/ jueves 11 de abril de 2019

En el futbol, el jugador es responsable de producir goles

Al director técnico le corresponde formular sistemas que generen más opciones de gol que el contrario.

Jornada de Copa de Campeones de Concacaf, juego de vuelta. Tigres sentenció la serie desde Monterrey, cuando la semana pasada venció 3-0 al Santos. Si ya es difícil hacerle un gol a Tigres una vez que ellos han tomado la delantera del juego, más lo es cuando la ventaja la llevan desde el juego anterior y multiplicada por tres. Así, jugando con desparpajo y sin forzar la máquina, ante un equipo ralo en su formación, en donde no se puede apreciar ni apoyo ni cobertura.

Los equipos saltan al campo con los siguientes jugadores, por Santos: Jonathan Orozco; José Abella, Nervo, Hugo Rodríguez, Arteaga; Marlo Moreno, Diego Valdés, José “Gallito” Vázquez, Brian Lozano, Julio Furch y Correa, DT Rubén Duarte... por Tigres: Nahuel Guzmán, “Chaca” Rodríguez, Hugo Ayala, Carlos Salcedo, Dueñas; Pizarro, Rafael Carioca, Luis Quiñones, Eduardo Vargas, Enner Valencia y Julián Quiñones. DT “Tuca” Ferreti.

Apenas habían transcurrido 11 minutos cuando Ener Valencia, aprovechando las ventajas que se les conceden, penetra solitario, saca a Orozco, lo deja tendido y empuja el balón al fondo de las redes. Ahora, Santos necesita cinco goles para avanzar. Pasan los minutos y, Orozco comienza a prodigarse, mientras que Guzmán se limita a ver cómo pasan los disparos desviados del ataque lagunero que no trae puntería. Ya en el minuto 34, Julián Quiñones repite la jugada de Valencia, y con la misma facilidad se apunta el segundo gol. Ahora son seis los goles que necesita el Santos, que finalmente al minuto 40 anota por conducto de Julio Furch con un remate a bocajarro, para que el primer tiempo se vaya entre atajadas de Orozco y sin respuesta de sus atacantes.

En la segunda parte, a los 60 minutos, un tiro de esquina es resuelto por Arteaga para descontar la distancia, y más tarde, cuando se jugaban 77 minutos, en una pésima salida de Nahuel Guzmán, Furch le detiene la mano izquierda y con la derecha incrusta el balón en su portería, para un claro autogol que el árbitro tampoco miró. Dos goles necesitaba ahora el Santos, ya para terminar el juego, una barrida dentro del área por parte de Hugo Ayala es señalada como falta, mientras que las repeticiones en la tele nos decían que el jugador ofendido ni siquiera fue tocado. Correa se encarga del cobro, estrellando su disparo en el travesaño, para que el árbitro dé el silbatazo final. Ahora, a esperar el resultado de mañana, cuando el Monterrey vaya a Kansas a completar la faena, que es muy parecida a la de Tigres.

En nuestra zona (Concacaf) todo nos parece fácil. Para la Copa de Oro nos ha tocado un grupo que bien podríamos asegurar que ya estamos del otro lado, pero los partidos hay que jugarlos y ya dejarnos de estar mirando las cosas sin concederles la importancia que a todas les debemos dar. Debemos apegarnos a la conseja que dice: “Debes proceder como el león, que ataca al conejo con la misma ferocidad que al búfalo”. Si es verdad que el grupo que nos tocó es fácil, pues hay que salir a jugarles de la misma forma que se hizo contra Alemania en el Mundial Rusia 2018.

Y, como siempre pasa con nuestro TRI, todo es ale-gría, confianza que los comentaristas comienzan a difundir alegremente, dándole a los aficionados el refuerzo para confiar en sus esperanzas. Entre tantos procesos que me ha tocado observar, recuerdo bien el de Hugo Sánchez. Y todo lo anterior está bien, porque el buen ambiente empieza por dentro, en el grupo, pero debe trascender a la prensa, la afición, directivas, etc. Fue un gusto ver cómo Hugo vivía ilusionado y muy contento aquel momento, había anhelado tanto estar al frente de una selección. Estaban ahí Jared Borgetti y Oswaldo Sánchez, señalados para jugar un papel muy importante junto a los que estaban haciéndolo bien en Europa: Pável Pardo, Ricardo Osorio, Carlos Salcido, Rafa Márquez, y también estaban otros que ya contaban con experiencia, como el Kikín Fonseca, Gonzalo Pineda, Ramón Morales, Cuauhtémoc Blanco, Guillermo Ochoa, Gerardo Torrado, Luis Ernesto Pérez, el joven Andrés Guardado, que son hombres que tienen ya experiencia mundialista, y otro grupo lo formaban los jóvenes Giovani dos Santos, Carlos Vela, Johnny Magallón, Fausto Pinto, Correa y Carlos Esquivel.

Pero existía un grupo más, los que al no ser convocados se quedaron con la espinita clavada y que ahora van a dar todo y más para lograrlo, ellos eran: el “Bofo” Bautista, Joaquín Beltrán, Jaime Lozano, Moisés Muñoz, Alberto Medina, Joel Huiqui, Gerardo Galindo, Israel López, entre otros. Finalmente hubo otros más como Landín y Enrique Esqueda. Vaya que aquel equipo era ofensivo, pero finalmente, teniendo a un experto en llegadas a gol, como lo fue Hugo Sánchez, el equipo llegó y llegó, peeeeero, una cosa era Hugo cuando jugaba y otra estos, que siguiendo las indicaciones de un esquema confeccionado para ofender, lo hicieran pero estérilmente, lo que le valió la destitución al pentapichichi. Otra más de tantas injusticias, pues la obligación de un director técnico es proponer sistemas de juego que generen opciones de gol, y el esquema de Hugo fue vasto en ese tema, lo demás es cosa del jugador, pues el entrendor no puede meterse para realizar los goles.

Hasta pronto amigo.


Al director técnico le corresponde formular sistemas que generen más opciones de gol que el contrario.

Jornada de Copa de Campeones de Concacaf, juego de vuelta. Tigres sentenció la serie desde Monterrey, cuando la semana pasada venció 3-0 al Santos. Si ya es difícil hacerle un gol a Tigres una vez que ellos han tomado la delantera del juego, más lo es cuando la ventaja la llevan desde el juego anterior y multiplicada por tres. Así, jugando con desparpajo y sin forzar la máquina, ante un equipo ralo en su formación, en donde no se puede apreciar ni apoyo ni cobertura.

Los equipos saltan al campo con los siguientes jugadores, por Santos: Jonathan Orozco; José Abella, Nervo, Hugo Rodríguez, Arteaga; Marlo Moreno, Diego Valdés, José “Gallito” Vázquez, Brian Lozano, Julio Furch y Correa, DT Rubén Duarte... por Tigres: Nahuel Guzmán, “Chaca” Rodríguez, Hugo Ayala, Carlos Salcedo, Dueñas; Pizarro, Rafael Carioca, Luis Quiñones, Eduardo Vargas, Enner Valencia y Julián Quiñones. DT “Tuca” Ferreti.

Apenas habían transcurrido 11 minutos cuando Ener Valencia, aprovechando las ventajas que se les conceden, penetra solitario, saca a Orozco, lo deja tendido y empuja el balón al fondo de las redes. Ahora, Santos necesita cinco goles para avanzar. Pasan los minutos y, Orozco comienza a prodigarse, mientras que Guzmán se limita a ver cómo pasan los disparos desviados del ataque lagunero que no trae puntería. Ya en el minuto 34, Julián Quiñones repite la jugada de Valencia, y con la misma facilidad se apunta el segundo gol. Ahora son seis los goles que necesita el Santos, que finalmente al minuto 40 anota por conducto de Julio Furch con un remate a bocajarro, para que el primer tiempo se vaya entre atajadas de Orozco y sin respuesta de sus atacantes.

En la segunda parte, a los 60 minutos, un tiro de esquina es resuelto por Arteaga para descontar la distancia, y más tarde, cuando se jugaban 77 minutos, en una pésima salida de Nahuel Guzmán, Furch le detiene la mano izquierda y con la derecha incrusta el balón en su portería, para un claro autogol que el árbitro tampoco miró. Dos goles necesitaba ahora el Santos, ya para terminar el juego, una barrida dentro del área por parte de Hugo Ayala es señalada como falta, mientras que las repeticiones en la tele nos decían que el jugador ofendido ni siquiera fue tocado. Correa se encarga del cobro, estrellando su disparo en el travesaño, para que el árbitro dé el silbatazo final. Ahora, a esperar el resultado de mañana, cuando el Monterrey vaya a Kansas a completar la faena, que es muy parecida a la de Tigres.

En nuestra zona (Concacaf) todo nos parece fácil. Para la Copa de Oro nos ha tocado un grupo que bien podríamos asegurar que ya estamos del otro lado, pero los partidos hay que jugarlos y ya dejarnos de estar mirando las cosas sin concederles la importancia que a todas les debemos dar. Debemos apegarnos a la conseja que dice: “Debes proceder como el león, que ataca al conejo con la misma ferocidad que al búfalo”. Si es verdad que el grupo que nos tocó es fácil, pues hay que salir a jugarles de la misma forma que se hizo contra Alemania en el Mundial Rusia 2018.

Y, como siempre pasa con nuestro TRI, todo es ale-gría, confianza que los comentaristas comienzan a difundir alegremente, dándole a los aficionados el refuerzo para confiar en sus esperanzas. Entre tantos procesos que me ha tocado observar, recuerdo bien el de Hugo Sánchez. Y todo lo anterior está bien, porque el buen ambiente empieza por dentro, en el grupo, pero debe trascender a la prensa, la afición, directivas, etc. Fue un gusto ver cómo Hugo vivía ilusionado y muy contento aquel momento, había anhelado tanto estar al frente de una selección. Estaban ahí Jared Borgetti y Oswaldo Sánchez, señalados para jugar un papel muy importante junto a los que estaban haciéndolo bien en Europa: Pável Pardo, Ricardo Osorio, Carlos Salcido, Rafa Márquez, y también estaban otros que ya contaban con experiencia, como el Kikín Fonseca, Gonzalo Pineda, Ramón Morales, Cuauhtémoc Blanco, Guillermo Ochoa, Gerardo Torrado, Luis Ernesto Pérez, el joven Andrés Guardado, que son hombres que tienen ya experiencia mundialista, y otro grupo lo formaban los jóvenes Giovani dos Santos, Carlos Vela, Johnny Magallón, Fausto Pinto, Correa y Carlos Esquivel.

Pero existía un grupo más, los que al no ser convocados se quedaron con la espinita clavada y que ahora van a dar todo y más para lograrlo, ellos eran: el “Bofo” Bautista, Joaquín Beltrán, Jaime Lozano, Moisés Muñoz, Alberto Medina, Joel Huiqui, Gerardo Galindo, Israel López, entre otros. Finalmente hubo otros más como Landín y Enrique Esqueda. Vaya que aquel equipo era ofensivo, pero finalmente, teniendo a un experto en llegadas a gol, como lo fue Hugo Sánchez, el equipo llegó y llegó, peeeeero, una cosa era Hugo cuando jugaba y otra estos, que siguiendo las indicaciones de un esquema confeccionado para ofender, lo hicieran pero estérilmente, lo que le valió la destitución al pentapichichi. Otra más de tantas injusticias, pues la obligación de un director técnico es proponer sistemas de juego que generen opciones de gol, y el esquema de Hugo fue vasto en ese tema, lo demás es cosa del jugador, pues el entrendor no puede meterse para realizar los goles.

Hasta pronto amigo.