/ domingo 21 de junio de 2020

El Universo de Maxwell | Padres especiales

A todos los papás en su día, en especial a mi padre, Joaquín Rodolfo “Fito”.

Las personas que han contribuido al desarrollo de la ciencia y tecnología generalmente tuvieron a alguien que le inculcó el amor al conocimiento, y los animó a seguir su camino. En esta ocasión hablaremos de los padres de los científicos, quienes de una u otra forma marcaron el progreso de la ciencia.

LOS PADRES VISIONARIOS

El padre de James Maxwell pertenecía a la aristocracia escocesa. Siempre se mantuvo al pendiente de que su hijo recibiera una buena educación y, al morir su esposa, se encargó por completo de educarlo. Contrató a un tutor para que le impartiera clases particulares, pero cuando se da cuenta de que lo castigaba, además de que lo calificaba como “lento para aprender” (a una de las mejores mentes que han existido), lo despide y envía a su hijo a una academia. Otro caso es el del padre de Marie Curie, quien se encargó de la educación de sus hijos, en especial cuando su esposa murió. Era un profesor muy capacitado, que había venido a menos en su trabajo debido a su ascendencia polaca. Aunque la economía familiar se deterioró, se esmeró en iniciar a sus hijos en el camino de la ciencia, por lo que les leía libros y les mostraba algunos aparatos de laboratorio.

LOS HIJOS DE PASTORES

El padre de Nikola Tesla fue un ministro de la Iglesia Ortodoxa; hombre de fuertes principios morales y muy estricto en la educación de sus hijos, se había empeñado en que su único hijo varón siguiera sus pasos en la Iglesia, pero Tesla estaba empeñado en estudiar ingeniería. Sin embargo, ocurrió algo que cambió para siempre el desarrollo tecnológico, ya que Nikola enferma gravemente de cólera, y su papá, al verlo en su lecho, le promete que le permitirá estudiar lo que desee. Milagrosamente, Tesla se recupera, y el resto es historia: Nikola Tesla ha sido la mente más importante en el desarrollo de la ingeniería eléctrica.

Curiosamente, no ha sido el único caso de un científico que es hijo de un ministro de la Iglesia, otros grandes de la ciencia como Alexander Graham Bell, John Ambrose Fleming, Lee de Forest, Reginald Fessenden y John Logie Baird, tuvieron como padres a Pastores. Aunque su deseo era que sus hijos siguieran sus pasos, supieron reconocer que tenían otro camino que seguir, y les dieron la libertad para hacerlo.

LOS PADRES ELECTRÓNICOS

Los inventores del transistor, tuvieron cada uno historias diferentes con sus respectivos padres. Primero, comentaremos el caso más triste –no todos los padres han sido modelos a seguir, desgraciadamente–, el padre de Shockley fue una persona de carácter raro (muy reservado y además algo paranoico) que no proporcionó una infancia feliz a sus hijos.

Respecto a John Bardeen, su padre reconoció pronto el talento de su hijo –una de las cuatro personas que han ganado dos Premios Nobel– y pidió que fuera ascendido de grado en la escuela, por lo que pudo ingresar a la universidad a los quince años. Sobre Walter Brattain, podemos comentar la influencia que tuvo su padre al criarlo en un rancho, lo que siempre reconoció como un hecho muy importante que lo convirtió en un científico práctico, de gran habilidad en el laboratorio.

El padre de Nick Holonyak era un inmigrante europeo en los Estados Unidos, que trabajaba como minero. La economía familiar siempre fue precaria, pero el señor Holonyak se preocupó por darles una educación a sus hijos, por lo que Nick se convertiría en el primer integrante de la familia en asistir a la escuela. Gracias a su visión, su hijo se convertiría en el inventor del led. Por otro lado, podemos comentar el caso del padre de Theodore Maiman, quien era un ingeniero en electrónica, así que introdujo a su hijo en esta ciencia, con tan buenos resultados que inventaría el láser.

Al igual que en la vida de todos, los padres de los científicos tuvieron una influencia decisiva en su formación y futuro. Debemos agradecerles el interés en que sus hijos tuvieron acceso a la educación y a la ciencia, lo que marcó el camino del desarrollo tecnológico de nuestra sociedad. En muchos casos de profesionistas actuales, los padres no tuvieron acceso a la educación, pero se preocuparon porque sus hijos pudieran tener un mejor futuro, por lo que debemos reconocerles su labor.

UNA TELEVISIÓN A COLOR

Para finalizar, me voy a permitir contarles una historia personal que marcó mi desarrollo. A los jóvenes les sonará muy raro esto: en mi infancia nunca tuvimos una televisión a color, sólo en blanco y negro. Mis hermanos y yo queríamos apreciar los colores de Los Picapiedra, Los Supersónicos y demás caricaturas de esos años. Por fin, un día, mi padre anunció que compraría el ansiado televisor. Pero –aquí aparece el punto importante de esta historia–, tocaron a la puerta unos vendedores de enciclopedias, y convencieron a mis padres de que los dejaran pasar para mostrarnos sus libros.

Eran una pareja de jóvenes, lo recuerdo, que se dedicaban a vender libros para ayudarse en sus estudios. Promocionaban la enciclopedia de Time-Life, quizás algunos la recuerden, una colección maravillosa; después de ver los folletos y un ejemplar de muestra, quedamos asombrados y por supuesto la pedimos. Todo parecía ir bien, pero ahora pienso claramente que surgió un problema que en ese momento no vimos: no había dinero para comprar las dos cosas –el televisor y la enciclopedia–, mi padre sólo podía hacer un gasto.

No necesito aclarar qué fue lo que nos compraron, baste decir que pasaron varios años antes de que mi familia disfrutara de un televisor a color, hasta que fuimos adolescentes. No nos afectó en nada, tuvimos una infancia muy bonita. Ahora que lo recuerdo, al tomar esa decisión, mi padre –una persona que tuvo acceso sólo a una educación básica– nos dejó en claro una cosa: para él valía más que hubiera libros en la casa que una televisión. Recuerdo bien cuánto me gustó la enciclopedia, había un tomo que trataba sobre los científicos, otro sobre los ingenieros, la visión, las máquinas, las computadoras, los viajes espaciales, era algo maravilloso leerla y enterarme de todas esas historias.

Mis hermanos y yo aprendimos, consciente o inconscientemente, esa lección y concluimos estudios profesionales. A veces recuerdo con nostalgia esos años y pienso que, a pesar de mis errores, lo bueno que he hecho en la vida y que hoy esté redactando este artículo, se debe a esa enciclopedia que nos compró mi padre cuando éramos unos niños. He tenido muchos maestros, varios excelentes, pero el conocimiento básico lo aprendí de mi padre durante mi niñez y adolescencia. Gracias, papá.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com

He tenido muchos maestros, varios excelentes, pero el conocimiento básico lo aprendí de mi padre durante mi niñez y adolescencia. Gracias, papá.

A todos los papás en su día, en especial a mi padre, Joaquín Rodolfo “Fito”.

Las personas que han contribuido al desarrollo de la ciencia y tecnología generalmente tuvieron a alguien que le inculcó el amor al conocimiento, y los animó a seguir su camino. En esta ocasión hablaremos de los padres de los científicos, quienes de una u otra forma marcaron el progreso de la ciencia.

LOS PADRES VISIONARIOS

El padre de James Maxwell pertenecía a la aristocracia escocesa. Siempre se mantuvo al pendiente de que su hijo recibiera una buena educación y, al morir su esposa, se encargó por completo de educarlo. Contrató a un tutor para que le impartiera clases particulares, pero cuando se da cuenta de que lo castigaba, además de que lo calificaba como “lento para aprender” (a una de las mejores mentes que han existido), lo despide y envía a su hijo a una academia. Otro caso es el del padre de Marie Curie, quien se encargó de la educación de sus hijos, en especial cuando su esposa murió. Era un profesor muy capacitado, que había venido a menos en su trabajo debido a su ascendencia polaca. Aunque la economía familiar se deterioró, se esmeró en iniciar a sus hijos en el camino de la ciencia, por lo que les leía libros y les mostraba algunos aparatos de laboratorio.

LOS HIJOS DE PASTORES

El padre de Nikola Tesla fue un ministro de la Iglesia Ortodoxa; hombre de fuertes principios morales y muy estricto en la educación de sus hijos, se había empeñado en que su único hijo varón siguiera sus pasos en la Iglesia, pero Tesla estaba empeñado en estudiar ingeniería. Sin embargo, ocurrió algo que cambió para siempre el desarrollo tecnológico, ya que Nikola enferma gravemente de cólera, y su papá, al verlo en su lecho, le promete que le permitirá estudiar lo que desee. Milagrosamente, Tesla se recupera, y el resto es historia: Nikola Tesla ha sido la mente más importante en el desarrollo de la ingeniería eléctrica.

Curiosamente, no ha sido el único caso de un científico que es hijo de un ministro de la Iglesia, otros grandes de la ciencia como Alexander Graham Bell, John Ambrose Fleming, Lee de Forest, Reginald Fessenden y John Logie Baird, tuvieron como padres a Pastores. Aunque su deseo era que sus hijos siguieran sus pasos, supieron reconocer que tenían otro camino que seguir, y les dieron la libertad para hacerlo.

LOS PADRES ELECTRÓNICOS

Los inventores del transistor, tuvieron cada uno historias diferentes con sus respectivos padres. Primero, comentaremos el caso más triste –no todos los padres han sido modelos a seguir, desgraciadamente–, el padre de Shockley fue una persona de carácter raro (muy reservado y además algo paranoico) que no proporcionó una infancia feliz a sus hijos.

Respecto a John Bardeen, su padre reconoció pronto el talento de su hijo –una de las cuatro personas que han ganado dos Premios Nobel– y pidió que fuera ascendido de grado en la escuela, por lo que pudo ingresar a la universidad a los quince años. Sobre Walter Brattain, podemos comentar la influencia que tuvo su padre al criarlo en un rancho, lo que siempre reconoció como un hecho muy importante que lo convirtió en un científico práctico, de gran habilidad en el laboratorio.

El padre de Nick Holonyak era un inmigrante europeo en los Estados Unidos, que trabajaba como minero. La economía familiar siempre fue precaria, pero el señor Holonyak se preocupó por darles una educación a sus hijos, por lo que Nick se convertiría en el primer integrante de la familia en asistir a la escuela. Gracias a su visión, su hijo se convertiría en el inventor del led. Por otro lado, podemos comentar el caso del padre de Theodore Maiman, quien era un ingeniero en electrónica, así que introdujo a su hijo en esta ciencia, con tan buenos resultados que inventaría el láser.

Al igual que en la vida de todos, los padres de los científicos tuvieron una influencia decisiva en su formación y futuro. Debemos agradecerles el interés en que sus hijos tuvieron acceso a la educación y a la ciencia, lo que marcó el camino del desarrollo tecnológico de nuestra sociedad. En muchos casos de profesionistas actuales, los padres no tuvieron acceso a la educación, pero se preocuparon porque sus hijos pudieran tener un mejor futuro, por lo que debemos reconocerles su labor.

UNA TELEVISIÓN A COLOR

Para finalizar, me voy a permitir contarles una historia personal que marcó mi desarrollo. A los jóvenes les sonará muy raro esto: en mi infancia nunca tuvimos una televisión a color, sólo en blanco y negro. Mis hermanos y yo queríamos apreciar los colores de Los Picapiedra, Los Supersónicos y demás caricaturas de esos años. Por fin, un día, mi padre anunció que compraría el ansiado televisor. Pero –aquí aparece el punto importante de esta historia–, tocaron a la puerta unos vendedores de enciclopedias, y convencieron a mis padres de que los dejaran pasar para mostrarnos sus libros.

Eran una pareja de jóvenes, lo recuerdo, que se dedicaban a vender libros para ayudarse en sus estudios. Promocionaban la enciclopedia de Time-Life, quizás algunos la recuerden, una colección maravillosa; después de ver los folletos y un ejemplar de muestra, quedamos asombrados y por supuesto la pedimos. Todo parecía ir bien, pero ahora pienso claramente que surgió un problema que en ese momento no vimos: no había dinero para comprar las dos cosas –el televisor y la enciclopedia–, mi padre sólo podía hacer un gasto.

No necesito aclarar qué fue lo que nos compraron, baste decir que pasaron varios años antes de que mi familia disfrutara de un televisor a color, hasta que fuimos adolescentes. No nos afectó en nada, tuvimos una infancia muy bonita. Ahora que lo recuerdo, al tomar esa decisión, mi padre –una persona que tuvo acceso sólo a una educación básica– nos dejó en claro una cosa: para él valía más que hubiera libros en la casa que una televisión. Recuerdo bien cuánto me gustó la enciclopedia, había un tomo que trataba sobre los científicos, otro sobre los ingenieros, la visión, las máquinas, las computadoras, los viajes espaciales, era algo maravilloso leerla y enterarme de todas esas historias.

Mis hermanos y yo aprendimos, consciente o inconscientemente, esa lección y concluimos estudios profesionales. A veces recuerdo con nostalgia esos años y pienso que, a pesar de mis errores, lo bueno que he hecho en la vida y que hoy esté redactando este artículo, se debe a esa enciclopedia que nos compró mi padre cuando éramos unos niños. He tenido muchos maestros, varios excelentes, pero el conocimiento básico lo aprendí de mi padre durante mi niñez y adolescencia. Gracias, papá.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com

He tenido muchos maestros, varios excelentes, pero el conocimiento básico lo aprendí de mi padre durante mi niñez y adolescencia. Gracias, papá.