/ martes 5 de julio de 2022

Emprende y aprende | Necesitamos las crisis para emprender

En los momentos de dificultad surgen necesidades y, por tanto, oportunidades para emprender. No es extraño, por tanto, que algunas de las empresas más relevantes del siglo pasado hayan surgido al calor de alguna crisis. Es el caso de empresas como McDonald’s, una idea de servicio rápido con un montaje industrial de hamburguesas de los hermanos Dick y Mac McDonald, que nació en 1948, tras la crisis posterior a la desmovilización por parte del gobierno estadounidense de la economía de guerra.

La mayor cadena de comercio minorista del mundo, Walmart, fundada por Sam Walton, empezó a asomar la cabeza en 1962, bajo el mandato de John F. Kennedy y coincidiendo con el flash crash de ese año, cuando el índice Standard & Poor’s 500 cayó más del 27%. Nike fue creada en 1968, Airbus, Microsoft y Starbucks fueron fundadas durante un contexto de estanflación (aumento de la inflación, desempleo y nulo crecimiento de la economía) que caracterizó a la década de 1970, marcada por dos recesiones, la crisis del petróleo y uno de los peores mercados bajistas de la historia estadounidense.

Es en esa década cuando los visionarios Steve Wozniak y Steve Jobs le dan vueltas al desarrollo de un ordenador y crean Apple. Si nos acercamos a crisis más recientes aparecen empresas como Facebook o Tesla, que nacen tras el estallido de la burbuja de las puntocom, o Airbnb, creada en San Francisco en 2008, muy cerca de donde un año más tarde surgió Uber, ambas en plena explosión de las hipotecas basura en Estados Unidos, que acabó en recesión en las principales economías del mundo.

Una nueva crisis mundial, sin precedentes y sin previo aviso, ha llegado de nuevo con el coronavirus. Y es en este ecosistema de incertidumbre cuando surgen nuevas ideas, y cuando las empresas con buenos cimientos encuentran la manera de sobrevivir, e incluso de crecer. Son aquellas que son capaces de adaptarse a las circunstancias.

Es ahora cuando surgen nuevas necesidades, y donde unos ven un problema otros encuentran una oportunidad de negocio, siempre y cuando se pueda rentabilizar, además de generar empleo y riqueza, todo esto por una simple razón; las crisis son momentos de cambio, en los que se genera un entorno óptimo para crear una empresa, aunque la primera impresión pueda ser de miedo. A pesar de ello, y de la caída y posterior repunte de la demanda en general, como se ha visto en esta crisis sanitaria, pueden surgir nuevas oportunidades.

Es la ocasión para que despunten nuevas propuestas, por ejemplo, las empresas que se apoyan en la nube tienen mejor proyección, y esto sirve también para las que usan o ya tenían más intensidad con las nuevas tecnologías. Estas sufrirán menos con la crisis.

¿Cuáles son los retos a superar?

Sin duda alguna, la creciente espiral de inflación a nivel global es el reto más importante que debemos tomar en cuenta, ya que la cadena de suministro se encuentra momentáneamente obstruida, los precios de combustibles han entrado en una dinámica de crecimiento sin fin, y los países están usando sus herramientas de contención de inflación para paliar esta situación, lo que debe ser un punto de suma importancia a observar por parte de quienes pretenden emprender en esta época.

Pero no todo el mundo sirve para emprender, aunque quiera. Están los verdaderos emprendedores, que pueden fracasar varias veces y a la tercera o cuarta oportunidad triunfan, y aquellas personas que intentan emprender, pero no tienen las cualidades de un auténtico emprendedor. Si algo quiere un inversor es ver potencial en los promotores de un proyecto y que además de una idea tengan las características idóneas para hacer ver a los financiadores que la propuesta puede llevarse adelante. Porque la financiación siempre está condicionada a determinados hitos, y ahí entra la capacidad del emprendedor de convencer y comunicar que puede lograrlos. Este es un momento propicio para hacer mil proyectos, porque hay una disrupción muy potente, sobre todo en el área de transformar la economía tradicional en circular, todo lo que tiene que ver con el medioambiente, con producir utilizando menos recursos, pero solo saldrá adelante si el que lo pone en marcha tiene cualidades.

Si te ha parecido interesante este artículo, no dudes en compartirlo. Te agradezco mucho tu apoyo y retroalimentación.

iHasta la próxima!

Regeneración 19

Consultor político y empresarial.

Coordinador Estatal de la Red Jóvenes Políticos

de las Américas OEA en Tamaulipas

Facebook/Twitter/Instagram: @frankjpedraza

En los momentos de dificultad surgen necesidades y, por tanto, oportunidades para emprender. No es extraño, por tanto, que algunas de las empresas más relevantes del siglo pasado hayan surgido al calor de alguna crisis. Es el caso de empresas como McDonald’s, una idea de servicio rápido con un montaje industrial de hamburguesas de los hermanos Dick y Mac McDonald, que nació en 1948, tras la crisis posterior a la desmovilización por parte del gobierno estadounidense de la economía de guerra.

La mayor cadena de comercio minorista del mundo, Walmart, fundada por Sam Walton, empezó a asomar la cabeza en 1962, bajo el mandato de John F. Kennedy y coincidiendo con el flash crash de ese año, cuando el índice Standard & Poor’s 500 cayó más del 27%. Nike fue creada en 1968, Airbus, Microsoft y Starbucks fueron fundadas durante un contexto de estanflación (aumento de la inflación, desempleo y nulo crecimiento de la economía) que caracterizó a la década de 1970, marcada por dos recesiones, la crisis del petróleo y uno de los peores mercados bajistas de la historia estadounidense.

Es en esa década cuando los visionarios Steve Wozniak y Steve Jobs le dan vueltas al desarrollo de un ordenador y crean Apple. Si nos acercamos a crisis más recientes aparecen empresas como Facebook o Tesla, que nacen tras el estallido de la burbuja de las puntocom, o Airbnb, creada en San Francisco en 2008, muy cerca de donde un año más tarde surgió Uber, ambas en plena explosión de las hipotecas basura en Estados Unidos, que acabó en recesión en las principales economías del mundo.

Una nueva crisis mundial, sin precedentes y sin previo aviso, ha llegado de nuevo con el coronavirus. Y es en este ecosistema de incertidumbre cuando surgen nuevas ideas, y cuando las empresas con buenos cimientos encuentran la manera de sobrevivir, e incluso de crecer. Son aquellas que son capaces de adaptarse a las circunstancias.

Es ahora cuando surgen nuevas necesidades, y donde unos ven un problema otros encuentran una oportunidad de negocio, siempre y cuando se pueda rentabilizar, además de generar empleo y riqueza, todo esto por una simple razón; las crisis son momentos de cambio, en los que se genera un entorno óptimo para crear una empresa, aunque la primera impresión pueda ser de miedo. A pesar de ello, y de la caída y posterior repunte de la demanda en general, como se ha visto en esta crisis sanitaria, pueden surgir nuevas oportunidades.

Es la ocasión para que despunten nuevas propuestas, por ejemplo, las empresas que se apoyan en la nube tienen mejor proyección, y esto sirve también para las que usan o ya tenían más intensidad con las nuevas tecnologías. Estas sufrirán menos con la crisis.

¿Cuáles son los retos a superar?

Sin duda alguna, la creciente espiral de inflación a nivel global es el reto más importante que debemos tomar en cuenta, ya que la cadena de suministro se encuentra momentáneamente obstruida, los precios de combustibles han entrado en una dinámica de crecimiento sin fin, y los países están usando sus herramientas de contención de inflación para paliar esta situación, lo que debe ser un punto de suma importancia a observar por parte de quienes pretenden emprender en esta época.

Pero no todo el mundo sirve para emprender, aunque quiera. Están los verdaderos emprendedores, que pueden fracasar varias veces y a la tercera o cuarta oportunidad triunfan, y aquellas personas que intentan emprender, pero no tienen las cualidades de un auténtico emprendedor. Si algo quiere un inversor es ver potencial en los promotores de un proyecto y que además de una idea tengan las características idóneas para hacer ver a los financiadores que la propuesta puede llevarse adelante. Porque la financiación siempre está condicionada a determinados hitos, y ahí entra la capacidad del emprendedor de convencer y comunicar que puede lograrlos. Este es un momento propicio para hacer mil proyectos, porque hay una disrupción muy potente, sobre todo en el área de transformar la economía tradicional en circular, todo lo que tiene que ver con el medioambiente, con producir utilizando menos recursos, pero solo saldrá adelante si el que lo pone en marcha tiene cualidades.

Si te ha parecido interesante este artículo, no dudes en compartirlo. Te agradezco mucho tu apoyo y retroalimentación.

iHasta la próxima!

Regeneración 19

Consultor político y empresarial.

Coordinador Estatal de la Red Jóvenes Políticos

de las Américas OEA en Tamaulipas

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