/ sábado 21 de diciembre de 2019

En tres y dos

El origen del Universo se encuentra en una fórmula matemática. Aun así, es un misterio el porqué todo se clasifica de tres en tres. “Tres cosas hay en la vida”, reza la frase. Y sí, las malas nuevas llegan frecuentemente de tres en tres.

Quién no ha escuchado “a la tercera es la vencida”, vocablo que se emplea lo mismo en un asunto trivial o importante. Existe la voz “como que tres y dos son cinco”, que pondera la existencia de una verdad.

La frase “ni a las tres”, denota el no lograr nunca nada. El “dar tres y raya” es aventajar o superar por mucho. En la baraja existe el tresillo, juego de naipes entre tres personas (el cual podría relacionarse con el vocablo tresquilar, que es el acto de esquilar al ganado). Hubo un tiempo en que se afirmó que los Reyes Magos no eran tres sino cuatro; lo opuesto a los tres mosqueteros, inicialmente cuatro (aunque peleaban como un regimiento, según Alejandro Dumas padre ). Si The Beatles hubieran sido publicitados como los cuatro o cinco genios de la música pop, el número seguramente no hubiera importado demasiado ni modificado su obra, herencia musical que les ha sobrevivido. En el beisbol abanicar la pelota tres veces es ponche automático. En eventos de pista y campo se advierte: “En sus marcas, listos… ¡fuera!”. En el balompié ganar tres a cero es goleada.

El cálculo de los indicadores de la economía (y los impuestos) se efectúa por trimestres. El genio de la lámpara de Aladino concede tres deseos…ni uno más. Las administraciones municipales duran tres años (Bueno, ahora unas se prolongan cuatro años). Hay monstruos tricéfalos, de tres cabezas. En cosas del amor (y en los negocios, claro), tres son multitud. La palabra triángulo comienza con “tri”. Por otro lado, cuando a alguien lo lanzan al agua (o al foso de los leones) se escucha: ¡A la una, a las dos y a las…tres! Los facultativos advierten que las primeras 72 horas son clave para el enfermo de gravedad. Las matemáticas consignan la regla de tres simple (que tiene por objeto la solución de problemas en el que se busca el cuarto término de una proporción, conociendo los otros tres). Al ignorante le reprochan, “solo sabes contar hasta tres”. Tres jarochos reunidos conforman un partido político, bromean. Existe un enigmático estribillo que reza “tres tristes tigres. En fin, ya con esta me despido, paciente lector, comentándole que el número mencionado aparece inadvertidamente en la vida cotidiana. Pero, a fe mía, que su significación es nada más lo que queremos que exprese. Esto pasa.

El origen del Universo se encuentra en una fórmula matemática. Aun así, es un misterio el porqué todo se clasifica de tres en tres. “Tres cosas hay en la vida”, reza la frase. Y sí, las malas nuevas llegan frecuentemente de tres en tres.

Quién no ha escuchado “a la tercera es la vencida”, vocablo que se emplea lo mismo en un asunto trivial o importante. Existe la voz “como que tres y dos son cinco”, que pondera la existencia de una verdad.

La frase “ni a las tres”, denota el no lograr nunca nada. El “dar tres y raya” es aventajar o superar por mucho. En la baraja existe el tresillo, juego de naipes entre tres personas (el cual podría relacionarse con el vocablo tresquilar, que es el acto de esquilar al ganado). Hubo un tiempo en que se afirmó que los Reyes Magos no eran tres sino cuatro; lo opuesto a los tres mosqueteros, inicialmente cuatro (aunque peleaban como un regimiento, según Alejandro Dumas padre ). Si The Beatles hubieran sido publicitados como los cuatro o cinco genios de la música pop, el número seguramente no hubiera importado demasiado ni modificado su obra, herencia musical que les ha sobrevivido. En el beisbol abanicar la pelota tres veces es ponche automático. En eventos de pista y campo se advierte: “En sus marcas, listos… ¡fuera!”. En el balompié ganar tres a cero es goleada.

El cálculo de los indicadores de la economía (y los impuestos) se efectúa por trimestres. El genio de la lámpara de Aladino concede tres deseos…ni uno más. Las administraciones municipales duran tres años (Bueno, ahora unas se prolongan cuatro años). Hay monstruos tricéfalos, de tres cabezas. En cosas del amor (y en los negocios, claro), tres son multitud. La palabra triángulo comienza con “tri”. Por otro lado, cuando a alguien lo lanzan al agua (o al foso de los leones) se escucha: ¡A la una, a las dos y a las…tres! Los facultativos advierten que las primeras 72 horas son clave para el enfermo de gravedad. Las matemáticas consignan la regla de tres simple (que tiene por objeto la solución de problemas en el que se busca el cuarto término de una proporción, conociendo los otros tres). Al ignorante le reprochan, “solo sabes contar hasta tres”. Tres jarochos reunidos conforman un partido político, bromean. Existe un enigmático estribillo que reza “tres tristes tigres. En fin, ya con esta me despido, paciente lector, comentándole que el número mencionado aparece inadvertidamente en la vida cotidiana. Pero, a fe mía, que su significación es nada más lo que queremos que exprese. Esto pasa.