fuera “un ser humano perfecto”, por lo que se preocupó que cultivara no sólo su mente, sino también su cuerpo. A pesar de ser una mujer muy bella, Hipatia siempre rechazó casarse.

ESTUDIOS

Hipatia recibió educación en filosofía y matemáticas en el Museo, desarrollando sus extraordinarias aptitudes, y convirtiéndose en astrónoma, filósofa y matemática. Tuvo la oportunidad de viajar para conocer otras culturas y empaparse de sus conocimientos. Recibió cursos en Roma y Atenas; a su regreso a Alejandría se dedicó a impartir clases de matemáticas, filosofía, astronomía y mecánica. Su casa se convirtió en un centro del saber, en el que las personas, sin importar su origen, religión o raza, se reunían a aprender y a debatir sobre las grandes interrogantes del universo.

LEGADO

Todos los escritos de Hipatia se perdieron, sin embargo, existen numerosas referencias a sus trabajos. Su principal contribución fue en el álgebra, con la redacción de un comentario sobre la Aritmética de Diofanto, en el que presentaba otras soluciones y nuevos problemas. Redactó ocho libros sobre la Geometría de las Cónicas de Apolonio.

Hipatia también colaboró con su padre en la revisión y mejora de los Elementos de la Geometría de Euclides (que se emplea hasta nuestros días). Además, escribió un Canon de Astronomía y revisó las Tablas Astronómicas de Claudio Tolomeo. También se interesó por la mecánica y cuestiones prácticas: desarrolló varios instrumentos, como un astrolabio plano, un aparato para la destilación del agua, un hidroscopio y un hidrómetro.

EL FINAL

Hipatia se convirtió en una científica y filósofa muy reconocida. Sin embargo, era pagana y rechazó convertirse al cristianismo –en camino de convertirse en la religión oficial del Imperio romano–. Los cristianos de esa época rechazaban todo conocimiento que no proviniera de la Biblia, por lo que identificaban a la ciencia con el paganismo, que debía ser perseguido.

Fue una época difícil para todos aquellos que no renunciaran al paganismo y a los conocimientos adquiridos. Debido a que rechazó abandonar sus ideas, Hipatia fue acusada de conspiración contra Cirilo, el obispo de Alejandría –quien la acusó de bruja–. En el año 415 d. C. un grupo de fanáticos religiosos la interceptó cuando regresaba a su casa en un carruaje, fue golpeada brutalmente, la desnudaron y la violaron, para posteriormente pasear su cuerpo por la ciudad. Al final, fue asesinada y su cuerpo descuartizado.

A Hipatia se le considera una de las primeras víctimas del fanatismo religioso, es quizás la última sabia de la Antigüedad y su muerte significó el fin de una época de esplendor de las Artes y Ciencias, y el inicio del Oscurantismo, el cual duraría mil años, hasta la llegada del Renacimiento.

Hoy que celebramos el Día de la Mujer, recordemos a quien fue la primera científica y tomemos conciencia del largo y penoso camino que han tenido que recorrer las mujeres, en el cual han sufrido machismo, misoginia, maltrato, discriminación, violación y muerte. Esperemos que pronto se revierta la situación y toda esta historia de abusos sea solo un triste y doloroso recuerdo.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com

Durante siglos la mujer fue discriminada de cualquier actividad científica, quizás el caso más emblemático, debido a la época en que vivió y la forma cómo murió, es el que trataremos en esta ocasión.

La vida intelectual de esta matemática alcanzó un gran realce en el Mundo antiguo, en los últimos años del Imperio romano, y su muerte marcó el final de la ciencia en esa época y el inicio del Oscurantismo.

ALEJANDRÍA

Alejandro Magno fundó la ciudad de Alejandría en el año 331 a.C., en la zona occidental del delta del Nilo. Fue construida a escala suntuosa, con el fin de que se convirtiera en el centro mundial del comercio, la cultura y el saber. Estaba adornada por grandes avenidas de treinta metros de ancho, junto con palacios y estatuas. Además, poseía un enorme faro que guiaba a los marineros del mundo antiguo.

La población de Alejandría era muy diversa: soldados macedonios, sacerdotes egipcios, aristócratas griegos, marineros fenicios, mercaderes judíos y visitantes de diversas naciones. Se puede decir que fue aquí donde inició la gran aventura intelectual del Hombre.

LA BIBLIOTECA

El general de Alejandro Magno, Tolomeo, fundó el Museo, una institución dedicada a la investigación y a la enseñanza. La maravilla principal del Museo de Alejandría era su biblioteca. Sus trabajadores se dedicaban a recopilar libros y documentos de todas las culturas del mundo conocido. Enviaban a sus agentes a otros países para adquirir colecciones de diversas bibliotecas. Todos los barcos que arribaban al puerto eran registrados, pero no en busca de contrabando, sino de libros. Cualquier rollo que se encontraba era decomisado para ser copiado y devuelto posteriormente.

Se estima que, en su época de esplendor, la Biblioteca de Alejandría llegó a albergar medio millón de rollos de papiro escritos a mano. Entre los sabios que estudiaron ahí se encuentran Erastótenes, que realizó la primera medición de la Tierra; el astrónomo Hiparco, que ordenó el mapa de las constelaciones; Euclides, que compiló todo el conocimiento sobre geometría; Dionisio de Tracia, que definió las partes del discurso; Herófilo, el médico que estableció que el cerebro es la sede de la inteligencia.

NIÑEZ

En los últimos años del Imperio romano, en la ciudad de Alejandría, y en medio de este ambiente de ciencia y cultura, nació Hipatia. Su padre, Teón, fue un ilustre matemático y, probablemente, el último director del Museo,

No se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento, pero diversos historiadores la ubican alrededor del 355 d.C. Teón tenía un espíritu muy liberal para la época, en particular en el tema de la educación de las mujeres, por lo que se encargó directamente de su preparación. Quería que su hija fuera “un ser humano perfecto”, por lo que se preocupó que cultivara no sólo su mente, sino también su cuerpo. A pesar de ser una mujer muy bella, Hipatia siempre rechazó casarse.

ESTUDIOS

Hipatia recibió educación en filosofía y matemáticas en el Museo, desarrollando sus extraordinarias aptitudes, y convirtiéndose en astrónoma, filósofa y matemática. Tuvo la oportunidad de viajar para conocer otras culturas y empaparse de sus conocimientos. Recibió cursos en Roma y Atenas; a su regreso a Alejandría se dedicó a impartir clases de matemáticas, filosofía, astronomía y mecánica. Su casa se convirtió en un centro del saber, en el que las personas, sin importar su origen, religión o raza, se reunían a aprender y a debatir sobre las grandes interrogantes del universo.

LEGADO

Todos los escritos de Hipatia se perdieron, sin embargo, existen numerosas referencias a sus trabajos. Su principal contribución fue en el álgebra, con la redacción de un comentario sobre la Aritmética de Diofanto, en el que presentaba otras soluciones y nuevos problemas. Redactó ocho libros sobre la Geometría de las Cónicas de Apolonio.

Hipatia también colaboró con su padre en la revisión y mejora de los Elementos de la Geometría de Euclides (que se emplea hasta nuestros días). Además, escribió un Canon de Astronomía y revisó las Tablas Astronómicas de Claudio Tolomeo. También se interesó por la mecánica y cuestiones prácticas: desarrolló varios instrumentos, como un astrolabio plano, un aparato para la destilación del agua, un hidroscopio y un hidrómetro.

EL FINAL

Hipatia se convirtió en una científica y filósofa muy reconocida. Sin embargo, era pagana y rechazó convertirse al cristianismo –en camino de convertirse en la religión oficial del Imperio romano–. Los cristianos de esa época rechazaban todo conocimiento que no proviniera de la Biblia, por lo que identificaban a la ciencia con el paganismo, que debía ser perseguido.

Fue una época difícil para todos aquellos que no renunciaran al paganismo y a los conocimientos adquiridos. Debido a que rechazó abandonar sus ideas, Hipatia fue acusada de conspiración contra Cirilo, el obispo de Alejandría –quien la acusó de bruja–. En el año 415 d. C. un grupo de fanáticos religiosos la interceptó cuando regresaba a su casa en un carruaje, fue golpeada brutalmente, la desnudaron y la violaron, para posteriormente pasear su cuerpo por la ciudad. Al final, fue asesinada y su cuerpo descuartizado.

A Hipatia se le considera una de las primeras víctimas del fanatismo religioso, es quizás la última sabia de la Antigüedad y su muerte significó el fin de una época de esplendor de las Artes y Ciencias, y el inicio del Oscurantismo, el cual duraría mil años, hasta la llegada del Renacimiento.

Hoy que celebramos el Día de la Mujer, recordemos a quien fue la primera científica y tomemos conciencia del largo y penoso camino que han tenido que recorrer las mujeres, en el cual han sufrido machismo, misoginia, maltrato, discriminación, violación y muerte. Esperemos que pronto se revierta la situación y toda esta historia de abusos sea solo un triste y doloroso recuerdo.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com