/ domingo 22 de marzo de 2020

El Universo de Maxwell | La primera vacuna

En estos días de emergencia sanitaria mundial debida al virus COVID-19, surge la necesidad obvia y urgente de contar con una vacuna. En esta ocasión comentaremos sobre el médico que descubrió la primera vacuna contra la viruela.

LA VIRUELA.- El nombre viruela proviene del latín “varius”, que significa “variado” o “variopinto”, y se refiere a los abultamientos que aparecen en todo el cuerpo de la persona infectada. El virus causante surgió alrededor del año 10,000 a.C. Hay registros de la China Antigua sobre los estragos que causaba. En el siglo XVIII la enfermedad llegó a uno de sus picos más altos de contagio. Los ingleses (pioneros en realizar registros de mortandad) contabilizaron que en ese período la viruela alcanzaba un 20% de mortalidad, llegando al 33% en niños. En ese siglo, en Europa, una cuarta parte de la población murió, o quedó con cicatrices, debido a esta causa.

La viruela no respetaba clases sociales: mató a una reina de Inglaterra, a un emperador austríaco, a un zar ruso, a una reina de Suecia, a un rey de España y a un rey de Francia. Las primeras evidencias de la vacunación se encuentran en textos de monjes budistas en la China del siglo XI. En este tratado se explicaba la forma de inocular a las personas aplicándoles pus de pacientes infectados.

EL MÉDICO

Edward Jenner nació el 17 de mayo de 1749, en Berkeley, Inglaterra. Fue el cuarto hijo del reverendo Jenner. Cuando tenía apenas cinco años su padre falleció y quedó bajo la tutela de su hermano mayor, quien también era clérigo. Recibe una buena educación durante su infancia, crece en el campo y desarrolla un gran amor por la naturaleza.

Jenner tiene su primer encuentro con la viruela a los ocho años; en la escuela los niños son inoculados debido a una epidemia que se extendía por la región. La experiencia lo deja marcado de por vida. Solía recordar: “Nos sangraban hasta que la sangre se hacía traslúcida, nos purgaban hasta dejarnos la piel pegada a los huesos y para conservar ese estado nos sometían a una dieta estricta a base de régimen vegetariano”.

A los trece años, Jenner comienza a trabajar como aprendiz de un cirujano, con quien practica durante ocho años. En 1770 se traslada a Londres, para ocupar la plaza de “ayudante quirúrgico” en el Hospital St. Georges, bajo la tutela del médico John Hunter, con quien desarrolla una amistad que durará toda la vida. Tres años después, regresa a su pueblo natal y se establece como cirujano.

LA VACUNA

La palabra “vacuna” proviene del latín “vacca”, que significa “vaca”. En los primeros años que ejerció su labor como médico, Jenner se dio cuenta de que las señoras lecheras que eran contagiadas de la viruela de las vacas –una enfermedad que produce en estos animales erupciones similares a las que produce la viruela humana–, sólo desarrollaban unas pústulas, pero la dolencia era de carácter benigno y, lo más importante, se volvían inmunes y rara vez enfermaban de viruela.

Por lo tanto, Jenner decidió comprobar ese conocimiento empírico. El 14 de mayo de 1796 extrajo pus de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de las vacas, e inoculó a un niño de 8 años llamado James Phipps. El pequeño desarrolló unos leves síntomas a los pocos días, pero la enfermedad desapareció sin ninguna complicación. Unas semanas después, el 1 de julio, vacunó al niño contra la viruela y no enfermó.

Jenner envió un informe a la Royal Society, pero fue rechazado. En 1798 financió él mismo la publicación de su libro “Investigación acerca de las causas y efectos de la viruela vacuna”. Los médicos se opusieron a su método de inoculación, incluso de forma violenta. En las iglesias se predicaba que la vacunación era una acción anticristiana.

LA VACUNACIÓN

Con el tiempo la vacuna de Jenner contra la viruela ganó aceptación y se empezó a aplicar en varios países. El rey de España implementó una campaña de vacunación, con lo que, para inicios del siglo de siglo XIX se habían vacunado a 3,000 personas. Uno de los hitos en la historia de la medicina fue la realización de “La Real expedición marítima de la vacuna”, que dio la vuelta al mundo entre 1803 y 1806, al mando del Dr. Francisco Xavier de Balmis, con el fin de inocular a los habitantes de las colonias españolas en América y Filipinas.

En 1805 Napoleón ordenó que todos los soldados franceses que no hubiesen padecido la viruela fueran vacunados. En 1874 los alemanes instituyeron la primera ley de vacunación en la que se introduce la obligatoriedad de vacunar contra la viruela a todos los niños en su primer año de vida.

LEGADO

Jenner rechazó varias ofertas atractivas de trabajo, y permaneció en su pueblo natal toda su vida, lo que le ganó el afecto general de la población. En 1792 la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, le otorgó el título de Doctor en Medicina, mismo título que le otorgó la Universidad de Oxford, en 1813. Fue miembro destacado de distintas sociedades médicas en las ciudades más importantes de Europa.

Edward Jenner falleció el 23 de enero de 1823. Su labor fue muy importante en el posterior estudio de los virus, las bacterias y el desarrollo de las vacunas contra distintas enfermedades. Paradójicamente, en los últimos años han surgido grupos de personas que se oponen a la vacunación, sin pensar en los riesgos que esto conlleva. Dejemos el reconocimiento al médico que inventó la primera vacuna a partir de la observación y la experimentación, y con ello salvó millones de vidas.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com

Jenner tiene su primer encuentro con la viruela a los ocho años; en la escuela los niños son inoculados debido a una epidemia que se extendía por la región

En estos días de emergencia sanitaria mundial debida al virus COVID-19, surge la necesidad obvia y urgente de contar con una vacuna. En esta ocasión comentaremos sobre el médico que descubrió la primera vacuna contra la viruela.

LA VIRUELA.- El nombre viruela proviene del latín “varius”, que significa “variado” o “variopinto”, y se refiere a los abultamientos que aparecen en todo el cuerpo de la persona infectada. El virus causante surgió alrededor del año 10,000 a.C. Hay registros de la China Antigua sobre los estragos que causaba. En el siglo XVIII la enfermedad llegó a uno de sus picos más altos de contagio. Los ingleses (pioneros en realizar registros de mortandad) contabilizaron que en ese período la viruela alcanzaba un 20% de mortalidad, llegando al 33% en niños. En ese siglo, en Europa, una cuarta parte de la población murió, o quedó con cicatrices, debido a esta causa.

La viruela no respetaba clases sociales: mató a una reina de Inglaterra, a un emperador austríaco, a un zar ruso, a una reina de Suecia, a un rey de España y a un rey de Francia. Las primeras evidencias de la vacunación se encuentran en textos de monjes budistas en la China del siglo XI. En este tratado se explicaba la forma de inocular a las personas aplicándoles pus de pacientes infectados.

EL MÉDICO

Edward Jenner nació el 17 de mayo de 1749, en Berkeley, Inglaterra. Fue el cuarto hijo del reverendo Jenner. Cuando tenía apenas cinco años su padre falleció y quedó bajo la tutela de su hermano mayor, quien también era clérigo. Recibe una buena educación durante su infancia, crece en el campo y desarrolla un gran amor por la naturaleza.

Jenner tiene su primer encuentro con la viruela a los ocho años; en la escuela los niños son inoculados debido a una epidemia que se extendía por la región. La experiencia lo deja marcado de por vida. Solía recordar: “Nos sangraban hasta que la sangre se hacía traslúcida, nos purgaban hasta dejarnos la piel pegada a los huesos y para conservar ese estado nos sometían a una dieta estricta a base de régimen vegetariano”.

A los trece años, Jenner comienza a trabajar como aprendiz de un cirujano, con quien practica durante ocho años. En 1770 se traslada a Londres, para ocupar la plaza de “ayudante quirúrgico” en el Hospital St. Georges, bajo la tutela del médico John Hunter, con quien desarrolla una amistad que durará toda la vida. Tres años después, regresa a su pueblo natal y se establece como cirujano.

LA VACUNA

La palabra “vacuna” proviene del latín “vacca”, que significa “vaca”. En los primeros años que ejerció su labor como médico, Jenner se dio cuenta de que las señoras lecheras que eran contagiadas de la viruela de las vacas –una enfermedad que produce en estos animales erupciones similares a las que produce la viruela humana–, sólo desarrollaban unas pústulas, pero la dolencia era de carácter benigno y, lo más importante, se volvían inmunes y rara vez enfermaban de viruela.

Por lo tanto, Jenner decidió comprobar ese conocimiento empírico. El 14 de mayo de 1796 extrajo pus de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de las vacas, e inoculó a un niño de 8 años llamado James Phipps. El pequeño desarrolló unos leves síntomas a los pocos días, pero la enfermedad desapareció sin ninguna complicación. Unas semanas después, el 1 de julio, vacunó al niño contra la viruela y no enfermó.

Jenner envió un informe a la Royal Society, pero fue rechazado. En 1798 financió él mismo la publicación de su libro “Investigación acerca de las causas y efectos de la viruela vacuna”. Los médicos se opusieron a su método de inoculación, incluso de forma violenta. En las iglesias se predicaba que la vacunación era una acción anticristiana.

LA VACUNACIÓN

Con el tiempo la vacuna de Jenner contra la viruela ganó aceptación y se empezó a aplicar en varios países. El rey de España implementó una campaña de vacunación, con lo que, para inicios del siglo de siglo XIX se habían vacunado a 3,000 personas. Uno de los hitos en la historia de la medicina fue la realización de “La Real expedición marítima de la vacuna”, que dio la vuelta al mundo entre 1803 y 1806, al mando del Dr. Francisco Xavier de Balmis, con el fin de inocular a los habitantes de las colonias españolas en América y Filipinas.

En 1805 Napoleón ordenó que todos los soldados franceses que no hubiesen padecido la viruela fueran vacunados. En 1874 los alemanes instituyeron la primera ley de vacunación en la que se introduce la obligatoriedad de vacunar contra la viruela a todos los niños en su primer año de vida.

LEGADO

Jenner rechazó varias ofertas atractivas de trabajo, y permaneció en su pueblo natal toda su vida, lo que le ganó el afecto general de la población. En 1792 la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, le otorgó el título de Doctor en Medicina, mismo título que le otorgó la Universidad de Oxford, en 1813. Fue miembro destacado de distintas sociedades médicas en las ciudades más importantes de Europa.

Edward Jenner falleció el 23 de enero de 1823. Su labor fue muy importante en el posterior estudio de los virus, las bacterias y el desarrollo de las vacunas contra distintas enfermedades. Paradójicamente, en los últimos años han surgido grupos de personas que se oponen a la vacunación, sin pensar en los riesgos que esto conlleva. Dejemos el reconocimiento al médico que inventó la primera vacuna a partir de la observación y la experimentación, y con ello salvó millones de vidas.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com

Jenner tiene su primer encuentro con la viruela a los ocho años; en la escuela los niños son inoculados debido a una epidemia que se extendía por la región