La pandemia que aqueja al mundo provocó que todos los países decretaran medidas para evitar la propagación del virus que ha puesto de rodillas a la humanidad, no importando raza, religión, preferencia sexual o poder económico. Es un virus que doblega lo mismo a ricos que a pobres.
Entre las medidas que adoptó el Gobierno de México para tratar de evitar la propagación del virus fue mandar a casa a los habitantes de todos los estados de la república, haciendo excepción de las personas dedicadas a actividades llamadas esenciales.
Por ese motivo, el 31 de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación la lista de actividades que, por su naturaleza, no podían detenerse: las que estuvieran relacionadas con la atención médica y el sector Salud, las que tuvieran que ver con la seguridad pública y las consideradas primordiales para el funcionamiento de la economía, como el sector financiero o el Sistema de Administración Tributaria; gasolineras y la venta de alimentos, entre otros.
Hace unos días se tomó la decisión de considerar como actividades esenciales la construcción, la industria automotriz y la minería.
Son muchos los sectores que han pedido que les permitan regresar a sus actividades aun con el riesgo que representa la enfermedad causada por el coronavirus y que ha provocado la muerte de más de 7 mil personas en territorio nacional, según las fuentes oficiales.
Más allá de la conciencia que tengo sobre los riesgos de contagios, la realidad es que todas las actividades son esenciales, al menos para las familias.
¿A qué me refiero? No veamos el caso de las grandes empresas las que, bien o mal, tienen los recursos para continuar pagando a sus trabajadores, ya sea un porcentaje de su salario o el sueldo completo.
Veamos un poco más abajo, por ejemplo, el comercio informal, los pequeños empresarios, los emprendedores, etc.
Sin duda, millones de mexicanos que viven al día consideran que la actividad que realizan es esencial para llevar comida a sus hogares, para transporte, para servicios, para sobrevivir.
Distintos sectores irán regresando a las actividades poco a poco, pero no nos engañemos, no será porque la “curva se aplana” o porque hay menos contagios. Será por cuestiones meramente económicas.
México no tiene la solidez económica que tienen otros países que verdaderamente cerraron todo tipo de comercio. Sí, las actividades van a regresar pronto también, porque no hubo suficiente apoyo de capital, ni fiscal, para que muchas empresas sobrevivieran teniendo egresos sin un solo ingreso.
El pronóstico no es alentador en temas de salud. Especialistas creen que en unos meses habrá una nueva ola de contagios por el retorno de millones de mexicanos a las actividades que son esenciales… solo para vivir.
Hay quórum.
La presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Mónica Fernández Balboa, informó que las actividades en la Cámara se reanudarán, a partir del 15 de junio, de manera paulatina.
Aclaró que entre las medidas que se contemplan está el que no pueda ingresar a las instalaciones ninguna persona que no acredite ser trabajador del Senado en cualquiera de sus modalidades.
También aclaró que se establecerán protocolos sanitarios, como la toma de temperatura a todos los que ingresen a la sede, además de que se repartirán caretas, cubrebocas y gel antibacterial.
