/ martes 23 de marzo de 2021

Emprende y aprende | ¿Qué tal nos va a los emprendedores?

Dado el momento complejo que vivimos hoy en día, para mí, lo mejor que los jóvenes podemos hacer es tener un negocio propio, ser empresarios.

Necesitamos vencer nuestros miedos, adquirir conocimientos y sobre todo práctica, tener mucha ambición, ser sumamente ordenados y perseverantes, prácticamente con la piel dura, porque la vamos a utilizar más de una vez en este negocio, sobre todo, con el mayor de los compromisos que podamos tener con nuestro mayor amigo, pero también nuestro peor enemigo: nosotros mismos.

Al paso del tiempo, con el surgimiento de los supermercados y de la mercadotecnia directa a través de los medios de comunicación de masas (principalmente la televisión), la necesidad de compra de los consumidores cambia, al adquirir productos que podrían almacenarse y consumirse de acuerdo con las posibilidades de la familia; esto motiva a una reducción de ventas en los comercios pequeños (familiares) y nos lleva a la pérdida paulatina de comercios pequeños a los que la “colonia” estaba acostumbrada.

De esta experiencia, el nuevo emprendedor de un negocio pequeño debe de buscar productos que puede expender con durabilidad, requiere formar habilidades para promover sus productos, capacidad de transformar de manera continua la imagen de su negocio, creatividad para ofrecer productos novedosos y, de una importancia mayúscula, la capacidad de adaptación de productos para mantener firme el negocio.

La adaptación es la clave, pues del fracaso de muchos de los negocios es precisamente esa adopción de modelos, ya que no observan los emprendedores las condiciones diferentes que en México se presentan por su territorio, su población, su cultura, pero sobre todo, la factibilidad de competencia con otros negocios.

Los jóvenes debemos comprender la importancia de la responsabilidad social empresarial, y que nuestro compromiso será tratar de resolver los problemas cotidianos a los que se enfrenta una sociedad en su desarrollo, procurando establecer una comunidad democrática, solidaria y sustentable; cuya inversión debe estar bien fundamentada; que los conocimientos de lo que les rodea les ayude a mantener el estado de la naturaleza; que los recursos invertidos puedan recuperarse de acuerdo con una estimación de tiempo que les permita permanecer en el mercado; atender a las necesidades sociales de la población en la que está inmerso; y, ser capaces de enfrentar nuevos retos sobre la marcha de sus proyectos.

Hay una gran cantidad de jóvenes emprendedores que son capaces de superar esos obstáculos que presenta en el momento de empezar a crear un invento, sin embargo, algunos se rinden fácilmente porque piensan que no tienen suficiente capacidad para enfrentar estos problemas; limitándose a no poder enfrentarse y superarse a sí mismos.

En algunos casos (no en todos) la mentalidad negativa que tienen algunas personas en el momento de desarrollar un problema o de socializar su proyecto representa altos niveles de tensión mental y emocional que se convierten en afectaciones a su estado de salud, haciendo que las personas que se proyectaron unas metas no las logren cumplir.

Para solucionar estas problemáticas que les impiden desarrollar el espíritu emprendedor a los jóvenes en México es urgente comenzar con la práctica de los siguientes puntos:

Creer en ti mismo: evidentemente, una persona sin autoconfianza no puede desarrollarse como emprendedora. Toda actividad que deba partir de ti empieza dentro de ti mismo.

Desarrollar espíritu crítico: La apatía y el conformismo con uno mismo y con lo establecido son dos de los principales enemigos del emprendimiento. Mucho cuidado con este punto.

Ambición: Cualquier objetivo que te propongas y te motive lo suficiente es válido, Cumplirlo es lo mínimo que debes hacer. Que tus ambiciones sean reales y lógicas; está bien tener grandes motivaciones con mayúsculas, pero también pequeños objetivos a corto plazo. Son estos últimos los que te harán moverte en el día a día y mejorar de forma tangible.

Valora y sé reciproco: La "meritocracia" es el ecosistema lógico más beneficioso para cualquier persona con espíritu.

Mi aporte es que a lo largo de mi carrera en el emprendimiento no basta con saber ni mucho menos con querer, necesitamos aplicar, fracasar y entre más pronto lo hagas, será mucho mejor, empieza con lo que tienes ahora mismo, tal vez te arrepientas en algunos años de no haber comenzado hoy tu camino.

Esto es todo por esta semana, te invito a compartir y dejar tu opinión acerca de más temas que consideres necesarios para tu desarrollo como emprendedor. Te agradezco mucho tu atención y apoyo.

¡Hasta la próxima semana!

Dado el momento complejo que vivimos hoy en día, para mí, lo mejor que los jóvenes podemos hacer es tener un negocio propio, ser empresarios.

Necesitamos vencer nuestros miedos, adquirir conocimientos y sobre todo práctica, tener mucha ambición, ser sumamente ordenados y perseverantes, prácticamente con la piel dura, porque la vamos a utilizar más de una vez en este negocio, sobre todo, con el mayor de los compromisos que podamos tener con nuestro mayor amigo, pero también nuestro peor enemigo: nosotros mismos.

Al paso del tiempo, con el surgimiento de los supermercados y de la mercadotecnia directa a través de los medios de comunicación de masas (principalmente la televisión), la necesidad de compra de los consumidores cambia, al adquirir productos que podrían almacenarse y consumirse de acuerdo con las posibilidades de la familia; esto motiva a una reducción de ventas en los comercios pequeños (familiares) y nos lleva a la pérdida paulatina de comercios pequeños a los que la “colonia” estaba acostumbrada.

De esta experiencia, el nuevo emprendedor de un negocio pequeño debe de buscar productos que puede expender con durabilidad, requiere formar habilidades para promover sus productos, capacidad de transformar de manera continua la imagen de su negocio, creatividad para ofrecer productos novedosos y, de una importancia mayúscula, la capacidad de adaptación de productos para mantener firme el negocio.

La adaptación es la clave, pues del fracaso de muchos de los negocios es precisamente esa adopción de modelos, ya que no observan los emprendedores las condiciones diferentes que en México se presentan por su territorio, su población, su cultura, pero sobre todo, la factibilidad de competencia con otros negocios.

Los jóvenes debemos comprender la importancia de la responsabilidad social empresarial, y que nuestro compromiso será tratar de resolver los problemas cotidianos a los que se enfrenta una sociedad en su desarrollo, procurando establecer una comunidad democrática, solidaria y sustentable; cuya inversión debe estar bien fundamentada; que los conocimientos de lo que les rodea les ayude a mantener el estado de la naturaleza; que los recursos invertidos puedan recuperarse de acuerdo con una estimación de tiempo que les permita permanecer en el mercado; atender a las necesidades sociales de la población en la que está inmerso; y, ser capaces de enfrentar nuevos retos sobre la marcha de sus proyectos.

Hay una gran cantidad de jóvenes emprendedores que son capaces de superar esos obstáculos que presenta en el momento de empezar a crear un invento, sin embargo, algunos se rinden fácilmente porque piensan que no tienen suficiente capacidad para enfrentar estos problemas; limitándose a no poder enfrentarse y superarse a sí mismos.

En algunos casos (no en todos) la mentalidad negativa que tienen algunas personas en el momento de desarrollar un problema o de socializar su proyecto representa altos niveles de tensión mental y emocional que se convierten en afectaciones a su estado de salud, haciendo que las personas que se proyectaron unas metas no las logren cumplir.

Para solucionar estas problemáticas que les impiden desarrollar el espíritu emprendedor a los jóvenes en México es urgente comenzar con la práctica de los siguientes puntos:

Creer en ti mismo: evidentemente, una persona sin autoconfianza no puede desarrollarse como emprendedora. Toda actividad que deba partir de ti empieza dentro de ti mismo.

Desarrollar espíritu crítico: La apatía y el conformismo con uno mismo y con lo establecido son dos de los principales enemigos del emprendimiento. Mucho cuidado con este punto.

Ambición: Cualquier objetivo que te propongas y te motive lo suficiente es válido, Cumplirlo es lo mínimo que debes hacer. Que tus ambiciones sean reales y lógicas; está bien tener grandes motivaciones con mayúsculas, pero también pequeños objetivos a corto plazo. Son estos últimos los que te harán moverte en el día a día y mejorar de forma tangible.

Valora y sé reciproco: La "meritocracia" es el ecosistema lógico más beneficioso para cualquier persona con espíritu.

Mi aporte es que a lo largo de mi carrera en el emprendimiento no basta con saber ni mucho menos con querer, necesitamos aplicar, fracasar y entre más pronto lo hagas, será mucho mejor, empieza con lo que tienes ahora mismo, tal vez te arrepientas en algunos años de no haber comenzado hoy tu camino.

Esto es todo por esta semana, te invito a compartir y dejar tu opinión acerca de más temas que consideres necesarios para tu desarrollo como emprendedor. Te agradezco mucho tu atención y apoyo.

¡Hasta la próxima semana!